Ideas para un frente opositor (2): Lecciones de Misiones

El Frente Unidos por la Dignidad misionero, dirigido por el obispo Joaquín Piña resultó la experiencia más original de la historia política reciente, en cuanto a coaliciones. Aquí uno de sus ideólogos y protagonista explica cuales fueron las claves que permitieron el éxito.

POSADAS ( EDICIÓN i). El Frente Unidos por la Dignidad constituyó una exitosa estrategia política concebida por unos pocos actores sociales y políticos. En efecto, cuando a menos de siete días del vencimiento de plazos para la constitución de alianzas o frentes electorales para enfrentar el proyecto bonapartista del hoy devaluado gobernador Carlos Rovira, la situación era patética: un poder casi omnipotente frente a una oposición política desvastada por las intrigas gubernamentales divisionistas y careciente de todo recurso económico.
 
 En la primera reunión, convocada por iniciativa de la C.T.A. Misiones, realizada en la sede de A.T.E. en Posadas, concurrieron no más de cincuenta dirigentes políticos y sociales.
 
 Pero ya en esa primera reunión se advirtió la necesidad de gestar un "frente social" antes que un frente exclusivamente "político", tal como ha sido uso y costumbre en la política argentina.
 
 La razón era simple: la defensa de la Constitución no es un problema exclusivo de los partidos políticos sino de la sociedad en su conjunto.
 
 La única forma de oponer una masa crítica de oposición al proyecto reeleccionista era enfrentándolo con la misma sociedad.
 
 El primer paso fue suscribir un acta de coincidencia en pos del objetivo final: impedir la re-reelección de Rovira. Esto sucedió el día martes 11 de julio.
 
 Y en seis días se formalizó el Frente integrado por el PJ (al día siguiente fue intervenido por Kichrner), la UCR no "renovadora", del MAP, del Partido Socialista y de otros partidos políticos provinciales, en total 11; y de la CGT y de la CTA. No participaron de este frente el ARI y el Partido Comunista (aunque posteriormente adhirieron a la candidatura de Joaquín Piña).
 
 Primera lección para constituir un frente: claridad y coincidencia en los objetivos finales.
 
 El paso siguiente era más complicado: existiendo las coincidencias fundamentales en el objetivo, debía existir la figura aglutinante de esa "masa crítica" de oposición.
 
 Y allí es donde el padre obispo Piña se incorpora de lleno a la historia de la democracia. Advirtiendo la unidad lograda, sin rodeos y sin especulación, aceptó ser el primer candidato a constituyente y a partir de allí todo resultó más fácil.
 
 Como efecto cascada y ante el prestigio social del candidato (a partir de ese momento, conductor del FUD), la suma de otros sectores sociales y religiosos fue un mero trámite.
 
 Segunda lección: el candidato debe ser ejemplar y por ello mismo, creíble. Lo demás, viene por añadidura.
 
 Nadie duda en Misiones que Piña es un ejemplo de vida consagrada al servicio social. Luego, el aporte de Monseñor Juan Rubén Martínez (obispo de Posadas) terminó de cerrar filas en torno a una postura inclaudicable de la Iglesia de Misiones en defensa de la democracia; y pastores como Leonardo Schindler destruyeron la ilusión rovirista de "manipular" las iglesias protestantes con unos pastores "oficialistas" como el vicegobernador Pablo Juan Tschirsch .Juana "Ticha" Bárbaro, la segunda candidata del FUD, fue la frutilla del postre y a partir de su incorporación la dignidad de la causa del Frente era incontrastable: una mujer que solitariamente lucha por la Justicia es un ejemplo difícil de superar.
 
 El tercer paso era fatigoso: la campaña electoral en sí. Sin recursos, sin medios de comunicación provinciales (el 90% de ellos responde ciegamente al rovirismo pagador) y con un gobierno dispuesto –como lo demostraron los hechos) a invertir inagotables recursos económicos para ganar la elección, el panorama no podía ser más desalentador.
 
 Allí afloró la mística democrática y la vocación militante de miles de ciudadanos.
 
 Y las iglesias demostraron que poseen fuerza en recursos humanos comprometidos, más poderosa aún que la suma de todos los partidos políticos.
 
 Por toda la provincia afloraron modestos folletos en blanco y negro que los equipos de la pastoral social distribuían en lugar que podían y cada partido aportaba lo que modestamente podía.
 
 Nunca hubo una campaña electoral tan austera por parte de la oposición. Había magros recursos que daban pena ante el aparato estatal de comunicación y de disposición de dinero y personas para su campaña. De acuerdo con los parámetros normales de la política argentina, por el FUD no podía apostarse ni "a placé".
 
 Y, sin embargo, el obispo Piña nos alentaba paternalmente cuando nos veía consternados ante la impúdica acción proselitista del rovirismo: "no se aflijan, la gente no es tonta" y sonreía (Piña nunca dice una palabra de más, ni de menos).
 
 Tercera lección: los recursos económicos en el marco de una campaña son relativos si hay una causa justa para defender.Los demás factores que llevaron al triunfo del FUD los puso el gobierno: impericia; soberbia (Rovira llegó a decir: "si le gano a Piña, le gano a Dios" y Piña le contestó con el arcángel Miguel…); desprecio por la gente y por su dignidad.
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 Jorge Galeano es Diputado provincial de Misiones por el MAP.
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