Crisis en Recrear: Ahora renunció Marta Carraro, amiga de López Murphy

Marta Carraro y Ricardo López Murphy militan juntos desde 1995, y ella es la dirigente que más años estuvo junto a López Murphy. Carraro acaba de renunciar a Recrear, y el siguiente es el texto de su renuncia, enviada por e-mail al ex candidato a Presidente y a senador.

Adrogué, 2 de abril de 2006

Al señor Presidente de

RECREAR

Ricardo López Murphy

S          /            D

De mi consideración:

A través de este  medio cumplo con mí deber de poner en vuestro conocimiento mi renuncia indeclinable a mi afiliación al Partido RECREAR y su fundamento.

Sabe Ud. que he tomado esta decisión hace varias semanas. Postergué la oficialización de mi renuncia hasta este momento porque no quise interferir en el proceso eleccionario interno del Partido en nuestra Provincia. A pesar de mis deseos, de todos modos trascendidos periodísticos ya habían hecho pública esta decisión. Hablé personalmente de este tema con Ud. y para mí eso ya había sido suficiente, sin embargo, las declaraciones suyas en un medio local me convencieron de que era necesario brindar un fundamento público a mi renuncia.

Dijo Ud. que la separación de un grupo de personas de RECREAR no se debía a razones ideológicas ya que "todos pensamos de una misma manera". En otros medios mencionó que los que se fueron de Recrear no querían que se afiliara a más gente.

Quiero dejar en claro que esto no es así. Profundas diferencias políticas hacen que me sienta absolutamente alejada de vuestro  actual accionar. Sucede que, lo que Ud. señala como diferencias simplemente "metodológicas", son para mí, parte esencial del pensamiento y la acción política.

En política "lo formal" es también "lo esencial" o  "de fondo". Un pensamiento distinto llevaría a establecer que todos los políticos son lo mismo o piensan exactamente igual: todos coinciden en un país de igualdad de oportunidades, donde la brecha entre ricos y pobres no sea la actual, donde la educación sea de excelencia para todos, donde esté garantizada la salud, la justicia y la seguridad para todos... en fin podría seguir por varias líneas señalando pensamientos positivos hacia el país y su gente que comparten todos, absolutamente todos los políticos argentinos e incluso el presidente Kirchner.

Nos diferencian  a todos, los aspectos metodológicos y formales de nuestro accionar, por lo cual yo no concluiría que este aspecto es menor en cualquier formulación política.

Dijo Ud. también que no se  sentía cómodo con la caracterización que el periodismo había dado de la última alianza que lo tuvo como co-protagonista. Se refería al mote de "alianza de centro-derecha".

Por primera vez en mucho tiempo comparto esa apreciación periodística, apreciación que antes jamás  fue cuestionada por ninguno de los socios del PRO. Sabe que no estoy de acuerdo  para la caracterización moderna de la política con la  división entre "derechas" e   "izquierdas", prefiero en cambio, utilizar adjetivos como "progresista" y "retrógrado".

Me es muy doloroso haber apreciado que en el Partido que Ud. lidera existe una marcada tendencia en el segundo sentido, y ello se aprecia no en su discurso, aunque creo también que el mismo ha perdido la claridad de principios de 2003, sino justamente en los aspectos "metodológicos" y "formales"que han hecho que Ud. mismo justifique  y respalde comportamientos y actitudes irrespetuosas y poco democráticas por parte de "su gente".

No hay auténtica democracia política cuando ésta no se interpreta como un quehacer colectivo.

Ningún liderazgo absolutamente personal puede identificarse como "democracia". De allí sus justas críticas al actual gobierno nacional.

El Presidente Kichner ejerce un tipo de conducción absolutamente personal: esto lo ha llevado a no dudar cuando se trató de avasallar a los otros Poderes del Estado (desde dare "instrucciones" al Congreso para que iniciara juicio político a los miembros de la Corte, hasta modificar la composición del Consejo de la Magistratura, pasando por la injerencia inaudita del Ejecutivo nacional en las intendencias de la Provincia de Buenos Aires para que no modificaran sus tasas y sin olvidar, claro está, la medida inconstitucional de prohibir la exportación de carne).

Toda conducción autoritaria desmerece y posterga a la Democracia, por eso quien ejerce el poder de esa manera, nunca puede llamarse "progresista". Todo lo contrario, nuestra historia y la de otras naciones dan ejemplos claros de que cuando el ejercicio del poder se hizo de manera autoritaria la política consecuente siempre fue reaccionaria y dio la espalda a las apetencias de libertad de la sociedad.

Cuando nos unimos y abandonamos la UCR, fue por estar en desacuerdo precisamente con un modo de conducción autoritario y asfixiante.

Quisimos llenar una vacante ideológica en el país: un progresismo liberal (que aun sigue faltándonos). Ud. ha hablado de que la culpa de que no exista oposición debe ser compartida entre el propio gobierno y aquellos que no han sabido articular una alternativa atractiva para la sociedad. Esto es verdad. Y eso ha sucedido porque no se ha intentado refundar partidos políticos que otorgaran prioridad a una organización horizontal, participativa y transparente. Por el contrario han proliferado los partidos dirigidos de manera "unipersonal".

No dudo en afirmar lo siguiente: todo partido "personal" es reaccionario.

Y se puede agregar: y está destinado a desaparecer con su fundador o bien cuando su líder ya no tenga consenso social (sobran los ejemplos históricos en la Argentina: la Democracia Progresista de Lisandro de la Torre; el MID de Frondizi; la UDELPA de Aramburu; el Partido Federal de Manrique; el PI de Alende; la Ucede de Alsogaray; etc.)

En RECREAR nada se ha hecho para evitar estas experiencias anteriores. Los líderes democráticos que Ud. admiraba, según lo ha dicho en varias conversaciones, (Hipólito Yrigoyen, Wiston Churchill, Charles De Gaulle, John Kennedy, etc.) no solamente ejercían una conducción personal, sino que además contaban con un respaldo democrático y participativo que hacía que sus decisiones no aparecieran nunca como caprichos personales, sino como una política dirigida por los mandantes a sus mandatarios.

Ud. tuvo la oportunidad de convertirse en un auténtico líder de un Partido democrático pero rodearse  de adulones y obsecuentes convirtió el Partido en un círculo de "elegidos", olvidó la auténtica democracia interna (que no se compara con simulacros de "internas") avaló las trampas que sus adulones hacían para perpetuarse en lugares de dirección y mientras todo esto sucedía el Partido se iba quedando vacío. Como culpa propia, como autocrítica, debo confesar que tardé demasiado en darme cuenta.

Un partido con principios y formas auténticamente democráticas no puede basarse en un liderazgo que permita que se trabaje sólo en función de ese liderazgo.

Un liderazgo verdadero tiene un costo enorme: la necesidad permanente de revalorizar títulos ante una competencia permanente entre los mejores.

Una lucha permanente por lograr el posicionamiento del Partido a través de toda su gente en todos los niveles del gobierno: municipal, provincial y nacional, evitando "regalar" posiciones a oportunistas, o menospreciar lugares que erróneamente algunos creen, no hace al papel del líder absoluto.

No tengo la menor duda de que su liderazgo dentro de los restos de un Partido que supo aquilatar muchas voluntades  podría estar asegurado por muchísimos años, pero creo que éste no era su objetivo en un principio.

De seguir en este camino me atrevo a vaticinar otras cosas, por ejemplo que terminará cobijándose en liderazgos más abarcadores, por ejemplo bajo la férula del "cacique patagónico" Sobisch o que intentará cambiar de jurisdicción (eso que tanto criticó en Fernández Meijide o en la senadora por Santa Cruz-Buenos Aires) para ver si tiene mejor suerte electoral.

No sé si está a tiempo de torcer el rumbo y volver al perfil que le dio casi tres millones de votos en  2003, pero en virtud de su prestigio personal y del de todos los que nos lanzamos en ese ambicioso proyecto que tantos y tantos amigos, los más lúcidos por cierto, ya han abandonado, deseo fervientemente una reacción positiva hacia el camino planeado hace más de diez años.

Lo saluda con la consideración más distinguida

Marta B. CARRARO

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