Atentado en Tel Aviv: Israel renuncia a atacar al Gobierno palestino

El Gobierno interino de Israel decidió hoy que responsabilizará a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) por el atentado suicida de ayer en Tel Aviv, pero no autorizó una acción militar contra el Gobierno de Hamás.

Una explosión en un restaurante de comida rápida, ubicado en los alrededores de la antigua estación central de autobuses de Tel Aviv, acabó ayer con la vida de nueve personas, y produjo heridas a otras 50 más. El ataque fue reivindicado por la Yihad Islámica, vinculada con Hamás.
Mientras que el presidente palestino moderado, Mahmud Abas condenó el atentado, Hamás lo calificó de "acto en defensa propia" por las operaciones israelíes en la Franja de Gaza y la ocupada Cisjordania, y responsabilizó a la ocupación israelí.
Israel, por su parte, calificó de "entidad terrorista" a la ANP, dirigida por el grupo integrista Hamás tras su victoria en las elecciones legislativas de enero.
Pero más allá de esta 'batalla dialéctica', el primer ministro israelí en funciones, Ehud Olmert, se reunió hoy con sus principales asesores para estudiar el posible lanzamiento de una ofensiva contra la ANP.
Fuentes gubernamentales israelíes declararon a la agencia Reuters que los responsables militares quieren recibir la luz verde para un asalto que incluiría dirigirse contra dirigentes políticos del grupo extremista palestino por primera vez desde que llegó al poder en la ANP.
Pero responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores intentarán moderar la respuesta de Olmert por temor a dañar los esfuerzos dirigidos por USA para aislar al Gobierno palestino tanto financiera como diplomáticamente, hasta que no renuncie a la violencia y reconozca al Estado judío.
Esta última corriente fue la que a prevalecido. En la reunión, Olmert decidió responsabilizar a la ANP por el ataque suicida, pero no autorizó una acción militar contra el Gobierno de Hamás.
Pero el Gobierno israelí decidió llevar a cabo una serie de medidas entre las que se encuentra la revocación del estatus de residencia israelí de los responsables de Hamás que vivan en Jerusalén Este y una operación policial sobre la entrada al Estado judío de palestinos sin permiso, que podían ser extremistas.

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