China avanzaría sobre las inversiones para el megagasoducto de Chávez

En una nota, el diario chino Pueblo, titula: "La equivocación brasileña de optar por el gas boliviano", señala la necesidad de Brasil por encontrar otra fuente que le provea energía o asumir el precio que Bolivia determine. Asegura: "Brasil se volvió rehén de Bolivia". Esta es una muestra de la avanzada de China sobre su intención de apostar al gasoducto impulsado por el venezolano.

Cuando la pregunta fué: ¿Quién financiará el faraónico gasoducto que transportará gas desde el sur de Venezuela, pasando por el corazón amazónico brasileño, finalizando en el territorio argentino? Se oyó la voz del Presidente Hugo Chavez, adelantando que habría interés por parte de China en financiar el proyecto de 10 millones de dólares.
Durante la última cumbre en Misiones convocada por el Presidente brasilero, Lula da Silva, se habló del avance del megagasoducto sobre la región, como un paso para el proceso de integración dada la importancia de la energía en el desarrollo económico y social de los países que la integran. Y si nos vamos un poco más atrás en el tiempo, el 10 de noviembre pasado, Argentina, Venezuela y Brasil firmaron la "Declaración de Montevideo" que prevé los tiempos para lanzar una obra descomunal; El gasoducto que puede tener entre 8 mil y 10 mil kilómetros de longitud.
La nota indica que la decisión de los últimos gobiernos de Brasil a favor del uso intensivo del gas natural boliviano resultó equivocada y puesta en jaque por la reciente nacionalización.
El articulo asegura que en 1980, el único mercado posible era la Argentina, que hasta 1992 fue la principal compradora de ese combustible, y que al alcanzar su autoabastecimiento y por ende fin del contrato de importación de gas boliviano, Argentina dejó de comprar y las multinacionales establecidas en Bolivia no supieron que hacer con la enorme cantidad de gas.
"Fue entonces cuando el presidente brasileño Fernando Collor de Mello (1990-92) aceptó firmar un acuerdo para la construcción del gasoducto Bolivia-Brasil, que abriría un nuevo mercado para el combustible del país andino.
Al principio, el costo de la obra, que atravesaría el continente en el sentido ecuatorial, sería cubierto en su mayoría por las grandes empresas petroleras. Sin embargo, durante los gobiernos de Itamar Franco (1992-94) y Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), los gastos fueron asumidos crecientemente por Brasil
.", indica el medio.
"Cuando el gasoducto empezó a funcionar, en 1999, Brasil importaba apenas seis millones de metros cúbicos diarios de gas, volumen que se duplicó tres años después, porque no había un mercado brasileño para ese combustible. Por lo tanto, fue necesario que Petrobras convenciera a los industriales brasileños de la conveniencia de utilizarlo para sustituir el gasoil y otros combustibles más caros, y ofreciera garantías de suministro en el futuro".
"Hasta entonces, el gas boliviano resultaba enormemente caro, pues los acuerdos entre los dos gobiernos establecían que Brasil pagaría un mínimo de 20 millones de metros cúbicos diarios, aunque en realidad utilizara la mitad de ese volumen.
En las nuevas condiciones, la industria de Sao Paulo, el principal centro industrial del país, consume 75 por ciento de gas boliviano contra 25 por ciento de gas nacional. En los estados del sur de Brasil esa proporción llega a 100 por ciento.
La nacionalización decretada por Evo Morales y la decisión de aumentar los precios del gas ponen a esas industrias ante la alternativa de encontrar rápidamente otra fuente de energía o asumir el aumento de sus costos debido al encarecimiento del combustible
".

"Es verdad que Brasil cuenta con reservas importantes de gas natural -sólo la cuenca de Santos tiene reservas de 419.000 millones de metros cúbicos-, pero su plena producción sólo será posible alrededor de 2015.
La actual producción de la cuenca de Campos sólo es capaz de abastecer al estado de Río de Janeiro y muy parcialmente al noreste de Brasil, en particular el estado de Bahía. También hay mucho gas en la Amazonia, pero no hay como traerlo a la región consumidora
".
"Brasil se volvió rehén del gas boliviano, y tendrá que sacrificar el amor propio nacional para obtener un acuerdo con el gobierno de Morales, que por lo menos le asegure el abastecimiento, así sea por un precio mayor".

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