La Dictadura: 'Un fascismo travestido de progresismo'

El Presidente Kirchner ha dicho que "no lo dejan gobernar", apuntando a la prensa y a los políticos que observan los desaguisados de su administración que pelea para obtener los superpoderes. Cristina Fernández dijo que la prensa censura porque parcializa la verdad. ¿Por qué entonces no podemos decir nosotros que esta democracia es en el fondo un fascismo travestido de progresismo? ¿No nos cabe sospecharlo rendidos ante las evidencias?

RÍO GALLEGOS ( OPI Santa Cruz).- El 29 de abril de 1976, Luciano Benjamín Menéndez, jefe del III Cuerpo de Ejército con asiento en Córdoba, ordenó una quema colectiva de libros, entre los que se hallaban obras de Proust, García Márquez, Cortázar, Neruda, Vargas Llosa, Saint-Exupéry, Galeano... Dijo que lo hacía "a fin de que no quede ninguna parte de estos libros, folletos, revistas... para que con este material no se siga engañando a nuestros hijos". Y agregó: "De la misma manera que destruimos por el fuego la documentación perniciosa que afecta al intelecto y nuestra manera de ser cristiana, serán destruidos los enemigos del alma argentina" . La Opinión (Bs As), 30/04/06
Tanto hablar de dictadura, tanto prolegómeno para sintetizar la idea de que los años en que estaban en el poder los militares teníamos las alas de la libertad cortadas, que Alfonsín fue un títere de la transición sangrante del país, que Menem en 10 años acumuló poder, decretos de necesidad y urgencia y riqueza, que se robaron todo y utilizaron el dinero del estado para sus campañas sucias, que Duhalde y De la Rúa terminaron con la República ; tanto hablar de estas dictaduras el presidente Kirchner se olvidó de los fantasmas que ha creado a su alrededor.
Olvida que lleva el record de los DNU de todos los gobiernos no militares (adviértase que no utilizo la palabra democráticos), que puja por el salvoconducto de la caja pública a través de los superpoderes, que licua el dinero del estado en la obra pública que se promete pero se cristaliza sólo en un 20%, olvida los sobreprecios, los negociados, la creación de empresas truchas, la corrupción explícita de sus funcionarios y amigos cercanos y distantes, el enriquecimiento inexplicable de él y sus funcionarios, olvida la falta de política programática, el excesivo rumbo errático que lleva el país en algunos rubros y la política existencialista del día a día, olvida el aislacionismo internacional al que nos somete y olvida la sarta de contradicciones que tanto él como su esposa incurren cuando al lado de los mensajes grandilocuentes que emiten hoy, les contraponen los demoledores archivos televisivos y radiales de hace muy poco tiempo atrás donde sostenían exactamente lo contrario de lo que hoy sustentan.
Olvidar esto, a grandes rasgos porque hay muchísimo más para mencionar, es sencillamente olvidar su esencia, al pueblo y cercenar la libertad. Es mentirle a la gente, engañarlos diciéndoles que son libres en los dos metros cuadrados que tiene un calabozo. Esto no es democracia, es lisa y llanamente una dictadura.
Y como si esto fuera poco hoy el propio presidente sale a victimizarse gritando a voz en cuello que "no lo dejan gobernar" porque una parte de la presa no adicta somete a la crítica descaranada su ambicioso proyecto para lograr los superpoderes que terminará con el último atisbo de república que nos queda.
Este es un país donde el pensamiento libre se somete al escarnio y a la descalificación, se impulsa el orden cerrado de los cuarteles para aleccionar a los idiotas útiles pero el gran error del gobierno es creer que todos somos idiotas y además, útiles.
Han hecho de este país un gran santuario del silencio (o al menos eso pretenden) y es por eso que compran, venden, trafican relaciones, se esconden tras la justicia ciega sorda y muda, desempolvan viejas prácticas fascistas y allí radica la cuestión: en el camino por ser ultra progresistas resultan siendo más fascistas que aquellos a los que pretenden enjaular con la diatriba calenturienta de los eunucos políticos, de los impotentes que no tienen agallas para pelar en el campo de las ideas.
Es irreconciliable con la inteligencia decir, tal como lo dijo la primera dama Cristina Fernández de Kirchner, que es la prensa la que censura al poder político porque edita, recorta o publica los discursos fuera de contexto. Es inadmisible que una mujer instruída, con una larga trayectoria política, aunque pueblerina y desabrida, no sepa ubicarse en el cenit de la medianidad que sugiere el cargo que ocupa.
La censura siempre proviene del poder porque es un hecho de facto, es una imposición, un recorte de libertad, es un enjaulamiento de las ideas, es una coacción intelectual, es un crimen político. La censura es sencillamente la única arma que pueden esgrimir los fascistas para acallar las voces y los corazones de los que tienen corazón. Y como todo converso no hay más fascista que un progresista devenido en tal.
La censura es la que aplica con notable desparpajo esta dictadura kirchnerista donde todo es monocromático, o al menos así es para los daltónicos que levantan la mano como serviles en el Congreso y el enjambre de cotidianos gobernadores que circulan lamiendo las botas en Casa de Gobierno, sean ellos peronistas o los "nuevos radicales K".
La censura es la misma omisión de la inteligencia, es el "by pass" a la realidad que aplican los políticos obsoletos y autistas que no quieren escuchar la voz de la gente. La censura que ejerce hoy el partido gobernante a no dudarlo que es la más brutal de todos los tiempos y hasta podría asemejarse en parte a la de la propia dictadura militar. La diferencia con aquella, sin que uno ni por asomo intente justificar a aquellos criminales, es que al menos adelante teníamos a un fascista vestido como tal y mentalmente aleccionado, por lo tanto podíamos pelear contra un enemigo visible ideológicamente.
Hoy son gatopardistas de otros tiempos travestidos; indetectables, agazapados, disimulados y engañosos.
Me queda las duda si por allí no se ordenará quemar los libros que hablen de la libertad de ideas de aquellos que tienen la enorme capacidad de pensar, o los diarios independientes, o las revistas y semanarios políticos que no adulan al gobierno maniqueísta; Tal como en el Tercer Reich y en la Argentina de los 70 donde todo empezó por matar las ideas escritas, después las habladas y posteriormente las que aún estaban en la mente de pensadores y periodistas ¿No se si me explico?.
Recordatorio de la prensa silenciada por la administración del presidente Kirchner:
Séptimo Día (Río Gallegos – Santa Cruz)
La Parada (Río Gallegos – Santa Cruz)
Voces de mi Tierra (Radio nacional - Gobernador Gregores – Santa Cruz)
Daniel Caram (Catamarca)
Imagine Fm 98.1 (Buenos Aires)
Semanario Perfil (Buenos Aires)
Pepe Eliaschev (Radio Nacional – Buenos Aires)
Julio Nudler (Página 12 – Buenos Aires)
Víctor Hugo Morales (Canal 7 (estatal) – Buenos Aires)
Marcela Pacheco (Canal 7 (estatal) – Buenos Aires).
… y todos aquellos tantos que a lo largo y ancho de la Argentina lo sufren en silencio y sin que trasciendan como víctimas de este oprobioso flagelo. 
 

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