El éxito de las parodias porno de los sucesos de Hollywood

El cine adulto obtiene adeptos parodiando las grandes producciones de Hollywood. Desde la década del 70, cuando las primeras cintas triple X pudieron ser expuestas en salas de cine, aparecieron algunas con títulos que hacían referencia a reconocidas producciones.

(Revista Cambio) El pasado 17 de mayo, mientras se estrenaba en Cannes la versión cinematográfica de El código Da Vinci (The Da Vinci Code), en algún lugar de Norteamérica se estrenaba, en forma simultánea, La carga Da Vinci (The Da Vinci Load), versión del thriller de Da n Brown en el lenguaje del cine porno estilo gay. Peter Zaragoza, de la productora PZP, aseguró que se trataba de la cinta con mayor presupuesto de cuantas habían realizado y predijo que tendría, cuanto menos, un grado de suspenso igual al de la cinta de Ron Howard.
Lo curioso es que, por las mismas fechas, los estudios Hustler lanzaron otra versión porno, esta vez heterosexual, con el mismo título. El argumento, que narra el gran secreto del llamado "Priorato de Semen" según el cual Leonardo pintó a la Mona Lisa con su esperma, es tan delirante como el de cualquier cinta de ese estilo. Aunque algunos detractores de Dan Brown digan que es más coherente que la original. "Debería estar agradecido con el escritor Nelson X y el director Jerome Tanner por adaptar su execrable libro al lenguaje que le corresponde: el del porno", escribió el crítico del ramo Gram Ponante.
La oferta de cintas pornográficas que emulan, imitan o hacen parodia del gran cine de Hollywood no es nueva. Desde la década del 70, cuando las primeras cintas triple X pudieron ser expuestas en salas de cine, aparecieron algunas con títulos que hacían referencia a reconocidas producciones. Una de ellas, Alicia en el país de las Maravillas, obtuvo reconocimiento no sólo por hacer burla del clásico cuento de Carroll llevado al cine, sino por haber sido el primer filme porno-musical. La cinta, dirigida por Howard Ziehm y Bill Osco, se convirtió con el tiempo en una cinta de culto, al igual que otros remakes porno de su época como Flesh Gordon y Las mil y una noches eróticas.
El cine de acción tan en boga en los años 80 se prestó también para la reinvención porno. Así, siguen siendo muy buscadas en las videotiendas cintas como Ramb-oh..., Indiana Joan, Cocodrilo Blondee, Las Poonies o Penetrator.
Llegada la siguiente década aparecieron Pulp Friction, Bi-Tanic y Foreskin Gump. En la gran mayoría de los casos se trataba de usar el gancho comercial del nombre, sin relación argumental alguna con la película original. Gracias a ello muchas cintas fueron elegidas por los compradores en un mercado que, como el del entretenimiento para adultos, ofrece más de 11.000 títulos al año.
Para Lucas Soler, filólogo colombiano residente en España que bajo el seudónimo de Casto Escópico realiza crítica de cine para adultos, los sex remakes tienen dos objetivos. "El primero -explica- es vampirizar el éxito comercial de las grandes superproducciones, cambiando ligeramente el título con una connotación erótica e intentando imitar en portada el cartel original de la película. El otro, aprovecharse de un tema, algo que le viene muy bien a la industria pornográfica tan carente de imaginación y guionistas".
Tal ha sido el valor adicional de este recurso, que incluso algunas actrices porno decidieron recibir bautizos artísticos de acuerdo al supuesto parecido físico con tal o cual estrella de Hollywood. Así nacieron Dru Berrymore, Mary Carey y Brooke Sheelds.
En los últimos tiempos, algunos remakes porno han sido considerados verdaderos filmes épicos dentro de su industria. Tal es el caso de la serie La señora de los anillos (2005) rodada en parajes de Nueva Zelanda al igual que la trilogía de Tolkien, con la actuación de superestrellas triple X como Silvia Saint. De igual manera Pirates (2005) basada en la saga Piratas del Caribe, fue filmada en altamar, en verdaderos barcos de época, lo que le determinó 11 premios AVN, los Óscar del porno.
Los costos, sin embargo, han hecho que cada vez sean menos las parodias adultas a Hollywood. "El sex remake anda en horas bajas -asegura Soler-, pues supone unos gastos de decorado, vestuario y guión. Y la industria prefiere dedicarse a los filmes sin libreto con cámara casera".
Pero está visto que son muchos los que gustan de estas adaptaciones. O si no que lo diga Danny Elfman, autor de la banda sonora de la cinta Eduardo Manos de Tijera, que no sólo no demandó a los productores de la parodia Eduardo Manos de Pene por emplear su música, sino que hasta dijo haberse sentido halagado. Por algo será. 
# Parodias y parodiados
Estos son algunos de los títulos más desopilantes dentro del mundo del sex remake (el lector se encarga de la traducción) con su referente real.
Cinta Porno                             Cinta Original
American Booty                        American Beauty (Belleza americana)
Legs Wide Open                      Eyes Wide Shut (Ojos bien cerrados)
A Clockwork Orgy                     A Clockwork Orange (La naranja mecánica)
Dial E for Enema                       Dial M for Murder (Con M de Muerte)
The Ozporns                             The Osbournes (Los Osbourne)
Rebel Without a Condom          Rebel Without a Cause (Rebelde sin causa)
The 69th Sense                         The Sixth Sense (Sexto sentido)
Juranal Park                               Jurassic Park (Parque jurásico)
The Sopornos                             The Sopranos (Los Soprano)
Poc-A-Hot-Ass                            Pocahontas

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