"Patti es un ciudadano a quien se acusa en forma extemporánea"

A continuación, la opinión de un usuario sobre Luis Abelardo Patti.

Sr. Director:

La cruel "venganza judicial" campea por sus fueros en el caso de Patti. Quienes pregonaban que en el nombre del pueblo, se alzaron contra los gobiernos constitucionales que rigieron los destinos de nuestra Patria desde 1973 hasta el 24 de marzo de 1975, argumentan que todas las acciones armadas que siguieron, a ese lapso tenían como propósito
reponer a la presidenta a quien ellos mismos habían intentado voltear
mediante el uso constante y alevoso de la violencia; alegaron que ellos
defendían los derechos del pueblo, conculcados por un golpe de Estado llevado a cabo por las Fuerzas Armadas.

Sus manifestaciones acerca de su intención de obtener la libertad conculcada no condice con la actitud de estos sedicentes "luchadores por la democracia y los derechos humanos", puesto que emplearon estos delincuentes métodos aberrantes e ilícitos para concretar sus fines y, de "derechos humanos", solamente saben que sirven para arruinarle la vida a cuanto ciudadano lleve uniforme, de lo que sea.

Dentro de poco son capaces de perseguir a los heladeros, con cualquier pretexto. Los lobos disfrazados con la piel de cordero, cuando iniciaron su accionar, no hicieron sino cumplir al pie de la letra un plan originado en un país extranjero, es decir CUBA quien llamó a la Conferencia Intercontinental de la OLAS en la década del sesenta.

Decidieron iniciar esta guerra. La perdieron. Su metodología fue mas que violenta, fue artera, cruel, felona, rapiñosa, aleve, ya que actuaron con prodición y con sentimientos inhumanos. Es conocido todo lo que sucedió. Pasados unos años, quienes atentaron contra los gobiernos constitucionales fueron llamados a ocupar cargos públicos. En algunos casos cargos judiciales, algunos como fiscales y otros como jueces.

Algunos de los magistrados que llevan a cabo investigaciones sobre causas inconstitucionalmente reabiertas, tuvieron activa participación en los actos terroristas de esa época, lo confiesan y se sienten orgullosos de ellos. Al parecer no les importa un rábano los DDHH de sus víctimas. Tampoco tienen la ética necesaria para apartarse de la
instrucción de tales causas, ya que no se puede ser juez y parte. La llamada "soberbia armada les impide adoptar una actitud distinta. Eran Dioses que decidían al respecto, señores de la vida y de la muerte. Y en la actualidad, a pesar de no ser neutrales en el tema, ellos que fueron guerrilleros subversivos, ahora se encuentran Juzgando en nombre del pueblo, a quienes se les imputa delitos cometidos con motivo u ocasión del accionar represivo de las fuerzas legales de esa época. A mi entender tal condición de estos "jueces", que en realidad serían tachados de parcialidad en cualquier país civilizado del mundo, los inhibe terminantemente para ejercer el augusto cargo.

Recordemos que el Poder Judicial ha sido creado con la autoridad de aplicar las disposiciones de la Constitución Nacional, entre las que incluimos la garantía de la libertad individual, lo que es la contribución más importante que la Carta ha dado al arte de gobernar. Pero para ello se requieren ciertas condiciones en los magistrados que, desgraciadamente, al parecer no existen en los casos similares al de Patti, donde son juzgadas violaciones a los derechos humanos.

Pasamos por una época con una Corte conocida como "menemista" pero al parecer estamos, en los casos similares al referido, en presencia no de juzgamiento imparcial por jueces idóneos, sino sencillamente ante una venganza, una venganza judicial. Se ha tomado a la institución Justicia para el oscuro propósito de satisfacer apetencias vindicativas de carácter personal, con un temperamento rayano en lo fundamentalista y en "amor al odio," lo que dará como frutos lógicos, algo que no podremos llamar justicia, ya que no estará precisamente guiado por el valor equidad o el de justicia.

Recuerdo que en 1974, en el caso Estados Unidos v. Nixon-que se refería a la negativa del presidente Nixon de entregar grabaciones de la Casa Blanca reclamadas judicialmente, argumentando razones de privilegio ejecutivo-tres de los cuatro jueces que habían sido designados por Nixon votaron contra él, mientras que el cuarto se recusó. ¿Si hubiera ocurrido este mismo caso en la Argentina, los jueces habrían actuado de esta forma? Lamento tener que concluir que no hubiera sido así puesto que en nuestro país se encuentra enraizada la idea de que, quien actúa conforme su leal saber y entender, en ocasiones es un "traidor y un infame".

La razón de tal epíteto tiene mucho que ver con la circunstancia de que quienes intentaron derribar al régimen constitucional, mediante el uso de la fuerza de sus armas, sin importarle la sangre que corría y qué derechos humanos violaban, se ven en la actualidad honrados con funciones públicas. O sea que el Estado Nacional ha "indemnizado" con suculentas sumas, a pesar del hambre de todo el pueblo, es decir sin importar la situación financiera del mismo, a quienes intentaron derribar las instituciones, siguiendo directivas de un gobierno extranjero. Y no solamente adoptó tal actitud indigna, sino que ese mismo Estado objeto de su violencia, "premió" a los integrantes de la guerrilla subversiva, con cargos destacados.

Una vez en el poder, ellos adoptan la actitud lógica. No respetan la libertad ajena, puesto que no están acostumbrados a vivir en democracia y a convivir con quienes piensan de manera distinta a ellos. En el caso especifico de Patti, no importa si es culpable o no. Para ellos no existe presunción de inocencia, derecho que tanto reclamaron, cuando el acusado no comulga con sus ideas. Tal bellaca actitud se encuentra acompañada, por lo regular, por la nula participación ciudadana. Los cómodos de siempre. Grupo éste que, generalmente, es oficialista. Como en la Alemania de Hitler, en la Rusia de Stalin, en la Cuba de Castro, así se comienza hasta que es tarde para rectificar rumbos, pues cuando se pretender hacerlo, advirtiendo el error en que se ha incurrido, generalmente ya es tarde y por la vía de las elecciones nunca, pero nunca, se derribará al gobierno oficialista, encaramado en el poder como si se tratara de una monarquía. En tal circunstancia, la libertad dejó de estar presente, pero por voluntad de quienes la conculcaron. De la democracia ni que hablar.

Tendremos delante a la "Patria Montonera". Debe convencerse el Gobierno que de esta forma no llegaremos a ninguna parte. No se puede disimular que un candidato ha sido votado por un grupo de ciudadanos que significan nada más y nada menos que el doble de la totalidad de los habitantes de Santa Cruz.

El ciudadano Patti ha dado cumplimiento a todas las exigencias requeridas para ser candidato. Si se proclama que moralmente no merece integrar la Cámara de Diputados, debemos recordar que no hubo juicio legal, acusación, defensa y sentencia condenatoria por parte de un juez. Para el derecho es un acusado, imputado por personas con intereses personales, a quienes les comprenden las generales de la ley ya que tienen interés en denostar al imputado.

Durante 30 años callaron la "verdad" que ahora, sospechosamente, surge de sus labios. En suma, Patti es un ciudadano a quien se acusa en forma extemporánea. No se trata de un prófugo de la justicia. Y quienes le imputan delitos deberán probarlo. Pero no es la ocasión, justamente y sugestivamente, de hacerlo cuando fue elegido por el pueblo.

Uno de los integrantes del Gabinete tiene mas de 20 causas penales en su contra, pero a nadie se le ocurre sostener con éxito que no es idóneo moralmente como para seguir colaborando con el Presidente, ya que si fuera así, si el Presidente lo hubiera echado de su puesto posiblemente habría un antecedente contrario a Patti. Pero cuando se procede de un modo para un imputado, porque es de nuestra ideología, y de modo fundamentalmente distinto contra el otro, en este caso Patti, porque no comulgamos con la suya, la solución peca por injusta. Y así como Patti, como máximo, es un sospechado o imputado quien lo acusa, el señor Bonasso, es un delincuente juzgado por la Justicia Nacional quien decidió que debía ser condenado como autor de varios delitos gravísimos y aberrantes, de lesa humanidad. El odiado Menem lo perdonó, lo indultó. Lo que borra la pena, pero no lo exime de ser un delincuente perdonado. Y este individuo tiene el caradurismo de
imputar a Patti.

Olvidando que gracias a que es oficialista, la Cámara de Diputados, tan celosa de los antecedentes y condiciones morales de sus miembros, pasó por alto el "detalle" pequeño de esta condena criminal en sede judicial. O sea, para los enemigos, ni justicia, como decía Perón. No comparto la mayoría de las posturas de Patti, por mi formación jurídica, pero lo defiendo y defiendo su caso ya que al proceder de esta forma, estoy defendiendo a la sociedad toda para que no caiga en manos del totalitarismo.

Debemos extremar nuestro celo cuando observemos que se intenta utilizar a la Justicia para eliminar a un adversario político. El día de mañana, nos podrá ocurrir lo mismo y nadie nos defenderá.

Ulpiano

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