El Pentágono retoma pruebas con poderosa bomba de 700 toneladas

La prueba, codificada como Divine Strake, se efectuará el 2 de junio próximo, en el desierto de Nevada, USA. Según informa The Washington Post esta bomba forma parte de una investigación que busca desarrollar proyectiles especiales para destruir blancos militares profundamente enterrados.

La prueba, codificada como Divine Strake (La Draga Divina), se efectuará el 2 de junio próximo, aproximadamente a 135 kilómetros al Noroeste de Las Vegas, USA, en un valle alto del desierto rodeado por montañas.
El objetivo del ensayo es determinar cuán efectiva podría ser una bomba convencional maciza contra blancos subterráneos fortificados, tales como reservas de armas biológicas o químicas que, según el Pentágono, están proliferando entre potenciales adversarios en todo el mundo.
Según señalan los expertos, su explosión será la más grande realizada hasta el momento en Nevada y generará un enorme hongo de polvo en el desierto, en el momento en el cual el Pentágono haga detonar un gigantesco explosivo de 700 toneladas.

El ensayo detonará cientos de toneladas de nitrato de amonio combustible, y está previsto provoque una explosión equivalente a 590 toneladas de TNT. Prensa Latina señala que no se informó el costo de tal investigación militar.
James A. Tegnelia, director de la Agencia de Reducción de Peligros de Defensa del Pentágono que está conduciendo la prueba, aseguró: "Es la explosión más grande que podríamos imaginar", informa The Washington Post. 
Tegnelia dijo que existe una serie de obstáculos que se deben superar.  Sugirió que es improbable que bombas convencionales grandes puedan resolver el problema global de los peligros sepultados en la profundidad de la tierra.  "Es mucho más fácil cavar un túnel de 50 pies de profundidad adicional", que desarrollar armas capaces de destruir esos objetivos, dijo durante una reunión de periodistas de defensa.
Una bomba de ese tipo constituiría una alternativa convencional al arma nuclear propuesta por la Administración Bush, que ha suscitado oposición en el Capitolio. 
The Washington Post también señala que durante varios años, el Pentágono ha buscado fondos para investigar el Penetrador Terrestre Nuclear Robusto (Robust Nuclear Earth Penetrator - RNEP), también conocido como el "destructor de búnkers", después que la Revisión de la Postura Nuclear del 2001 afirmara que ningún arma en el arsenal norteamericano podría constituir una amenaza para el número cada vez más grande de objetivos subterráneos.  Sin embargo, el Congreso se ha negado repetidamente a otorgar fondos para un estudio de un destructor nuclear de búnkers, y en cambio los ha asignado al desarrollo de alternativas convencionales.

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