Lamentable: Telerman premia a quien corta calles e insulta por TV

Nuevamente ha quedado demostrado ante la sociedad argentina que quien presiona con la acción directa, gana. Quien gana la calle, la corta, provoca una respuesta positiva o satisfactoria inmediata. Y los contribuyentes porteños tendrán que hacerse cargo del costo adicional que implica la incorporación a planta permanente de los contratados sin que se pueda conocer previamente si es lo que realmente precisa la Ciudad de Buenos Aires.

¿Quién dijo que la Ciudad necesita en su planta permanente a los contratados por Ibarra?

Nuevamente ha quedado demostrado ante la sociedad argentina que quien presiona con la acción directa, gana. Quien gana la calle, la corta, provoca una respuesta positiva o satisfactoria inmediata. Y los contribuyentes porteños tendrán que hacerse cargo del costo adicional que implica la incorporación a planta permanente de los contratados sin que se pueda conocer previamente si es lo que realmente precisa la Ciudad de Buenos Aires.

Para conseguir algo en la Argentina hoy día hay que cortar calles, ocupar espacios públicos, putear mucho y que haya TV en vivo y en directo. No importa la causa, lo que importa es el volumen del griterío.
Hoy Jorge Telerman se ha sumado a esa lamentable tendencia de funcionarios públicos timoratos, presionables, flexibles hasta la inexistencia: un grupo de contratados decidió ganar la calle, desplegar banderas, llamar a los canales de TV e informar que si no conseguían lo que querían, "Telerman es un hijo de puta".
Algunas horas de presión y ya tienen lo que buscaban, a costa de los bolsillos de los contribuyentes porteños a quienes nadie les consultó si esto es lo que desean, si les interesa que sus recursos sean gastados de esa manera. A menudo los funcionarios públicos argentinos olvidan que son servidores públicos, y los demandantes de soluciones olvidan que no necesariamente su reclamo es justificado.
Básicamente, la meritocracia desaparece de escena. Porque la contratación en planta permanente es a granel, sin discriminar entre quienes una Dirección de Personal de la Ciudad considere que son idóneos para esa función, o no.
La sociedad argentina se encuentra dominada por el poder de la indisciplina porque los funcionarios del Gobierno de la Ciudad ni siquiera tuvieron tiempo de echar mano a la planilla de recursos; lo que querían era quitar la imagen de la pantalla de TV cuanto antes y mañana se pedirá una ampliación presupuestaria a la Legislatura o se pensará cómo 'fabricar' esos recursos adicionales.
El Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (Sutecba) informó que había llegado a "un acuerdo" con el Gobierno porteño, luego de la movilización que comenzó con los trabajadores de Higiene Urbana y a la que se sumaron la mayoría de las dependencias.
¿Un acuerdo o fue una imposición? En cualquier caso es una peligrosa señal de parte de  Jorge Telerman porque no es con demagogia como construirá su precandidatura a Jefe de Gobierno porteño.
"Todos los trabajadores que se desempeñan en las distintas modalidades se incorporan al [decreto] 948 con plena estabilidad, con el pase a planta de acuerdo a la carrera que se incorporen y con cada una de las escalas del escalafón municipal", señaló a la prensa el dirigente José Amor, un sindicalista municipal Nº3 del gremio de Amadeo Genta.
Los que protestaron cortaron Avenida de Mayo, entre Bolívar y Perú, y denunciaron la existencia de trabajadores "ñoquis", hijos de municipales para reemplazar a los que se jubilan y la ruptura de los acuerdos y las paritarias.
Si esto es correcto, lo más conveniente era frenar todas las designaciones, elaborar una política de recursos humanos y actuar en consecuencia, no bajo presión.
Raúl Armada Martínez, miembro del Movimiento Nacional Latinoamericano (¿?), explicó: "Esta decisión es una verdadera reinvindicación para todos los empleados del Gobierno de la Ciudad. Para mí, es un homenaje a mi esposa Capelina Maidana Rojas, quién falleciera meses atrás, y que perteneció al Gobierno de Buenos Aires acompañando siempre al pensamiento de Amadeo Genta".
La decisión de dar o no empleo tiene que ver con otras cuestiones que tendrá que evaluar el empleador (los contribuyentes de la Ciudad) y quienes ejercen la gestión  (los funcionarios). Pero esta Argentina se construye así, y hay que considerar que Telerman no será diferente a lo ya conocido.

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