Surcorea se proyecta como el nuevo megainversor de toda Asia

Tras 40 años de centrarse en el desarrollo interno, Surcorea va convirtiéndose en exportadora de capital. Ya, en Asia (no sólo el este y el sudeste), Hyundai o Samsung rivalizan con firmas japonesas, europeas y estadounidenses.

En este momento, Seúl quizá sea la mayor fuente unitaria de inversiones extranjeras en China, con US$ 6.500 millones colocados al promediar 2005. Aprovechando oportunidades en India, la siderúrgica Posco radicó la mayor inversióin surcoreana en el exterior: US$ 12.000 para minas de hierro y acerías en la provincia de Orissa.

Si bien puesta en segundo plano regional por China y Japón, Surcorea es ya la undécima economía del globo. Reflejando su creciente prosperidad, las manufacturas locales se internacionalizan para lograr, vía exportaciones, tasas de expansión similares a las de años atrás. Mucho de ese interés radica en la fortaleza del won, que avanzó en 2004 más de 15% sobre el dólar.

Los inversores estadounidenses en Asia-Pacífico, habituados sólo a la competencia japonesa, se hallan ahora con rivales surcoreanos. En algunas áreas muy dinámicas, Seúl está al nivel de Tokio y Washington; por ejemplo, astilleros, celulares, automotores, computación o electrónica de uso final. Dado que los costos laborales impiden que el país crezca más como centro industrial, el objeto es hoy devenir una Suiza para Asia nororiental –incluyendo Siberia- en términos de banca, crédito, comunicaciones, informática, transportes, etc.

Por cierto, durante los años 80 Surcorea registraba crecimiento de 8,7% anual promedio pero, en los últimos años, la economía madura y se desacelera. En el primer semestre de 2005, el producto bruto interno (PBI) subía a razón de 3% anual, más que Japón pero algo menos que USA. El gobierno estima que la tasa de todo el año puede alcanzar 4% (superior a la norteamericana). Las exportaciones saltaron 30% en 2004, aunque ese ritmo cedía a 7,3% en los primeros seis meses de este año. Entretanto, los trabajadores temen una recuperación sin creación de puestos, aunque el salario en la industria automotriz se acerque a niveles norteamericanos o japoneses, en términos de capacidad adquisitiva. Como en USA, Gran Bretaña o España, la gente se queja del alza de valores y precios inmobiliarios.

El impulso inversor hacia fuera se torna evidente en siderurgia, automotores, celulares y energía. La meta clave es China, donde hay ya 30.000 empresas surcoreanas operando. Según el ministerio chino de Comercio, las tres fuentes principales de capital exógeno son Hongkong (territorio chino por donde entran colocaciones taiwanesas), las Vírgenes británicas –un "offshore" bastante turbio- y Surcorea. En 2004, las inversiones surcoreana en acero y autos superaron a las de Japón, una economía seis veces mayor.

Por ejemplo, SK Corporation exportó por US$ 13.000 millones el año pasado, pero casi nadie la conoce en Occidente. La principal inálambrica, SK Telecom, tiene filiales en Mongolia, China y Vietnam. Ahora, un emprendimiento conjunto con EarthLink (celulares y servicios telefónicos por Internet) le permitirá a la empresa entrar en USA.

En un mercado automotor tan disputado como el chino, Hyundai Motor se ha transformado en la marca extranjera más popular, según las ventas del primer semestre. La compañía proyecta doblar la capacidad local de producción a 600.000 unidades anuales. Kia Motors, subsidiaria de Hyundai, fabrica unos 150.000 vehículos por año.

También tiene planes para instalar plantas en India, Turquía, Chequia y... USA. En general, el grupo Hyundai trata de aumentar 50% su producción en el exterior durante el segundo lustro del siglo (2006-10). Durante el primero (2001-5) la habrá elevado 28%. Pero, en 2004 y medio 2005, las ventas crecieron 55% fuera de Surcorea y sólo 5% adentro.

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