PENA DE MUERTE

Vengando a Gandhi

La presidenta, Pratibha Patil, rechazó el indulto solicitado por los 3 condenados por el asesinato del exprimer ministro Rajiv Gandhi, ocurrió en 1991. India pone fin a una moratoria de 7 años en la aplicación de la pena capital con resonadas ejecuciones.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La presidenta, Pratibha Patil, rechazó el indulto solicitado por los 3 condenados por el asesinato del exprimer ministro Rajiv Gandhi, ocurrió en 1991.

Este pedido de clemencia presidencial era el último recurso jurídico que tenían Murugan, Santhan y Perarivalan, los 3 miembros del grupo insurgente de Sri Lanka, Tigres para la Liberación del Eelam Tamil (TLET). Estos fueron sentenciados a la pena capital en 1999 por su participación en el asesinato de Gandhi.

"El rechazo de su pedido de clemencia fue decidido la semana pasada", declaró la portavoz, Archana Datta.

Rajiv Gandhi, derrotado en las elecciones de 1989, fue asesinado el 21/05/91 en un atentado suicida en el sur de India durante un mitin electoral por una mujer tamil, cuando estaba a punto de volver al poder.

Rajiv era hijo de la exprimera ministra Indira Gandhi, asesinada en octubre de 1984, y el marido de Sonia Gandhi, quien dirige actualmente el Partido del Congreso que se encuentra en el poder.

El rechazo presidencial a la clemencia en favor de los 3 condenados por el asesinato de Gandhi se produce después de que el Tribunal Supremo confirmara ayer el mismo castigo para el paquistaní Mohamad Ashfaq.

Militante del grupo terrorista islámico Lashkar-e-Toiba (LeT), Ashfaq fue condenado a la pena capital por su implicación en el ataque contra el Fuerte Rojo de Delhi en 2000, que causó 3 muertos.

Según la prensa local, el Ministerio indio del Interior ha recomendado a la presidenta Patil que también rechace una petición de clemencia por este caso.

Otros condenados a la pena capital de alto perfil son el único terrorista capturado vivo durante el asalto de Bombay de 2008, Mohamed Ajmal Amir Qasab, y el planificador de un ataque armado contra el Parlamento indio en 2001, Mohamed Afzal.

La última ejecución en la India tuvo lugar en 2004 pero tras 7 años de moratoria de hecho sobre la pena de muerte, la presidenta comenzó el pasado mayo a denegar peticiones de perdón y dar vía libre al regreso de las ejecuciones.

En el gigante asiático, las penas deben ser primero confirmadas por el Tribunal Supremo y es en ese momento cuando los condenados pueden solicitar clemencia a la jefe de Estado, que escucha el consejo de Interior antes de ratificar la condena o conmutarla.

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