Evo 'estancado': Retrasa la nacionalización del gas y el petróleo

Lo había prometido para el 12 de julio y aseguró que "daría su vida", sin embargo, el presidente boliviano Evo Morales reconoció que no puede precisar cuando se hará efectiva su política de nacionalización. "Estamos estancados, lo admito", dijo dejando en suspenso una de las 'promesas' que lo llevó al poder.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, acaba de echarse para atrás en uno de los temas claves que lo han llevado al poder en su país: la nacionalización de los hidrocarburos.
Si bien Morales aseguró hace un mes que daría "su vida" por la medida que decretaría "antes del 12 de julio", parece que ‘morirá’ en el intento.
"Si el 12 de julio no se refunda Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, voy a sacrificar mi vida en un acto público", son ahora palabras que se llevará el viento y que ponen en jaque a Morales quien no podrá cumplir con sus promesas de campaña.
Es que el lunes reconoció que se encuentran "estancados" en lo que respecta a la nacionalización de la explotación e industrialización del gas y el petróleo boliviano y reconoció ahora que no puede precisar cuándo hará realmente efectiva su política de nacionalización..
Durante un encuentro con la prensa extranjera en el Palacio de Gobierno, Morales dijo: "Estamos estancados, lo admito" y agregó: "Bolivia está en pleno proceso de cambios, pero no son sencillos: requieren tiempo. Necesitamos expertos petroleros para ejercer el derecho de propiedad de nuestros hidrocarburos. Tenemos esos técnicos, pero casi todos trabajan para las multinacionales petroleras. Y aunque algunos podrían venirse (a ofrecer servicios al Gobierno), necesitamos expertos confiables, patriotas con Bolivia. Esta es la situación".
Morales reconoció que "juntar un nuevo batallón de expertos petroleros para ejercer el derecho de propiedad es un problema operativo" y aunque las gestiones "están avanzadas", no tiene una fecha para aplicar las medidas de la nueva Ley de Hidrocarburos, que el Parlamento boliviano aprobó en mayo de 2005 y que le costó la presidencia a su antecesor Carlos Mesa.
La aplicación de esta legislación ha sido una de las grandes reivindicaciones de Morales, centrada en asegurar el control del Estado de los recursos naturales, y le ha pasado factura a las multinacionales presentes en Bolivia.

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