Antes de que comience el Mundial: Cuidado con el triunfalismo

El "triunfalismo" es una característica muy nuestra y en el fútbol se la ve muy marcada. Aprendamos, de una vez por todas, del pasado para que nada nos sorprenda

El tema del fútbol en la Argentina, como en gran parte del mundo, es muy difícil de contener. Cuando digo "contener", me refiero a aquello del "exitismo", del "triunfalismo", y también lo contrario: La crítica despiadada.
Pasamos del  "todo bien" al "todo mal", en un abrir y cerrar de ojos, como si los grises no existiesen. O blanco, o negro. Esto es bueno marcarlo porque luego del partido con Angola, me di cuenta que no se aprende del pasado.
¿Por qué? Sencillo.
En general se venía hablando de que la selección no jugaba bien. Y era lógico que esto pasara. El último partido formal antes del de Angola, fue Croacia, y lo perdimos 3 a 2. ¿No?
A no ser que alguien me compute el 4 a 0 ante el sub 20. El tema que me preocupa, es lo que devino en materia de comentarios luego del 2 a 0 ante el "modesto" Angola.
En general, se dijo luego del choque con los africanos, que esta todo bárbaro, todo de "diez", como se diría en la jerga. "El equipo demostró que no es Riquelmedependiente", etc., etc...
La verdad, nos quieren hacer comer el caramelito. Pero no todos lo comemos. ¿Esto se puede afirmar en un partido ante Angola?
¿Alguien piensa en la responsabilidad que se tiene, al agitar las pasiones del modo que lo hacen para vender un diario más o tener más rating en un programa del televisión o de radio?
Veo que no. Y el problema es que la gente compra (no todos por suerte) , y la desilusión luego es tremenda si las cosas no se dan. Algo que por otra parte a cualquiera le puede pasar. Sí la vida solo se trata de vender, vale. La realidad indica que los medios están para guiar, para hacer ver cosas que la mayoría no, para ser el equilibrio, el termómetro...
Pero se hace todo lo contrario. ¿Se preguntaron a quien le hacen el bien?
¿A nosotros? o ¿Sólo a sus ganancias?
Queda claro que a la gente no, sino solo a sus ventas y a la facturación aprovechándose del fragor del público en un evento tan importante como es un mundial de fútbol. Ocurre, y hay que tenerlo muy en cuenta, que cuando más se infla el globo más ruido hace cuando explota. Y TODO PUEDE OCURRIR.
Obviamente que nuestro deseo es que a la selección le vaya de la mejor manera. Los jugadores no tienen la culpa de esto y también lo se. Como a veces le sacan rédito al "inflador periodístico", en estos casos, los futbolistas lo padecen hasta el día del juicio final. El ejemplo claro es el de Juan Sebastián Verón. ¿Hace falta que le cuente que pasó?
Antes del mundial era el "niño mimado", y luego del mismo, se convirtió en Judas Iscariote. Aunque ahora dicen que hay una nueva versión del mismo evangelio.
Se que son profesionales y todo eso. Pero tampoco es justo (no es el caso de la selección de hoy) que un equipo cargue con semejante rótulo cuando todo esta exageradamente inflado por intereses que van atados a lo que venimos tratando.
Hay una regla en esto: Cuando hay exceso de euforia, seguro que también habrá excesos en la derrota. Creo que el ejemplo que cabe, en este caso,  es la selección del 2002.
Por no haber clasificado, no quiere decir que todo se haya hecho mal, o que fue un fracaso tremendo la gestión de Marcelo Bielsa. ¿Pero quien saca cosas positivas de hechos como estos? Al menos, el periodismo en general, debería. Pero no lo hace, solo son muy pocos.
A las cosas hay que darle la dimensión que merecen. Hay que tratar todos los temas, pero con mesura. Y es lo que menos observo. El partido con Angola encendió la luz de alarma en este sentido. En lo personal me preocuparon algunos aspectos del equipo que las señale en el comentario del mismo. Y le sumo todo esto que le estoy relatando.
Trate, el que puede, de no comprar espejitos de colores. Porque en el caso de lograrse el objetivo que todos anhelamos,  el éxito será más medido. Y viceversa.  Esto será los mas apropiado ante un final poco feliz.
 La vida se trata de lograr el equilibrio, y se que  por otra parte es lo más complicado. Al menos hay que intentarlo.
Hay que resaltar los aspectos positivos, pero también hay que ser ecuánimes en la derrota. Y este no es el camino indicado. Me refiero al que nos quieren llevar los que sólo les importa sacar el rédito propio, a costa de la ilusión ajena.
¿Son las reglas del juego? ¿Quién lo dijo? . Esta en nosotros, en darnos cuenta y no morder el anzuelo.
¿No nos basta con los ejemplos del pasado que tenemos en nuestro país por nuestra forma de ser?
El tema Malvinas, por citar un ejemplo bisagra. La convertibilidad, puede ser otro.
 Me acuerdo que con relación a este tema un día, un francés me dijo:
"Como puede ser que de un día para el otro, Argentina, tenga una moneda que valga lo mismo que la unidad monetaria del gigante americano". Europa, (contando con  algunas potencias mundiales) hace 25 años que trabaja en conjunto para "tratar de ver" como le sale a pelear con una nueva moneda (el euro) a los Estados Unidos.
"Lo de ustedes no puede durar mucho". "No es normal".
Pero claro, quien nos iba a frenar en ese momento a nosotros. Sólo algún detractor,  algún antinacionalista, o algo por el estilo.
Así somos, en general.
Tenemos que aprender de una vez por todas de lo que nos pasó. Parece que a veces somos una máquina de repetir los mismos errores, cuando la vida se trata de lo contrario. Es necesario equivocarse para aprender, pero no siempre.
Hay que darse cuenta que somos víctimas de un mecanismo perverso del  cual siempre caemos en la trampa. Y la función de los medios en esto es de suma importancia.
Lamentablemente, en el caso del fútbol que es lo que me ocupa, veo que otra vez se esta planteando el mismo escenario. Tanto para el éxito, como para el fracaso. Cada uno hace su negocio.
Lo invito a que hagamos el nuestro.
Es una verdadera lástima que esto se de así nuevamente. Las críticas hay que hacerlas a tiempo. En ese caso, suelen ser constructivas. De lo contrario, suelen ser destructivas.
En eso nosotros no vamos a entrar. Póngale la firma. Sí, marcaremos los errores como lo estamos haciendo hasta en momentos en los que el "termómetro general" indica que todo está en orden. Aunque para nosotros no.
Creí, tal vez ingenuamente, que lo del Mundial 2002 nos podía servir como ejemplo. Veo que no.
Solamente quería dejarlo planteado antes de que la pelota comience a rodar en serio, y que el fragor de la actualidad nos quite posibilidad de detenernos en temas "gordianos" como este.

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