Las ejecutivas estadounidenses arrasan con Londres

En Londres 12% del altos ejecutivos ya son mujeres... especialmente si han cruzado el Atlántico. La tendencia en breve, se cree, avanzará a otros mercados laborales porque hay mujeres mucho más capacitadas que muchos hombres, y los pruritos caen día a día. Una periodista española fue a constatarlo cruzando el canal de la Mancha, y su informe confirmó todo lo que se decía: el siglo 21 bien puede ser el siglo de confirmación del ascenso corporativo de las mujeres.

Mayte Isla-Martínez saborea un sushi de atún antes de contestar.«En España nunca habría progresado tan rápidamente como lo he hecho aquí», señala esta almeriense de 33 años que trabaja como directiva en el HSBC, primer banco del Reino Unido y segundo del mundo.

Desde las alturas de este restaurante japonés asomado al Támesis se domina Canary Wharf, el resplandeciente nuevo símbolo del capitalismo londinense, además de la más antigua y sabrosa City, coronada por el famoso pepino Gherkin.

Allí, en la parte más antigua del distrito financiero británico, comenzó Isla-Martínez una meteórica carrera en la que, insiste, nunca se ha sentido en peores condiciones por ser mujer. Al contrario. Su hija Cristina tenía apenas cinco meses cuando fue fichada para el HSBC. Más responsabilidad y más dinero en un momento del todo inesperado.

Su caso, sin embargo, puede ser excepcional. Isla-Martínez tendrá 73 años cuando la igualdad ente hombres y mujeres impere aquí en el top management británico, según los datos publicados por la Comisión para la Igualdad de Oportunidades hace dos semanas.No obstante, la plaza de Londres es un paraíso para las altas ejecutivas, que en España (Madrid-Barcelona), constituyen un raquítico 2% y aquí rozan el 12%.

"Está claro que en Londres sigue existiendo un desequilibrio de género, sobre todo en los sectores con los sueldos más altos", explica a este periódico la profesora Diane Perssons, del Instituto de Género de la London School of Economics.

"En el sector financiero londinense, por ejemplo, la diferencia salarial es enorme: los hombres ganan el 60% más que las mujeres. En el resto del país, y poniendo todos los sectores juntos, la diferencia es sólo del 20%".

Ello, a pesar de un Acta de Discriminación Sexual que fue instituida por el Gobierno hace ya 30 años. Además, la cifra del 12% tiene truco: la cúpula del top management femenino británico está formada por estadounidenses, con nombres tan conocidos en el FTSE-100 como el de Marjorie Scardino, consejera delegada de Pearson.

"El techo de cristal está bien intacto en el Reino Unido", explica Stephanie Liston, una de las principales abogadas de telecomunicaciones de Europa. "Pero para nosotras las americanas este mercado es más penetrable porque aquí no nos pueden clasificar. Además nosotras traemos las expectativas y la confianza en el éxito de nuestro país, donde crecemos con modelos sociales que nos enseñan que, si valemos, nos lo merecemos todo en la vida".

La experiencia de Liston, que llegó a Londres hace 12 años, suena a conocida. Piensa que los hombres nacen con unas expectativas superiores a las de las mujeres, independientemente de su valía.

"Nosotras sólo aceptamos un trabajo cuando sabemos que lo vamos a hacer muy bien, al menos en un 90%. Los hombres se conforman con saber que podrán estar a la altura del 50%", continúa Liston, que acaba de ser nombrada consejera independiente de Ofcom, el regulador de telecomunicaciones del Reino Unido.

"Aquí te hacen preguntas que ya son inadmisibles en usa, como si estás casada o tienes hijos", concluye Liston, fundadora del club Mujeres en Telecomunicaciones y Tecnología, que en cinco años ha pasado de sus ocho miembros iniciales a 450.

La lista de ejemplos de triunfadoras americanas en Londres es nutrida. La mayoría es relativamente joven. Por ejemplo, Amany Attia, directora general de Lehman Brothers, casada y con dos hijos. Nacida en Egipto, Attia hizo su MBA en Yale en 1986 y llegó a Londres hace cuatro años.

Para ella, "la capacidad de liderazgo no está basada en el género. Cualquier persona puede alcanzar una posición de liderazgo en Lehman Brothers. Nosotros intentamos desarrollar la confianza en las mujeres que contratamos para que sepan que pueden alcanzar posiciones de liderazgo".

Según Attia, "la maternidad desarrolla la capacidad de liderazgo.Yo tengo dos hijos, y estoy segura de que soy un líder mejor gracias a la experiencia de criarlos. Tanto el ser padre como el ser líder requiere de capacidad de ayudar, de establecer valores y objetivos".

Suzanne Donohoe, de Goldman Sachs, una graduada de la escuela de negocios de Wharton que con 35 años ha conseguido duplicar las inversiones europeas del banco y hacerlas pasar de US$ 60.000 millones a US$ 104.000 millones.

Donohoe lleva en Londres cuatro años, uno menos que Hope Pascucci, de Deutsche Bank, quien a los 38 años asciende tan rápido que sus colegas no dan abasto recibiendo correos electrónicos cada seis meses con una de sus nuevas responsabilidades. Pascucci es también producto de las grandes escuelas del Este de EUSA.

Completan el círculo de las gringas Amelia Chilcott Fawcett, de 50 años, que encabeza las operaciones europeas de Morgan Stanley en Europa, y Kathy Sutherland, de JP Morgan. Abogada de formación como Liston, Chilcott también ha conseguido introducirse en el limitado mundo de las instituciones británicas.

Desde hace 3 años es miembro del tribunal del Banco de Inglaterra y presidente de su comité de auditorías. Sutherland es, con 32 años, la benjamina de las americanas. Amante del yoga y del tenis, llegó a Londres hace cinco años, y tuvo la suerte de empezar a trabajar en un terreno -el de los créditos estructurados- todavía nuevo en la City a pesar de que en USA ya llevaban cinco años trabajando con ellos.

Mujeres en la banca

Para Mary Ferreira, del programa de MBA de la London Business School, (LBS) la veteranía de las escuelas de negocios americanas ayuda a explicar el éxito de estas altas ejecutivas en Londres.

"Harvard tiene más de 100 años de Historia, y nosotros apenas 40", explica Ferreira, quien advierte sin embargo que las chinas les están comiendo el terreno a las americanas: en las pruebas del GMAT, el examen exigido para hacer un MBA, las estudiantes chinas ocupan ya el segundo lugar detrás de las estadounidenses.

De momento, sólo el 27% de los alumnos de MBA en todo el mundo son mujeres, pero son "los propios bancos los que están buscando muy seriamente aumentar la diversidad de sus empleados".

Así, este año, la LBS ofrece por primera vez becas del Deutsche Bank y de Citigroup exclusivamente para mujeres. La decana de la LBS, la también estadounidense Laura D'Andrea Tyson, publicó hace tres años, por iniciativa del Gobierno, un informe que recomienda aumentar la diversidad en las grandes empresas, al modo del emitido por la CNMV en Madrid hace dos semanas.

A pesar de los cambios para mejor, para la columnista del Guardian Catherine Bennett, la City sigue siendo un lugar «brutal y sexista» al que las mujeres acuden porque quieren. O, como concluye la abogada Liston citando a Simone de Beauvoir: "Detrás de cada mujer con éxito hay un hombre que quiso frenarla".

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