Hoy se realiza la 2da. vuelta de las elecciones de 2003

En el año 2003, no hubo 2da. vuelta y Néstor Kirchner fue Presidente habiendo perdido la 1ra. vuelta. Desde entonces, cada acción y pensamiento de Kirchner fue marcada por esta situación que hoy lleva a las urnas. Sin embargo, la necesidad de plebiscitarse ante la sociedad e imponer su autoridad al Justicialismo, disminuye -sin que lo perciba el Presidente- su capacidad de gobernar el resto de su mandato. POR EDGAR MAINHARD

Néstor Kirchner ha logrado convivir durante 2 años y medio con el estigma que minó su elevada opinión de sí mismo: no haber ganado los comicios de 2003, ya que su acceso a la Presidencia fue porque Carlos Menem se retiró luego de haber triunfado en la 1ra. vuelta. Era evidente que Kirchner ganaría en la 2da. vuelta, pero no hubo 2da. vuelta.

Por lo tanto, una prioridad de Kirchner hoy domingo 23 es hacer tronar el escarmiento en La Rioja, contra Menem. Kirchner quiere tomar venganza por la maldición de 2003, hacerlo desaparecer políticamente hasta en Anillaco, y para eso no escatimó recursos financieros, materiales y humanos enviados a La Rioja a apuntalar al mediocre gobernador Ángel Maza, un hombre tan carente de virtudes como de lealtades, pero dueño de un oportunismo inusual. En cualquier caso, un alumno de Menem.

Al no lograr legitimarse en las urnas, Kirchner emergió de los comicios de 2003 con una enorme deuda hacia Eduardo Duhalde.

Algunos de los colaboradores de Kirchner sospecharon, por entonces, que varios 'duhaldistas' habían aconsejado a otros 'menemistas' que Menem se retirara de la contienda electoral, para herir por anticipado a Kirchner e impedir imaginarse con el poder absoluto.

El propio Kirchner cree que hubo algo de todo eso. Hoy domingo 23, Kirchner quiere tomar venganza de aquella situación, y demostrar que su triunfo tiene un único responsable: él mismo.

Para esto, Kirchner desea que Cristina de Kirchner, su esposa, le gane a Hilda de Duhalde, mujer de Duhalde, hasta en Lomas de Zamora, el partido bonaerense de la que surgieron los Duhalde.

A través de Cristina consumará su reivindicación.

Pero, ¿la necesita Kirchner, o esto se trata de un capricho de un hombre menor?

Vengativo, furioso, y con recursos abundantes gracias a una coyuntura global (jamás gracias a su propia cosecha), Kirchner logró que el resto del Justicialismo le tema.

Cobardes, apáticos, sin ideología y menos grandez, desde Adolfo Rodríguez Saá a Carlos Reutemann y José Manuel De la Sota, han abrazado los pies del Presidente, han negociado con Kirchner, y le prometen apoyo legislativo.

Sin embargo, y en especial en el Justicialismo, la lealtad la concede el éxito y el dinero; nunca hay más compromisos que el éxito y el dinero.

Y ambas cuestiones se encuentran en discursión hoy día, luego del comicio, porque es bien conocido que la Argentina precisa corregir el desmadre de numerosas variables económicas y sociales.

Los nubarrones acechan sobre el dinero del que presume Kirchner, y sin dinero no hay éxito.

Lo que conocemos, ya se termina pero la mayor parte de la población no es consciente de ello, y cree que el presente es eterno, cuando en verdad terminó hace varios días y, desde entonces, la Argentina levita hasta hoy a las 18:00.

O muy poco más.

Desmesurado e ignorante, Kirchner desperdició sus mejores días, que fueron los 2 años y medio en que estuvo enclenque, desesperado porque no había ganado como él pretendía; y durante sus mejores días preparó la venganza de hoy.

Pero en la política peronista, la venganza es el éxito, y para eso hay que asegurar el dinero, que Kirchner no lo aseguró.

Entonces, lo que hoy emerja de las urnas es una ilusión. Será pasajero porque el Presidente tiene otras prioridades, un estilo difícil y desprecia las opiniones diferentes a las propias.

¿Qué ocurriría, encima, si el resultado electoral no es tan positivo como él espera? Mejor ni pensarlo. Mejor que esta nota se autodestruya apenas Ud. termine de leerla.

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U24, Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 2005

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