REALIDADES EMERGENTES

A España le han perdido el respeto

España, desde antes de su crisis, perdió relevancia. O nunca pudo concretar la contrapartida que exigía su ambición de gran inversor en países emergentes. José Luis Rodríguez Zapatero y su PSOE tuvieron una política exterior errática, en el mejor de los casos. Mariano Rajoy y su Partido Popular llegan a destiempo y sin ideas ni tiempo para audacias en la Latinoamérica insegura (Venezuela, Ecuador, Argentina y Bolivia).

 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). En Madrid han comentado que los ministerios de Asuntos Exteriores y de Cooperación y de Industria, Energía y Turismo, analizan la información sobre el anuncio del presidente de Bolivia, Evo Morales, quien ha expropiado las acciones que Red Eléctrica Española (REE) posee en Transportadora de Electricidad -y ha ordenado a las Fuerzas Armadas custodiar las instalaciones de la firma-, por la falta de inversión de la compañía.
 
De acuerdo a fuentes de La Moncloa, el Gobierno entiende que, a tenor de las primeras informaciones, este caso es "muy diferente" a la expropiación por parte del Gobierno argentino del 51% de YPF, la filial de Repsol.
 
Además, han subrayado el compromiso "firme" del Ejecutivo de Mariano Rajoy con la defensa de los intereses de las empresas españolas en el extranjero.
 
El Estado español, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), es el principal accionista de Red Eléctrica de España (REE), con el 20% del capital, ya que el resto está repartido en Bolsa.
 
Red Eléctrica de España está presente en 2 países de América, Bolivia y Perú, a través de su filial Red Eléctrica Internacional.
 
La empresa española facturó 45,7 millones de euros en 2011 por su negocio internacional, apenas el 3% del conjunto de la empresa, y de este porcentaje la mitad procede de la actividad en Bolivia.
 
Red Eléctrica Internacional adquirió en 2002 el 99,94% de las acciones de la empresa boliviana TDE, propietaria y operadora del Sistema Interconectado Nacional boliviano (SIN), que atiende el 85% del mercado nacional.
 
La Transportadora de Electricidad S.A. (TDE), fundada el 17 de julio de 1997, es agente transmisor en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) de Bolivia y tiene 1.961,60 kilómetros de líneas y 22 subestaciones en todo el país.
 
En su informe económico del ejercicio 2011, REE asegura que TDE ha mantenido el año pasado "un ritmo sostenido de inversiones en el mercado eléctrico boliviano, iniciando la ejecución de 5 proyectos, con una inversión de US$ 9,6 millones".
 
El primero de éstos proyectos, la ampliación de la Subestación Chimoré 230 kV, ha sido concluido y puesto en servicio el 18 de diciembre de 2011.
 
Pero Evo Morales ha justificado la expropiación asegurando que "esa empresa internacional española en 16 años apenas ha invertido US$ 81 millones, una inversión en término medio de US$ 5 millones al año", que consideró insuficiente.
 
De todos modos, por la poca importancia que tiene Bolivia en el negocio total de la compañía, los analistas no esperan que la acción de la compañía se vea perjudicada en Bolsa.
 
Morales expropió en 2010 las acciones de 4 empresas generadoras de electricidad, incluidas 2 filiales de la francesa GDF Suez y la británica Rurelec, que inició un arbitraje a Bolivia en la Corte de La Haya por esa medida.
 
Además de las eléctricas, él ha nacionalizado una quincena de empresas de hidrocarburos, cementos y minas, entre otras, desde que llegó al poder en 2006.
 
Bolivia es uno de los países más pequeños de América Latina. El producto interior bruto (PIB) alcanzó los 19.752 millones en 2010. Es decir, su economía es 50 veces más pequeña que España aunque casi el 70% de la actividad es “economía informal” o sumergida, según informes oficiales de la Embajada española.
 
Con estas premisas, la Oficina Económica y Comercial de España en La Paz realizó un estudio en junio de 2011 en el que afirmó que USA protagonizó el 24,4% de la inversión extranjera con US$ 168 millones (102 millones de euros) en 2009. España ocupó el 2do. lugar, con US$ 148,5 millones (91 millones de euros), lo que supone el 21,6% del total.
 
Los principales sectores de destino de la inversión española en Bolivia son el energético, el financiero, comunicaciones, editorial, gestión aeroportuaria y la química. Las empresas españolas más relevantes, según la Embajada en La Paz, son: Repsol-YPF, Red Eléctrica Española, Iberdrola, Maxan (antigua Unión Española de Explosivos), BBVA, Santillana y Abertis-Aena.
 
 
El Gobierno español condonó a Bolivia deuda procedente de créditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) por un importe que supera los 62 millones de euros.
 
El Ejecutivo, presidido entonces por José Luis Rodríguez Zapatero, aprobó oficialmente la medida en febrero de 2010, pero ésta se acordó en septiembre de 2009, durante la visita a España del presidente boliviano Evo Morales.
 
La condonación de la deuda responde, según informó el Gobierno español, al Programa de Conversión de Deuda por inversiones públicas suscrito entre los dos países.
            
Ese Programa sirve para financiar proyectos de desarrollo y reducción de la pobreza, de acuerdo con las prioridades de desarrollo de Bolivia y en línea con la estrategia española de cooperación en este país latinoamericano.
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En la rueda de prensa conjunta entre Zapatero y Morales de septiembre de 2009, el líder boliviano aseguró que esta decisión "crea confianza de Gobierno a Gobierno y de pueblo a pueblo, y queremos mayor confianza de un continente hacia otro continente".
 
Por su parte, Zapatero aseguró que España es el primer donante bilateral con Bolivia, en un esfuerzo que para este 2009 se cifra en 70 millones de euros.
 
Tendencia
 
En la última década se ha producido en Latinoamérica un retorno al control estatal de la economía mediante nacionalizaciones, reestatalización de empresas y servicios públicos, rescisiones de contratos de concesión, así como el aumento de la participación estatal en empresas, sobre todo en Venezuela y los países bolivarianos. He aquí los casos más destacados:
 
> Bolivia
 
Desde que en 2006 decretó la nacionalización de los hidrocarburos, Evo Morales ha llevado a cabo diversas estatalizaciones. En mayo de 2008, Bolivia dio un paso más en el control estatal de los hidrocarburos con la nacionalización de tres petroleras (entre ellas Andina, filial de Repsol-YPF), una transportadora de hidrocarburos y de la telefónica Entel, filial de la italiana Telecom. 
 
5 meses después, Repsol-YPF firmó un acuerdo con la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para iniciar la gestión compartida en YPFB-Andina, en la que la empresa hispano-argentina tiene participación minoritaria. 
 
> Argentina
 
Durante sus mandatos, los Kirchner han recuperado para el Estado algunos servicios públicos antaño privatizados, además de nacionalizar Aerolíneas Argentinas, los fondos de pensiones privados -incluido el Consolidar, de BBVA. Hace unas semanas, Cristina Fernández expropió a YPF, que había sido privatizada por su marido. 
 
En marzo de 2006, el gobierno rescindió el contrato del servicio de aguas y saneamientos bonaerenses, en manos francesas (Suez) y españolas (Agbar), tras una tensa controversia de tarifas. 
 
En noviembre de 2007, el Gobierno notificó al grupo Marsans, accionista mayoritario de Aerolíneas Argentinas, que aumentaría su participación del 5% hasta un 20% del capital. En julio de 2008, Cristina Fernández anunció la nacionalización de Aerolíneas Argentinas y Austral, que acumulaban deudas por US$ 890 millones. Tras fracasar las negociaciones de compraventa, en diciembre el Parlamento aprobó la ley de expropiación de Aerolíneas.
 
En febrero de 2008, las autoridades de la provincia de Catamarca retiraron a Aguas del Valle, de capital español, la concesión del servicio de agua potable y cloacas (privatizado en 2000) por falta de acuerdo en el contrato económico. 
 
En noviembre 2008, El Congreso aprueba la nacionalización de los fondos de pensiones privados, anunciada por el Gobierno el 22 de octubre. Entre los afectados, el fondo Consolidar, del BBVA. 
 
> Venezuela
 
En julio de 2008, Chávez anunció que nacionalizaría el Banco de Venezuela, filial del español Santander. La decisión se vio postergada hasta el año siguiente, cuando el Santander acordó vender la entidad al Estado venezolano por US$ 1.050 millones (unos 750 millones de euros).
 
> Ecuador
 
En 2008, el gobierno anunció la terminación anticipada de los contratos de Repsol YPF por desavenencias en la negociación de estos. 
 
España ha perdido influencia
 
 
"(...) una de las cosas que más nos enorgullecían a los españoles en los '90 y en la primera década de este siglo era la entrada de nuestras empresas en América Latina. El término 'conquistadores' se hizo común en la prensa de EEUU, a pesar de que ésa no es exactamente la mejor forma de hacer amigos al otro lado del Atlántico (algo inexplicable, por otra parte, si se tiene en cuenta que, con pocas excepciones y todas ellas muy recientes, como Evo Morales o Hugo Chávez, los líderes latinoamericanos, desde Fidel Castro hasta Cristina Kirchner, tienen tanta sangre negra o indígena como, pongamos por caso, Wolfgang Schauble, otro ser entrañable que nos está ayudando mucho en estos momentos de penuria).
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En ese orgullo patrio jugaba un papel ver cómo vapuleábamos a la competencia de Estados Unidos. Claro que era un vapuleo un tanto ficticio. En 1994, por ejemplo, Telefónica compró Telefónica del Perú por US$ 2.002 millones  (lo que hoy equivaldría a unos 2.300 millones de euros). La siguiente oferta en la subasta fue de una de las 'Baby Bell' estadounidenses (las empresas que resultaron de romper el monopolio de AT&T), que no ofreció más que US$ 600 millones.
 
Si en Estados Unidos el consejero delegado de una empresa paga casi tres veces lo que su más directo competidor, no me cabe duda de que será ejecutado al amanecer por los accionistas, y su cadáver expuesto a la entrada de la bolsa de Nueva York. En España, sin embargo, el sobreprecio de Telefónica del Perú fue sólo una anécdota a pie de página en lo que se celebró como un paso decisivo para la internacionalización de la empresa. Era verdad, pero no lo era menos que esa empresa contaba con un monopolio histórico en el mercado interior.
 
Así que los españoles batíamos de forma continuada a los estadounidenses... por la sencilla razón de que éstos no querían invertir en América Latina. Y eso se debía a un factor fundamental: el riesgo político. Un mercado emergente es aquél en el que "la política importa tanto como la economía para hacer negocios", según la afortunada frase de Ian Bremmer, uno de los padres de la consultoría de riesgo político. Los americanos ya habían 'palmado' pasta de sobra en la región. No en balde, la nacionalización del petróleo mexicano,que estaba en manos de Standard Oil, es posiblemente la mayor expropiación de una empresa extranjera de la Historia.
 
Ahora, algunos países de América Latina (Argentina, Venezuela, Bolivia...) están en uno de sus bandazos históricos hacia el populismo. Y las empresas españolas están atrapadas por las gónadas. Es cierto que los grandes mercados regionales -México y Brasil- aspiran a consolidarse en el G-20, y no sienten nostalgia de la Conferencia de No Alineados a la que parecen adherirse los 'bolivarianos'. 
 
Pero incluso Brasil ha reaccionado con una mezcla de histeria nacionalista y de interés en el caso del vertido de la plataforma de la petrolera estadounidense Chevron, a la que Brasilia reclama US$ 30.000 millones de indemnización y a cuyos empleados amenaza con cárcel. Ver a los brasileños preocupándose tanto por el medio ambiente sólo es equiparable a imaginarse a Japón multando a los habitantes del pueblo de Lamalera, en Indonesia, por cazar ballenas.
 
Para España es una catástrofe. Pero también una oportunidad para reflexionar. 
 
Con algunas excepciones (Inditex, la más destacada) nuestras grandes empresas privadas son ex monopolios públicos, bancos (tan vinculados al Estado que se les ha llamado 'poderes fácticos'), y contratistas y concesionarios de obra y servicios públicos (aunque responden al nombre de 'constructoras'). Se han concentrado en un mercado emergente que, como todos los mercados emergentes, es peligroso (China, por ejemplo, ha llegado a meter en la cárcel a directivos de mineras australianas), y su vulnerabilidad se acrecienta porque en ellos también operan en sectores regulados y con fuerte presencia del Estado. 
 
Son países en los que frecuentemente hay ciclos de privatizaciones y nacionalizaciones. Un ciclo que se explica porque, una vez que la empresa extranjera es expropiada, se lleva su know-how y la compañía nacional, ahora estatalizada, vive de las rentas hasta que necesita volver a apoyarse en el capital exterior.
 
Con suerte, la próxima vez que eso pase, los españoles habremos aprendido la lección e imitaremos a los estadounidenses. Mientras tanto, seguiremos despedidos y expropiados. 

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