'Telerman, la pistola más rápida en el Far West de la política mediática' es la nota de Julio Blanck hoy contra Jorge Telerman en el diario 'Clarín'.
Si Telerman es incompetente o no aún está por definirse, pero que Ibarra es un incompetente, hay dudas, pero Blanck nunca lo juzgó así.
En parte, beneficiado no solamente por un diálogo directo con Ibarra sino con publicidad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Blanck ahora aplica, a Telerman no a Ibarra, cuando en definitiva integraron el mismo gobierno, frases como: "Tiene una velocidad de respuesta mitad instinto puro y mitad propósito planificado. Y sabe bien que en una democracia que devino en mediocracia, importa tanto o más lo que parece que se hace que lo que efectivamente se hace".
También señala: "Lo acompaña un jefe piquetero que supo ser revoltoso y ahora puso a su gente a trabajar en un plan para construir viviendas populares" (por Luis D'Elía, pero es cobarde, no lo menciona con nombre y apellido).
Para Blanck, Telerman ganó su inesperado premio mayor en la lotería política: la Jefatura de Gobierno de la Ciudad; pero ¿no lo ganó también un necio como Ibarra?
Todo lo que hace Telerman está muy bien para quienes tributan aqui en la Ciudad de Buenos Aires; también es verdad que no le alcanza para convertirse en candidato de Néstor Kirchner a jefe de Gobierno, porque ahí aparecen Daniel Scioli y Roberto Lavagna.
Blanck se queja de Telerman, en defensa de Ibarra: "En noviembre pasado la Legislatura empezó a derrumbar a Ibarra: decidió hacerle juicio político y lo suspendió en sus funciones. Telerman asumió como 'vicejefe a cargo'. Y fue muy cuidadoso en las formas para que nadie pensara que se estaba probando el traje antes que el dueño lo dejara a empeñar".
¿Y cuál era la alternativa? ¿Apostar a la intervención federal de la Ciudad? Eso hubiese sido mucho más grave.
De definitiva: Hay muchas cuestiones para criticar a Telerman, pero los argumentos de Blanck no son los mejores. Ni siquiera los necesarios.