El FMI pide a los países no subsidiar el precio del crudo (Kirchner hace lo contrario)

"No subsidiar el consumo doméstico del petróleo", pide el FMI a los países importadores; en un escenario global de incremento del precio. Néstor Kirchner, que le compra fuel-oil a Venezuela, hace todo lo contrario.

El FMI le pidió a los países importadores de petróleo que su valor quede plenamente reflejado en los precios internos de las economías nacionales para así rebajar el consumo. Esto es totalmente contrario a lo que ejecuta el gobierno de Néstor Kirchner, ya que impide que el valor real del petróleo se refleje en el mercado interno, y así busca alentar el consumo de combustibles.
Para Rodrigo de Rato, son ajustes "necesarios" para evitar que el "persistente" encarecimiento del crudo acabe agravando aún más los desequilibrios mundiales.
El organismo internacional presidido por Rato sugiere en su informe 'Perspectivas Financieras', que deben acabarse las subvenciones nacionales para compensar los elevados precios del crudo en los países que lo importan.
Así, al traspasar al ciudadano los efectos de un crudo caro se terminará por reducir el consumo energético, algo que se considera esencial. Esta receta es necesaria también en países en desarrollo, en un momento en el que la demanda y la oferta están muy ajustadas.
"Hay menos inversiones en el sector del petróleo de las que nos gustaría que hubiera", añade el consejero económico y director de análisis del FMI, Raghuram Rajan.
De acuerdo con el análisis del Fondo, a diferencia de otras crisis, las actuales circunstancias "sugieren que una proporción considerable del shock reciente será de naturaleza permanente".
El jueves, el crudo Brent, de referencia en Europa, superó la barrera psicológica de los US$ 70 por barril, llegando a cotizar a US$ 70,72, nuevo récord histórico (cerró en US$ 70,57).
También, y a diferencia de crisis provocadas por alzas previas, los países consumidores no han tenido que sentir tanto el precio del crudo en su propio bolsillo, porque la financiación externa ha contribuido a suavizar el efecto inflacionista.
El FMI avisa que esta complacencia se va acabar, no sólo porque los efectos de la globalización no son duraderos sino porque el alza del crudo está agravando los desequilibrios mundiales y eso entraña importantes riesgos.
De acuerdo con sus cálculos, los altos precios del petróleo han sido ya la causa de la mitad del deterioro (un punto porcentual), del déficit corriente de USA en el último bienio.
Los riesgos para USA incluyen un ajuste a la baja del dólar (que complicaría aún más el reequilibrio de la balanza comercial española pues caerían sus exportaciones), la subida de los tipos de interés y finalmente, "podría causarse una recesión".
El FMI ha examinado el impacto que puede tener sobre la economía global los elevados precios del petróleo. Si no se producen los ajustes pertinentes, el coste será de una a tres décimas de inflación en los próximos tres años y de dos a siete décimas de PIB, en las principales áreas desarrolladas (ver cuadro).
En el resto puede ser superior.
El consejero económico del FMI, Raghuram Rajan, asegura que la globalización ha sido fundamental para la buena marcha de la economía y ha ayudado en muy buena medida a mantener baja la inflación a través de la reducción de los precios no petroleros (como mínimo un cuarto de punto en las economías avanzadas y medio en USA). Pero es un viento de cara que cesará.
En su informe 'Perspectivas Económicas Mundiales', el FMI advierte que los efectos de la globalización no son infinitos y que en 1 año ó  2 ya no serán garantía de baja inflación.
La razón estriba en que con el mayor crecimiento económico se ha reducido el impacto de la disminución de los precios de importación sobre la inflación. De hecho, el riesgo es que suban y que ello requiera políticas monetarias más contractivas (tipos de interés más altos) de lo previsto.
En este escenario, "los bancos centrales tienen que permanecer muy vigilantes. Posiblemente tendrán que trabajar más duramente", asegura Rajan.
Los tipos de interés se pueden ver afectados también por el uso de los petrodólares, el dinero de los productores. En los años '70, éstos se depositaron en bancos pero ahora están, junto con los ahorros mundiales, en el circuito de los mercados financieros internacionales, lo que ha ayudado a mantener los tipos de interés bajos, presionando a la baja los rendimientos de los bonos.
No obstante, el destino de este dinero, debe ser, según sugiere el FMI, la inversión productiva en los países productores. Pero si esto ocurre y el exceso de ahorro en lugares como Asia, se destina (como se espera) a la inversión, habrá una nueva presión para que los tipos de interés suban.

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