El oscuro mundo del transporte

Los empleados tercerizados del subte reclaman su encuadramiento dentro del convenio de la UTA, tal como la habían firmado en diciembre pasado. Pero Metrovías y Kirchner/Jaime, vía Tomada, desvían el problema a Moyano, aliado de Palacios, 'vigilado' por Jaime, deferente con De Vido, y unido a Barrionuevo en su historia. Todo ello, luego del ¿acuerdo? entre Kirchner y el líder de la CGT. El oscuro mundo del transporte continúa la leyenda.

La razón de la protesta es que los guardias privados que custodian los accesos en las estaciones de subte quieren ser asimilados a la Unión Tranviarios Automotor (UTA), el sindicato base, atraídos por la estabilidad laboral, un mejor sueldo, y más beneficios en la obra social.
Y como sus reclamos no fueron atendidos, los vigiladores decidieron saltar a las vías en los puntos neurálgicos e interrumpieron el servicio.
Ayer, a última hora, tras ser informado de que se podría estar ante un polvorín, el propio Néstor Kirchner, se reunió de urgencia con el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, en la búsqueda de una solución.
Pero Kirchner ordenó al ministro Tomada que sacara la cara con alguna explicación.
Entonces, el titular de la cartera laboral, visiblemente nervioso, explicó que se estaba frente a una situación insólita, que no podía encuadrarse como un conflicto gremial, sino como un pedido compulsivo de un grupo de trabajadores, pertenecientes a un gremio (el de la seguridad privada) que por razones de mejor beneficio, quería pasar a otro, el de los trabajadores de subterráneos, o sea la UTA.
Por tanto, el Ministerio de Trabajo desvió el problema al calificarlo como estrictamente sindical y afirmó que "lo debe resolver la Confederación General del Trabajo (CGT)", que hasta ahora evitó hacer pública su posición.
Los camioneros de Moyano tuvieron éxito en forzar la incorporación compulsiva a su gremio (y por ende con el correspondiente aporte salarial) de toda persona directa o indirectamente vinculada a un camión, aunque nunca lo haya manejado. Para lograr esto bloquearon supermercados, centros de abastecimiento de combustibles, rutas, puentes, caminos y todo lugar donde hiciera falta hacer ruido.
El Gobierno siempre cedió a las demandas de Moyano y los suyos, aún enemistándose con otros popes gremiales.
Es difícil encontrar una fórmula para saber dónde está la verdad en esta situación. Pero, ¿qué pasó con el acuerdo y la reunión que mantuvieron Kirchner y Moyano?
El transporte es un mundo donde la relación entre los gobiernos, los sindicalistas y las empresas, distan de ser transparentes.
¿Cuál es la relación entre los personajes?
El líder de la UTA, Juan Manuel Palacios, es la mano derecha del titular de la CGT, Hugo Moyano. Camina junto a Luis Barrionuevo desde hace añares, hay que remontarse como mínimo a 1994, cuando ambos fundaron el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA).
Palacios también comparte mesa con el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, uno de los interlocutores que le destinó el Gobierno de Kirchner, quien prefiere "contener" al gremialista y estar al tanto de lo que hace.
En tanto, el ministro de Planificación Julio De Vido, también tiene con Palacios un trato deferente.
Los conflictos ligados al transporte de pasajeros recorren una saga asaz conocida. Estallan virulentos en momentos cúlmine de vacaciones, enardecen a los pasajeros. ponen en jaque a los gobiernos, se resuelven (o se empiojan, según) demasiado velozmente.
Las vinculaciones de funcionarios oficiales con figuras gremiales no son desconociddas. Se tejen acuerdos políticos como los que urden Moyano-Palacios con De Vido. O bien, se 'destejen'. ¿Habría que preguntarle a Kirchner o a Moyano?
Por lo pronto, se desata el caos en la incipiente jefatura de Telerman y la Ciudad se transforma en un infierno. Y en la Semana Santa, como ocurrió el año pasado, y como suele ocurrir con los conflictos ligados al transporte que estallan virulentos en momentos cúlmine, enardecen solo a los pasajeros.

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