Vodafone se lanza a la porno en el móvil

Demasiado dinero circula por la pornografía como para quedarse afuera, razonó Vodafone. Con un criterio similar, los laboratorios deberían vender marihuana en breve (qué debate).

La discreción era la clave en la reunión que los pasados 24 y 25 de enero se celebró en el hotel Radisson, de Miami, Florida, USA, y asistieron representantes de operadoras y proveedores de contenido para hablar de uno de los negocios más suculentos de la telefonía móvil, pero que está sometido a tanta presión legal y social: el erotismo y la pornografía, una industria multimillonaria a la que la Red debe buena parte de su expansión.
No en vano, el 12% de los sitios web es de contenido pornográfico. Cada día los buscadores de la red reciben 68 millones de peticiones de búsqueda de contenido erótico y la industria del porno mueve al año € 47.000 millones, la mayoría generados por la venta de películas y revistas, según datos de la consultora Top Ten Reviews. Trasladar parte de esos ingresos a la telefonía móvil es el sueño de las operadoras.
El de Miami no es el único congreso centrado en los contenidos de móviles para adultos. La industria de las telecomunicaciones se reúne periódicamente para examinar el terreno, pero es raro que los acuerdos firmados salgan a la luz pública. Con un mercado estimado de € 2.000 millones para el año 2010, la pornografía en el teléfono móvil puede llenar muchos bolsillos, pero también sellar muchos labios.
Vodafone, sin embargo, está dispuesta a zambullirse. Su portal Vodafone live! ofrecerá videos y fotografías pornográficas explícitas servidas por proveedores muy conocidos, como Private o Hustler, y con actualizaciones semanales.
Al mismo tiempo se blindará para proteger a los jóvenes. El contenido será inaccesible para menores de 18 años, y los mayores tendrán que solicitar un PIN de adulto, un número que la propia operadora ofrece a través de teléfono o Internet para los usuarios de contrato o previa presentación del DNI para los de prepago. Sin esa clave, única para cada usuario, los contenidos no podrán llegar a la pantalla del teléfono.
Los padres también podrán solicitar el PIN de adulto para bloquear el acceso de los móviles de su hijo a los contenidos más suaves, como fotos con desnudos parciales y en ropa interior, servicios de citas y chats. El mismo número permite también operar en servicios de apuestas. No identifica al usuario, simplemente asegura al sistema que tiene la mayoría de edad, y puede cambiarse en cualquier momento si los hijos lo descubren por un descuido.
Aunque cuesta encontrar a alguien que admita consumir este tipo de contenidos, el entretenimiento para adultos en el móvil cuenta con un buen número de seguidores. "Se usa más de lo que se dice. Aproximadamente el 10% de los usuarios accede en algún momento y el móvil es una buena plataforma porque es un dispositivo muy personal y privado", asegura María José Álvarez, responsable de contenidos de Vodafone live!, filial española de la telco.
El perfil es similar al del consumidor de pornografía en otros soportes, es decir, varón y mayor de edad, aunque dificilmente afirmarían lo contario por la cuestión legal.
Por esto, el PIN de adulto es un primer paso para frenar el consumo de pornografía entre los menores de edad, un problema creciente en Europa. La edad media en la que un joven descubre la primera imagen pornográfica se sitúa, hoy en día, en los 11 años, y los mayores consumidores de pornografía en línea son jóvenes de entre 12 y 17 años que encuentran en el anonimato y la falta de control de la Red la combinación perfecta para poder acceder a este contenido, restringido en otros medios. El 90% de los niños de entre 8 y 16 años aseguran haber visto pornografía mientras navegaban en la Red para hacer los deberes.
El pasado mes de febrero, una revista inglesa denunció la facilidad con la que los jóvenes podían acceder a sitios de descarga directa de videos pornográficos en la Red mediante el envío de mensajes premium desde el móvil.
Estos sitios tientan al usuario con fotos y pequeños videos, y ofrecen la posibilidad de descargar la versión completa mandando un mensaje a un número de elevado coste. A cambio, el usuario recibe una clave para acceder al archivo.
Aunque el PIN de adulto no protege, hoy en día, contra este tipo de uso, Vodafone asegura que estudia implementarlo en un mayor número de servicios, incuida la nevgación por WAP.

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