Dromi, D'Albora y Caamaño intentan que Bendini zafe de la condena

Roberto Bendini se encuentra muy comprometido judicialmente por irregularidades administrativas, financieras y hasta impositivas cuando fue jefe de la unidad del Ejército en Río Gallegos. Pero allegados a Néstor Kirchner intentan salvarlo. Le han armado una defensa judicial y confían en el rol del juez Gerardo Caamaño, compañero noctámbulo de Bendini en la Patagonia, según informantes de Río Gallegos. La situación resulta un bochorno no tanto para el Ejército sino para el Gobierno que protege a Bendini.

La investigación del periodista Gabriel Sued, en el diario 'La Nación', del domingo 26 de marzo, tiene especial importancia porque desenmascara una estrategia jurídica defensiva aceptada por el juez federal de Río Gallegos, Santa Cruz, Gerado Caamaño para desvincular al general Roberto Bendini de la causa judicial que lo compromete seriamente.

Si bien la descripción del curso que lleva la causa se encuentra señalada en el artículo, es conveniente agregar algunos aspectos para desenmascarar la trama del ocultamiento que se ha tejido para tratar de justificar la inconcebible decisión que adoptaría el juez Caamaño, abundante en andanzas con funcionarios del gobierno de Néstor Kirchner, y a quienes debe cierto beneficio para un sobrino que será tema de otra nota.

La estrategia de la defensa de Bendini fue diseñada, de acuerdo a fuentes dignas de crédito, por el administrativista José Roberto Dromi, y la cuenta de honorarios profesionales se habría pagado con fondos no rendibles del Comando de Remonta y Veterinaria del Ejército Argentino.

Dromi, ex ministro de Obras y Servicios Públicos de Carlos Menem, determinó que, con la documentación reunida en el expediente, era imposible no ser procesado y que debía conseguirse tiempo para cambiarla.

Entonces, Dromi propuso al abogado Francisco D'Albora, profesional con mucha relación en la defensa de causas vinculadas a los derechos humanos relacionadas con los oficiales de la Armada, para asumir la defensa integral de los implicados en la causa.

D'Albora habría señalado los documentos y las pericias que eran necesario reemplazar y en que términos. Además de ello armó la estrategia defensiva e instruyó a todo el personal militar que debía declarar.

Operación Reemplazo

Con el expreso acuerdo del evidentemente nefasto juez federal Caamaño, fueron reemplazados documentos y pericias ya existentes en la causa, utilizando la metodología que se señala más abajo.

La denuncia de los informantes de U24 es gravísima para con el juez federal Caamaño. Los pasos dados fueron:

> Elevación del sumario militar confeccionado por el actuante, ex – 2do Comandante del Vto. Cuerpo de Ejercito, General de Brigada Jorge Zamudio. Fue reemplazada, dos años después de confeccionada, por el citado General, siendo recompensado con un puesto de Retiro Articulo 62, que aún hoy mantiene, con lo que duplicó su sueldo.

> Reemplazo de pericias. Fue "gestionada" y "retribuida" a los peritos de Gendarmería Nacional por el Coronel de Intendencia Néstor Korps, quien viajó a Río Gallegos en varias oportunidades para realizar los trámites y pagos a los peritos de la fuerza de Seguridad.

Debe agregarse que Korps se trasladó todas las veces en aviones de línea -lo que demuestra su impericia porque quedó registrado en decenas de listas de pasajeros-, e incluso fue 'observado' por el actual Comandante de Brigada por no informarle su arribo y permanencia en la jurisdicción.

Korps es un coronel de Intendencia que armó las rendiciones de los fondos malversados. Con sólo ver el incremento patrimonial del mismo se podrá ver la marginalidad con que él actúa, agregaron los informantes:

> chacra en Esquel,

> bungalow nuevo en el Club de Pescadores de Esquel,

> integrante de sociedades en la zona, etc.

Como nexo con Gendarmería Nacional actuó un Comandante Mayor de apellido Caserotto (al menos era comandante mayor hasta fin del año pasado).

El patrimonio

Además del control patrimonial del citado nuevo hacendado Korps, resultaría útil repetir el procedimiento con el coronel Marcelo Marteletti, o al menos conversar con los suboficiales de la Brigada de Ingenieros 11 para que cuenten el nivel de vida con que ingresó Marteletti, y el nivel con el que finalizó su jefatura.

Una alternativa es realizar un control de los ingresos de Alba Pérez de Espósito (esposa del teniente coronel Espósito) para demostrar que no sólo un grave incumplimiento administrativo sino la posible conformación de una asociación ilícita.

La esposa del general Bendini estuvo mucho tiempo en la Ciudad de Buenos Aires mientras su esposo se desempeñaba como comandante de la repartición en Río Gallegos.

Durante esas extensas jornadas, Bendini asimiló las costumbres de aquella localidad patagónica. Entre ellas, las tertulias con bebidas blancas para soportar las largas noches y el frío de la región.

Muchas de estas reuniones ocurrieron con el magistrado Caamaño, con quien se conocen en profundidad, razón por la cual éste magistrado debió haberse excusado en su momento. Caamaño no puede encontrarse al frente de la causa cuando fue visto, con frecuencia, con Bendini en actividades sociales.

Al magistrado Caamaño se le ha pedido el cierre de la causa con la promesa que su eventual defensa ante el Consejo de la Magistratura se encuentra garantizada, haciéndole notar que ahora es el tiempo de hacerlo para que cualquier proceso que se inicie pueda ser finalizado durante en la actual gestión.

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