"Lavagna, un modesto Secretario de Hacienda"

POR MARCELO D. FERRER (*) "No es un hecho menor el superávit fiscal porque no ha sido práctica común en la Argentina del último siglo. Será esto, a nuestro entender, lo más rescatable de Roberto Lavagna en su paso por el Ministerio de Economía y Producción. Aunque será su anquilosada y retrógrada manera de conducir la política económica, lo que más se recuerde".

No es menor la responsabilidad de la Secretaría de Hacienda dentro de la estructura del Ministerio de Economía; entre sus atribuciones se encuentra la de coordinar las políticas de administración presupuestaria. Igual importancia tiene la Secretaría de Ingresos Públicos. Ambas responsables del superávit fiscal. No es un hecho menor el superávit fiscal porque no ha sido práctica común en la Argentina del último siglo. Será esto, a nuestro entender, lo más rescatable de Roberto Lavagna en su paso por el Ministerio de Economía y Producción. Aunque será su anquilosada y retrógrada manera de conducir la política económica, lo que más se recuerde.

Dirá Kirchner que Lavagna era una herencia de Duhalde y procurará convencer al país de que echarlo, es parte del saldo que le resta a la vieja política. Por su lado, Lavagna, estará aliviado de irse ante la inminencia de adoptar medidas económicas drásticas que no contarán con el aplauso fácil de los sectores sociales más rezagados -y de ningún otro sector tampoco-, máxime, cuando se ha desperdiciado tanto tiempo y sacrificio.

En días más comenzará una historia nueva. Quizá un capítulo más de la historia de siempre y con final incierto, cuyo autor: "José Improvisación del Dalequeva", nos viene martirizando desde hace tanto, tanto tiempo.

Su sucesor -¿Julio De Vido?-, se hará cargo del siguiente inventario:

  • Un superávit fiscal compuesto del producto de impuestos distorsivos que se recaudan fomentando la economía informal, erosionando el salario real, desincentivando la inversión y engrosando el gasto cuasifiscal. Esto último por los mecanismos de absorción monetaria utilizados por el Banco Central.
  • Una inflación provocada por el estrangulamiento de la oferta de bienes y servicios -ante el desaliento a la inversión-, impulsada fuertemente a su vez por la expansión monetaria y la puja redistributiva del ingreso producto de las recomposiciones salariales.
  • Una andanada de compromisos asumidos por el presidente en la campaña electoral, para cuyo cumplimiento, no existen los recursos.
  • Un cronograma de exigencias financieras ante organismos multilaterales -FMI entre ellos-, a los que debe sumarse los compromisos de la deuda externa e interna, frente a una posible situación de iliquidez de los mercados financieros internacionales y al desprestigio argentino por su desafortunada política exterior.
  • Una situación social en creciente inestabilidad por el oprobio que provoca el desempleo, el aliento de las reivindicaciones de castas, las promesas mesiánicas incumplidas y la existencia de utópicas alternativas a la democracia que son alentadas por el gobierno.
  • Una situación de atraso tarifario que amenaza con dejar sin energía y recursos prioritarios al país.
  • Un sistema tributario anárquico, contrario al federalismo, regresivo, de engorroso trámite administrativo y fiscalización, que ha entorpecido el funcionamiento dinámico de la economía con su incidencia en los medios de pago de las empresas.
  • Un déficit normativo y financiero con el sistema de seguro social, cuyas normas impulsan el empleo clandestino y su indignidad.
  • Un régimen politizado de asistencia social cuya trama sustenta la continuidad política del gobierno, pero atenta con los sistemas de reentrenamiento laboral, de cuya eficacia, depende la reinserción.
  • Una estructura presupuestaria del sector público consolidado absolutamente desfasada con la envergadura que debiera tener frete al tamaño de la economía, a fin de impulsar vigorosamente la iniciativa privada.
  • Un sistema bancario endeble, con una propuesta financiera también endeble para la inversión productiva.
  • 27 mil millones de dólares en reservas capaz de erosionarse rápidamente ante el aislamiento internacional, si se pretendiera hacer frete con ellas a la obligaciones externas. A su vez, cierta volatilidad en los mercados fuertemente impulsados por la especulación que se hace con ciertos títulos que ajustan por inflación.
  • Una carencia absoluta de "clima de negocios" ante el voluble curso de la economía y la política y el incumplimiento sistemático de contratos.
    Un régimen de sustitución de importaciones subsidiado por tipo de cambio, que impulsa el atraso tecnológico por la misma inconveniencia cambiara.
  • (Es posible que encuentre varias cosas mas; como abrir una caja de Pandora.) Nota del autor.

    Quien asuma, de imitar la inacción de Lavagna, se condenará al fracaso. Si decidiera adoptar las medidas que hacen falta, ante lo desbocado de la situación social, requerirá un fuerte apoyo político que a su vez necesitará de un fuerte sinceramiento ante la sociedad y un diálogo franco con la oposición.

    A menos, claro, que la alternativa sea el autoritarismo; en cuyo caso, "José Improvisación Deldalequeva", impondría un final aún más incierto a nuestra historia.

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    (*) Economista y escritor. Es miembro y ha presidido diversas O.N.G. dedicadas a la educación y al servicio comunitario.

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