Advierte la Mediterránea: Pagar al FMI no exime de la condicionalidad en la política económica

La Fundación Mediterránea presentó un informe donde analiza cuáles son las implicancias del "desendeudamiento", eufemismo de pago, de la deuda argentina al Fondo Monetario Internacional (FMI). Antes de que Martín Redrado, titular del Banco Central, se presente en el Senado el martes a explicar el decreto, el informe plantea cuáles son las diferencias con la economía brasileña y la decisión idéntica del vecino país, el plan financiero que debe llevar a cabo el gobierno, y otros puntos cruciales.

A continuación se reproduce el informe de Fundación Mediterránea:

La Argentina enfrentaba fuertes vencimientos de deuda entre 2006 y 2007, en promedio de 15 mil millones de dólares/año.

El superávit primario previsto permitiría hacer frente a poco menos de la mitad de esos compromisos anuales, por lo que se requería explicitar un plan financiero para despejar la incertidumbre.

En la Editorial del 29/11/05, se había anticipado que, si el gobierno no estaba dispuesto a acordar un programa con el FMI, recurrir a las reservas del Central era una opción superior a la de seguir enfrentando vencimientos en el día a día.

El "paso a paso" en esta materia hubiera implicado una sangría fiscal y un "efecto desplazamiento" del crédito en el mercado local, absorbiendo el estado recursos que es más conveniente que sean ofrecidos al sector privado.

Lo que finalmente anunció el gobierno este jueves 15 de diciembre es lo que se había anticipado en aquella editorial.

En el Informe de Coyuntura Mensual del 29 de noviembre pasado comentábamos:

"El gobierno necesita definir un plan financiero para enfrentar los pesados vencimientos de 2006 y 2007. Debe optar, o bien por buscar un acuerdo con el FMI, o bien recurrir a una parte de las reservas del Banco Central, para evitar una sangría fiscal y fuerte iliquidez en la plaza local. En la segunda opción, debería modificar la carta orgánica del Banco Central, para lo cual se requieren alianzas en el Congreso, con legisladores que seguramente aspirarán a reformas en otros frentes (política tributaria, prioridad de gasto público, etc) antes que prestar consentimiento a esa propuesta. De un modo u otro, no parece recomendable que la incertidumbre sobre el plan financiero se extienda más allá del primer trimestre de 2006."

Al dejar de lado el escenario del acuerdo con el FMI, el gobierno se libera de las condicionalidades habituales de un programa de ese tipo.

Pero esto no debería interpretarse en el sentido que el gobierno pueda ignorar las "condicionalidades" vinculadas con una marcha equilibrada de la economía.

Antes, al igual que ahora, la agenda económica plantea la necesidad de seguir generando empleos, para lo cual la inversión privada es crucial y requiere que la inflación no se desborde, ya que los trabajadores informales (casi el 50 % del total) no pueden seguirle el ritmo a los precios, con consecuencias negativas sobre los índices de pobreza y particularmente de la distribución del ingreso.

Asimismo, la Argentina tampoco se libera de la "condicionalidad" que impone la competencia por atraer inversiones, frente a "rivales" que se esfuerzan por generar un escenario atractivo para los emprendimientos productivos, como es el caso de los vecinos Brasil, Chile y el mismo Uruguay.

Adicionalmente, nuestro país conserva importantes programas crediticios con el Banco Mundial y el BID, con vencimientos del orden de los US$ 2.500 millones/año entre 2006 y 2007, cuya refinanciación requiere encuadrar una serie de políticas en función de los lineamientos de estas instituciones.

La Argentina ya venía cancelando vencimientos parciales con el FMI, pero con un esfuerzo fiscal importante.

Al decidir utilizar reservas del Banco Central para hacer frente al pago total de US$ 9.812 millones anunciado el jueves 15, una de las consecuencias es que se liberan recursos fiscales que inicialmente estaban destinados a estos compromisos.

No nos referimos al tema de los intereses, porque si bien cancelar el capital adeudado libera de esa obligación, hay que tener en cuenta que el Banco Central estaba seguramente obteniendo intereses es por los US$ 9.812 millones que contabilizaba en sus reservas.

La diferencia de tasa de interés entre uno y otro destino probablemente sea de entre 1 punto y 1,5 punto porcentual. El "alivio fiscal" tiene más que ver con el hecho que se estaba utilizando superávit para cancelar amortizaciones de capital.

Ahora bien, frente a este nuevo escenario, hay quienes pueden interpretar que ese alivio fiscal puede ser utilizado con fines cortoplacistas.

Sin embargo, los primeros anuncios oficiales luego del discurso presidencial señalaron que fondos presupuestados por $ 6.000 millones irían a engrosar el fondo anticíclico en 2006.

Esta decisión de prudencia fiscal fue adoptada probablemente para dar una señal de mayor liquidez frente a vencimientos de deuda privada que operan en 2006 y 2007 para los cuales todavía no hay un programa financiero diseñado.

En este sentido, cabe recordar que los vencimientos de Boden, préstamos garantizados y otros títulos de menor circulación promedian más de US$ 4.500 millones/año en 2006 y 2007 (sólo en concepto de capital).

En este punto, hay que resaltar que, si bien el anuncio de Brasil de cancelar su deuda con el FMI había tenido impacto positivo en los mercados, la Argentina necesita adoptar una actitud más cautelosa.

4 son las principales diferencias entre uno y otro caso:

• Mientras Brasil aparta un 22% de sus reservas externas para cancelar la deuda con el FMI, la Argentina necesita utilizar bastante más, el 36 % de las reservas de su Banco Central

• En tanto en Brasil no se necesitó ninguna reforma legal (los estatutos del Banco Central no impedían la operación) en el caso de la Argentina se requiere la modificación de la Carta Orgánica

• La reputación de Brasil se ha fortalecido en los últimos años (evitó el default pese a que el riesgo país llegó a 2.400 puntos en 2002), mientras que la Argentina recién ha comenzado a remontar la cuesta después del default y la ruptura de contratos ocurrida durante la crisis 2001/2002

• Para enfrentar los vencimientos de deuda privada de 2006/2007 Brasil ha estado emitiendo nuevos bonos en el mercado internacional con muy buena aceptación (hoy el riesgo país se sitúa en 310 puntos), mientras que la Argentina no ha podido utilizar todavía ese mecanismo (las emisiones han sido locales y de montos más limitados).

Teniendo en cuenta estas diferencias con Brasil es que la prudencia fiscal es un instrumento clave para acompañar los anuncios de este jueves 15.

Adicionalmente, la ausencia de condicionalidades del FMI probablemente ayude a "desideologizar" el debate interno acerca de las prioridades de política económica.

En ese sentido, es más sano que la decisión de luchar contra la inflación sea una forma de evitar que los índices de pobreza aumenten, en lugar de ser simplemente una cláusula de un programa acordado con el FMI.

Aquí probablemente se plantee uno de los principales dilemas de política económica de los próximos meses.

Si el gobierno considera que el nuevo nivel de reservas del Banco Central es demasiado bajo, e intenta retomar un ritmo de compras de US$ 100 millones por día o más, entonces puede llegar a influir sobre las expectativas inflacionarias, debido a que se entenderá que el Central no podrá esterilizar satisfactoriamente la emisión de pesos que tiene como contrapartida esa operatoria.

En el otro extremo, los operadores de cambio estarán
atentos al nivel de reservas, ya que si éstas se ubican en línea con la base monetaria, el Banco Central no podrá salir al mercado a vender dólares en caso de alguna turbulencia.

Al respecto, a la paridad actual, las reservas necesarias para respaldar la base monetaria se ubican en torno a 18,3 mil millones de dólares (al momento de redactar este informe se desconoce que porcentaje de los US$ 9.810 millones necesarios para pagarle al Fondo se apartarán directamente de reservas que se ubican en US$ 26.700 millones).

Otro aspecto a analizar en el futuro inmediato es el institucional.

La reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, necesaria para afectar la fracción de las reservas destinadas al pago al FMI, ha sido dispuesta por un decreto de necesidad y urgencia.

Habrá que ver que curso toman los acontecimientos en el seno del Congreso, debido a que seguramente habrá legisladores que entiendan que esa decisión debe hacerse a través del Parlamento.

Se agrega a este escenario el hecho que el uso de reservas para afrontar compromisos de deuda dará lugar a un cambio en partidas del presupuesto 2006, algo sobre lo que los legisladores de los distintos partidos también buscarán dar su opinión.

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