Robo al banco: Los investigadores buscarían a un empleado de Aguas Argentinas

Una persona que accedió a los planos de los trabajos realizados por Aguas Argentinas en Acassuso a fines de 2003 podría conocer detalles de la banda de delincuentes que robó las cajas de seguridad y el tesoro del Banco Río. Pero, ¿quién es esa persona? Tarea del fiscal y los policías. Importante: no sonaron las alarmas antisísmicas, según la entidad. Y varios clientes no revelaron aún qué tenían en sus cajas de seguridad.

El robo del Banco Río en Acassuso, San Isidro, Gran Buenos Aires, ha derivado ahora en el pedido de investigación de una sustracción de planos de entidades financieras archivados en la Dirección de Seguridad Bancaria del Ministerio de Seguridad bonaerense, hecho denunciado a fines de 2003.

"A fines de 2003 nos presentamos por este tema en la fiscalía Nº 5 de San Isidro. La denuncia fue derivada a la de Delitos Complejos de La Plata, a cargo de Virginia Bravo. En ese momento también hicimos un pedido de informes al Ministerio de Seguridad para que se nos dijera si entre la documentación presuntamente faltante se contaba la de las entidades de Vicente López", dijo Carlos Mari, presidente del Foro de Seguridad de Villa Martelli e integrante de la Interforal Vicente López, al diario 'La Nación' y a Radio 10.

El ministro de Seguridad provincial, León Arslanian, admitió en rueda de prensa, que los ladrones pudieron haber contado con una copia de los planos para poder concretar su plan.

En noviembre de 2003, el semanario 'Noticias de la Semana' publicó acerca de un "robo hormiga" de planos, efectuado por un oficial que trabajaba en la Dirección de Seguridad bancaria bonaerense.

El entonces ministro de Seguridad, Juan José Alvarez, ordenó una investigación interna, aunque el comisario inspector Juan Carlos Carrillo, respondió en ese momento, en su descargo, que lo que se había hecho en la dirección a su cargo era "ordenar y reubicar documentación" de entidades crediticias.

La hipótesis de que el asalto al banco de Acassuso fue planeado y ejecutado por una banda con avanzados conocimientos de ingeniería comenzó a derrumbarse cuando los investigadores recibieron la información de que el túnel que usaron los ladrones para escaparse fue construido en 2001 por Aguas Argentinas para inspeccionar filtraciones en los cimientos del edificio.

Los empleados de Aguas dijeron que el túnel de 15 metros de profundidad conectado al desagüe pluvial, las dos cámaras y los 36 escalones se construyeron después de un semestre de intensas lluvias para inspeccionar filtraciones que podían afectar las estructuras de algunos edificios de la zona.

Y fueron operarios de la empresa quienes colocaron el chapón abulonado que cerraba el acceso al túnel, que en principio se pensó que había sido ideado por los ladrones para evitar que se inundara el lugar.

Ahora los investigadores deben establecer cómo fue que esta información le llegó a la banda. Una hipótesis es que alguien con acceso a los archivos de Aguas Argentinas vendió a los ladrones el plano; o que esa persona integró la banda.

La información termina con las especulaciones de que los ladrones habían tardado entre tres y cuatro meses para hacer el túnel.

Antes del golpe los ladrones tuvieron que perforar con una amoladora los 30 centímetros de hormigón reforzado con hierros que protegían la bóveda.

Algunas versiones indicaron que la alarma antisísmica (de la empresa Prosegur) dio tres alertas los días previos al asalto. Pero el gerente de Comunicaciones de Banco Río, Juan Pablo Franco, explicó que "las alarmas antisísmicas nunca sonaron".

Él también relativizó la posibilidad de que algún empleado del banco haya actuado como entregador.

¿Quién, cómo y cuándo ocultó el agujero en la pared por el que salieron los asaltantes con un mueble pesado que los investigadores creen que fue movido desde adentro después de la huida?

Esta es la hipótesis de que hubo un falso rehén.

El Banco Río había contactado hasta anoche a 133 de los 145 damnificados por el espectacular robo a las cajas de seguridad de su sucursal en Acassuso.

Algunos clientes se negaron a revelar al banco qué fue lo que les robaron.

Para la especialista Nydia Zingman, profesora de Derecho de la UBA, "Habiendo pasado tan poco tiempo el cliente está shockeado y puede equivocarse en los datos que le da al banco".

"No estamos hablando de montos", dijo Franco sobre los datos que les pidieron a los titulares de las cajas saqueadas. Una vez reunida toda la información, el paso siguiente será sentarse a negociar con cada uno de los damnificados el resarcimiento por el robo.

Zingman aseguró que la cláusula sobre una cobertura no mayor a los US$ 50.000 puede ser declarada nula por la Justicia en un eventual juicio. Además, el reclamo no depende de que los ladrones sean apresados, ya que se trata de un contrato entre los clientes y el banco que puede ser revisado por la Justicia en lo Comercial.

Como antecedente, la Sala C de la Cámara de Apelaciones en lo Comercial estableció hace 3 años que no se le puede exigir a los dueños de las cajas una prueba "rigurosa e inequívoca" sobre lo que allí guardaban.

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