Chile 2005: Piñera desafía a Bachelet a 2 debates por TV

Sebastián Piñera le concedió una entrevista al diario El Mercurio, de Santiago; dijo que él desea construir una "nueva mayoría", que Augusto Pinochet es un pasado sobre quien debe expedirse la Justicia; y que él quiere ser recordado como el Presidente que acabó con la pobreza.

POR EDUARDO SEPÚLVEDA M.

A fines de marzo de 2005, cuando la primavera boreal ya se insinuaba en las calles de París, el celular siempre abierto de Sebastián Piñera sonó cuando éste paseaba con su señora por la capital francesa. Al otro lado de la línea, un periodista le contaba que Soledad Alvear, entonces precandidata de la DC a la Presidencia, había dicho que en un eventual gobierno suyo le gustaría contar con él en su gabinete.

"Aprecio las palabras de Soledad Alvear", respondió Piñera, pero agregó que él era parte de la Alianza y su candidato era Joaquín Lavín.

Nueve meses más tarde, ese guiño que se engendró durante las primarias se transformó en algo que puede llegar a ser un factor clave en la segunda vuelta que enfrenta a Michelle Bachelet y al propio Piñera.

Alvear, hoy convertida en la senadora electa con la votación más alta del país, es al mismo tiempo un símbolo de lo que el candidato de la Alianza necesita para triunfar el 15 de enero: los votos de democratacristianos o de independientes de centro que se identifican con el humanismo cristiano.

El problema para la Concertación es que justo cuando se inicia la campaña para el duelo final, Bachelet y Alvear se trenzaron en una disputa que terminó con la ex ministra DC prácticamente marginada del comando oficialista.

En este nuevo contexto, los periodistas le recordaron a Piñera aquella antigua oferta de Alvear. "Yo sabré corresponderle", se limitó a decir el candidato el jueves.

-¿Qué le pareció el intento frustrado de Soledad Alvear de ingresar como generalísima al comando de Bachelet?

-La Concertación está dando graves y preocupantes muestras de división e ingobernabilidad. Los ciudadanos tienen derecho a saber qué hace que una candidata ofrezca un cargo y tenga que retirar la oferta a la mañana siguiente. Un Presidente tiene que tener la independencia y capacidad para tomar sus propias decisiones, y no dejarse presionar por poderes ocultos. El país tiene derecho a saber cuál es el poder oculto que le cambia las decisiones a la candidata.

-¿Y con respecto de Soledad Alvear?

-Soy su amigo y le tengo mucho aprecio y respeto. Ella no se merecía este trato, que demuestra que la temporada de celos y odiosidades está en pleno apogeo en la Concertación. Aprovecho de decirle al mundo moderado, de centro, e independiente que comparte los valores del humanismo cristiano y que está siendo marginado o desplazado de una Concertación crecientemente hegemonizada por la izquierda, que tendrán un gran espacio en nuestro futuro gobierno para aportar y participar.

-Usted tuvo su propio encontrón con la candidata esta semana. ¿Qué hay de la insinuación que hizo Michelle Bachelet con respecto a que usted estaría pagando por apoyo político?

-Faltó a la verdad, porque la acusación es totalmente falsa. Luego, cuando quiso rectificar, en lugar de hacerlo en forma clara y honesta, incurrió en una enorme cantidad de contradicciones, negando a las 12 del día lo que había afirmado a las 8 de la mañana. Michelle Bachelet demostró no tener las condiciones de respeto a la verdad, prudencia y sabiduría que se requieren para el ejercicio del cargo de Presidente de la República.

-La imagen de una dirigenta política, dando a conocer en un matinal de televisión información proveniente de rumores no confirmados que involucrarían a personas importantes... ¿no le trae a la mente otro episodio similar? ¿No le suena a Pía Guzmán? ¿Su actitud no debiera ser la misma frente a ambos casos?

-Por supuesto que hay similitudes. En ambos casos no se verificó la veracidad de las acusaciones. En ambos casos se fue primero a la prensa antes de formarse una convicción sobre la materia. Por tanto, en la parte similar de los dos casos yo tengo la misma actitud: condeno la falta de responsabilidad, la falta de prudencia. Pero a mí me surge hoy la duda de cuál es la verdadera Michelle: ¿la mujer amable, simpática que conocíamos, o esta nueva mujer que nos amenaza con que vamos a temblar cuando salga la izquierda a la calle, la que hace este tipo de acusaciones falsas, la que me acusa de travestismo político porque yo convoco al mundo del humanismo cristiano, al cual he pertenecido siempre?

-Michelle Bachelet lo desafió a discutir en un debate ante el país el tema de la relación entre el dinero y la política, dada su condición de empresario. ¿Está dispuesto a hacerlo?

-En primer lugar, le propongo que en lugar de un solo debate, tengamos dos, y que el segundo sea en una región. Dos debates, porque hay muchos temas que debatir, como la pobreza, el desempleo, las pensiones, la salud, la educación. Y también hay que discutir la relación del dinero y la política.

-¿Y cuál será su postura en ese tema?

-En junio, el Presidente Lagos propuso un proyecto de ley que denominó de "fideicomiso ciego", para reglamentar estas materias. Lamentablemente ese proyecto aún no ve la luz del sol. Le pido entonces al Presidente que lo envíe. Si no lo hace, será una de las primeras acciones de mi gobierno. Después de asumir mi candidatura renuncié a los directorios y me desligué de mis empresas sin que nadie me lo pidiera. También anuncié que de ser electo Presidente vendería mis empresas sin que ninguna ley me lo exigiera. Ratifico lo que dije cuando Lagos propuso su proyecto de ley; es decir, que lo apoyo totalmente, y me ajustaré en un 100% a sus términos en la letra y el espíritu; como un piso, e iré más allá si lo considero necesario y prudente.

-El domingo pasado, cuando supo que había derrotado a Lavín, ¿sintió que se había consumado el desquite, por haber sido él quien le pidió por la prensa que dejara la presidencia de su partido?

-No. Nosotros convinimos en un pacto de honor de apoyo mutuo. El que se quedaba en el camino apoyaba leal y entusiastamente al que tuviera la responsabilidad de enfrentar la segunda vuelta. Y el domingo pasado Joaquín Lavín, como un hombre de honor, cumplió con generosidad y grandeza, y yo también he cumplido mi parte. Eso habla bien de Joaquín, y yo le agradezco ese gesto. Por eso él preside el consejo político de nuestro comando.

-¿Usted hubiese actuado de la misma manera?

-Yo habría hecho exactamente lo mismo. Porque ambos somos gente de honor que cumple sus compromisos.

-¿El que la UDI esté hoy en su comando responde sólo a pragmatismo político por la opción de ser gobierno?

-Somos parte de una alianza, teníamos un pacto de honor. Y lo que la UDI está haciendo es cumplir con eso. Ahora, por supuesto que la Alianza tiene mucho que mejorar. Hasta ahora ha sido mucho más una alianza electoral, dadas las características del sistema binominal. Pero siento que eso cambió. La Alianza debe evolucionar hacia un conglomerado que sea capaz de darle un gran gobierno a Chile. Pero también queremos una alianza con capacidad de crecimiento, con vocación de mayoría, y para eso tenemos que ser capaces de atraer y acoger a mucha gente de centro, independiente, progresista, que comparte los valores del humanismo cristiano que en el pasado estuvo con la Concertación, como militante o adherente.

-¿Cómo se insertará el ideario lavinista en su campaña? Sus programas no tenían grandes diferencias, pero, por ejemplo, en el tema de la delincuencia usted hablaba de una mano dura y otra acogedora, mientras que Lavín hablaba de una mano dura y otra más dura...

-Yo creo que es más una diferencia semántica. La delincuencia es un problema gravísimo de la sociedad chilena. Los estudios demuestran que ha aumentado en los últimos seis años. Esa tendencia va a cambiar si nosotros llegamos al gobierno.

-¿Cómo se hace eso en concreto?

-La mano firme consiste en tener 12 mil carabineros más en las calles y tener una justicia que proteja al inocente y castigue al delincuente. Hoy da la impresión de que es al revés. Pero también se requiere una mano acogedora, porque los estudios demuestran que más del 80% de las personas que cometieron delitos son menores de edad que provienen de familias con problemas, que han desertado del sistema escolar y cayeron en las drogas y el alcohol. Por lo tanto, hay que ir a las causas de la delincuencia.

-¿Cómo será un futuro gabinete suyo? En los gobiernos de la Concertación ha sido usual que se nombre como ministros a candidatos al parlamento derrotados. ¿Veremos a Carlos Bombal o a Sergio Fernández en esos roles si llega usted a La Moneda?

-Hay una vieja y sabia norma que dice que un presidente nunca debe designar a su gabinete mientras no esté electo, y yo la voy a respetar. Pero sí puedo decir que en nuestro futuro gabinete vamos a privilegiar a mujeres y gente joven, caras nuevas, savia nueva, para que aporten la cuota de creatividad, entusiasmo, energía, voluntad a las tareas del futuro gobierno. Y en nuestros equipos de gobierno habrá gente de la Alianza, gente de centro, y también personas que hoy colaboran con la Concertación.

-¿Como quiénes?

-Conozco mucha gente a nivel de Superintendencias y jefes de servicios por los cuales tengo gran aprecio y respeto, y creo que están haciendo una tremenda labor. Por lo tanto, me gustaría que ellos siguieran colaborando.

-En la segunda vuelta quedaron poco más de dos millones de votos "sueltos". Para ganar, usted necesitaría conquistar al menos el 80% de esos votos y su contrincante sólo el 20%. ¿No ve muy cuesta arriba la carrera?

-No comparto el diagnóstico. Los candidatos presidenciales de la Alianza sacamos casi el 49% de los votos. Muchos más de los que obtuvo Michelle Bachelet. Yo he escuchado que el Partido Humanista votará nulo. Por lo tanto, siento que estamos mucho más cerca de lograr la mayoría absoluta en la medida en que hagamos las cosas bien.

-Usted habla de hacer las cosas bien. Yo le voy a mencionar dos errores que habría cometido su candidatura en esta semana. Uno, publicar un aviso en la prensa con una fotografía suya donde se ve al fondo una multitud en Wall Street, y no en Chile.

-Se cometió un error porque la agencia de publicidad presentó una maqueta del aviso con una foto de archivo. Nosotros habíamos seleccionado varias fotos excelentes de las concentraciones multitudinarias que teníamos de la primera vuelta. Y por esa cosa de los "duendes", que usted que es periodista la conoce bien, no se hizo finalmente el cambio de fotos. Es un accidente menor cometido a nivel de agencia de publicidad.

-El otro error sería que en el grupo de "figuras" DC favorables a usted que presentó esta semana no se vieron personalidades de gran tonelaje, como se pudo haber esperado...

-Roberto Mayorga, un abogado a quien respeto y aprecio, me invitó a una reunión en que un grupo importante de personas ligadas al mundo de la Concertación y la DC quería formar el comando humanista cristiano en favor de mi candidatura. Y yo asistí a ese acto y asistiré a muchos más como ése. Eso no lo considero un error. Nunca hemos dicho que vamos a traer dirigentes. Porque ellos son militantes y están comprometidos. Mi llamado es hacia los ciudadanos. Y le quiero recordar, particularmente a Adolfo Zaldívar, que los ciudadanos son libres para votar de acuerdo a su propio criterio y conciencia. Y también me molestó mucho el lenguaje de un alto dirigente de la DC que dijo que le iban a cortar las dos manos a quien pretendiera convocar a ese mundo. Ese lenguaje es propio de la mafia.

-¿Usted es de derecha, de centroderecha, de centro-centro...?

-El origen de la izquierda y derecha viene de la Revolución Francesa. A la izquierda se sentaron los que querían cortarle la cabeza al rey y a la derecha los que querían reponerlo en su trono. Yo no quiero cortar ninguna cabeza ni restaurar a nadie en ningún trono. El significado de esos conceptos se ha ido diluyendo, pero si usted me apura, yo soy de centroderecha. Porque creo en la libertad, en la democracia, en la economía social de mercado, en la igualdad de oportunidades, en el respeto irrestricto de los derechos humanos, en el valor sagrado de la vida y la familia, en la justicia social, la protección del medio ambiente. Ésos son mis valores.

-Hermógenes Pérez de Arce, quien sí es de derecha-derecha, compara su situación con la de Frei Montalva en 1965, cuando éste ganó con los votos de la derecha para, como dice él, luego borrarla del mapa. ¿Eso pretende hacer usted?

-No. Y una vez más Hermógenes Pérez de Arce demuestra un tremendo ingenio en el uso de las palabras, pero de nuevo tiene un diagnóstico y una conclusión equivocada.

-Usted quiere construir una nueva mayoría, donde convivan personas que votaron por el "No" y por el "Sí". Si usted llega al gobierno y en ese período fallece el general Pinochet, algunos de sus partidarios querrán un funeral de Estado para él y otros preferirán que no se haga nada. ¿Cómo va a dirimir eso?

-El gobierno de Pinochet, con sus luces y sus sombras, ya es parte del pasado. Por tanto, no creo que la sociedad chilena hoy siga definiéndose en términos de estar a favor o en contra de Pinochet. En todo caso, hoy el general Pinochet ha sido desaforado y sometido a proceso por delitos graves contra los derechos humanos y otros de carácter económico. En esas condiciones no me parece prudente un funeral de Estado. Lo que sí haría es garantizarle un entierro digno y tranquilo, con sus familiares y sus partidarios. Ahora bien, si soy Presidente, esa decisión la tomaré en el momento, considerando todos los antecedentes disponibles, particularmente los de carácter judicial, pensando exclusivamente en el interés de los chilenos.

-¿Cuál es, a su juicio, la gran clave que va a dirimir la segunda vuelta entre usted y Michelle Bachelet?

-En segunda vuelta se van a enfrentar dos caminos para Chile. El de la Concertación, que ya lleva 16 años y que tiene las ideas gastadas, ha perdido la fuerza, el entusisasmo, se ha inclinado peligrosamente hacia la izquierda, como la Torre de Pisa, y está liderada por una persona que en mi opinión no tiene todas las características que se requieren para ser Presidente de la República. Tengo un gran respeto por la Concertación, hizo un gran aporte en nuestro país, pero lo mejor de ella se va con el Presidente Lagos. Si llegase a ganar Michelle Bachelet, ella será la peor parte de la Concertación.

-Si usted tuviera que nombrar su gran meta como Presidente...

-Quiero ser el Presidente que logró derrotar la pobreza en Chile. Yo trabajé durante muchos años en la lucha contra la pobreza con Sergio Molina en la Cepal. Y hay un concepto que se llama la brecha de la pobreza, que es qué porcentaje del ingreso nacional, si pudiéramos destinarlo por riego por goteo a cada una de las familias que viven en la pobreza para llevarlos a la línea que separa la dignidad de la indignidad. Ese porcentaje alcanza al 1,7 del PIB. En nuestras metas, esperamos que en los próximos cuatro años la economía chilena crezca a más del 25%. Si pudiéramos tomar 1,7% de esos 25 puntos adicionales que vamos a tener y destinarlos a la pobreza, podríamos derrotarla. La meta es posible.

-¿Y por qué la Concertación no podría hacer lo mismo?

-No pudieron hacerlo en 16 años. Y ahora quieren estar 20 años en el poder. Más que Pinochet. A las sociedades les hace bien la alternancia en el poder. Eso oxigena, refresca, y a Chile le hace falta que se abran las puertas y las ventanas para que entre aire fresco al gobierno.

-El Partido Comunista presentó a Michelle Bachelet cinco peticiones para garantizarle sus votos en segunda vuelta. ¿Usted está en condiciones de entregarle estas "garantías" al PC? Se las voy a nombrar una por una:

-Reforma al sistema binominal:

-Soy partidario de perfeccionar el sistema electoral porque hoy tiene problemas. Impide que minorías emergentes pero significativas puedan tener representación parlamentaria. Impide que se exprese en plenitud la voluntad popular. Y no sólo porque el 66% elige lo mismo que el 34%, sino porque se le ofrecen a la ciudadanía opciones muy cerradas. Pero hay que mantener y fortalecer las cualidades del sistema, porque tiende a generar grandes coaliciones. Eso da estabilidad. Por eso la idea no es replicar el sistema que tuvimos hasta el año 73, que en cierta forma contribuyó al debilitamiento y destrucción de la democracia.

-Reforma laboral:

-Hay que hacer una reforma laboral, pero pro empleo, pro salario, pro crecimiento, que dé más flexibilidad. No para hacer más precarios los empleos como majaderamente sostienen algunos, sino todo lo contrario, para generar más y mejores oportunidades de empleo para las mujeres y los jóvenes. Pero me sospecho que la reforma que plantea el Partido Comunista va en un sentido contrario.

-Aumentar en un 100% las pensiones asistenciales:

-Por supuesto que es lo que yo quisiera, pero no es posible ofrecerlo sin caer en un acto de irresponsabilidad y demagogia, porque eso tiene un costo de mil 300 millones de dólares.

-Rechazar el proyecto Pascua Lama:

-No soy partidario de prohibir los emprendimientos y las inversiones, sino buscar compatibilizar el crecimiento y el desarrollo económico con la protección del medio ambiente. Por eso voy a aplicar la legislación ambiental en el caso Pascua Lama para que ese proyecto, si se lleva a cabo, sea totalmente compatible con la protección del medio ambiente. Y hay algunas opciones de explotación subterránea de ese mineral para proteger los tres glaciares que hay en su superficie.

-Mejorar las reparaciones a las víctimas de las violaciones a los derechos humanos:

-Siempre he sido partidario de avanzar en materia de verdad y justicia. Pero con un objetivo de futuro que apunta a la reconciliación para superar los problemas. El tema de los derechos humanos sigue siendo una herida abierta. Pero mi enfoque es abrir la herida para limpiarla, desinfectarla -justicia- y después cubrirla para que sane -reconciliación y perdón.

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