DONACIÓN ELECTORAL 2003

US$ 1 millón de Repsol para Néstor

En 2003, YPF, por entonces filial de Repsol le entregó cerca de US$ 1 millón a la campaña electoral de Néstor Kirchner. Pero también a las campañas, entre 1999 y 2003, de Carlos Menem, Domingo Cavallo, Eduardo Duhalde y Fernando De la Rúa.

 

por FRANCISCO MERCADO 
 
MADRID (El País). “Voy a llevarle [al cementerio] el proyecto de ley envuelta en una cintita argentina y se lo voy a dejar ahí”, proclamó la presidenta argentina, Cristina Fernández, tras expropiar el 51% de las acciones de YPF que poseía Repsol. En la tumba de Néstor Kirchner descansan los secretos de su esposo con YPF: el oscuro destino de los casi 700 millones de dólares que recibió la provincia de Santa Cruz bajo su mandato por la privatización; la imposición cuasi gratis del socio/amigo argentino en 2008, los Eskenazi y... las ayudas electorales que recibió de YPF tras comprarla Repsol en 1999.
 
Kirchner, lejos de combatir que YPF repatriase dividendos tras su españolización en 1999 —“la han juntado en pala en los últimos nueve años”, dice su viuda—, recibió de la firma cerca de un millón de dólares para su campaña electoral de 2003.
 
Ese año, los argentinos acuden a las urnas. Sólo dos candidatos llegan a la segunda vuelta: Carlos Menem y Néstor Kirchner. Vence el segundo. Los dos, según dos ex altos responsables de YPF, recibieron idéntica aportación para sus respectivas campañas electorales: “entre medio millón y un millón de dólares”.
 
La ayuda fue oficial y consignada en la contabilidad de YPF, si bien, según las mismas fuentes, hubo que vencer las reticencias de Kirchner a tal registro. Nadie vio ningún atisbo de ilegalidad en que ambos candidatos captasen fondos de una empresa que tenía control español precisamente porque ambos, desde sus respectivas esferas políticas —Menem como presidente argentino y Kirchner como gobernador de la provincia productora de Santa Cruz—, habían pactado tal proceso privatizador gestado desde 1992.
 
Pero no era la primera vez que la YPF ya españolizada financiaba a políticos argentinos vinculados con el proceso privatizador. Ya ocurrió en la campaña electoral que culminó el 24 de octubre de 1999 con la victoria de Fernando de la Rúa, candidato de la Alianza opositora.
 
Ponía fin a diez años de gobiernos presididos por Carlos Menem. Derrotó a sus dos contrincantes: Eduardo Duhalde, del partido justicialista (peronista), y a Domingo Cavallo, ex ministro de Economía con Menem hasta 1996. Pero los tres contrincantes tenían algo en común: cada uno recibió para su campaña electoral un millón de dólares de la YPF que había tomado bajo su control Repsol en enero de dicho año merced al plan privatizador del Gobierno de Menem.
 
Este diario ha contrastado tales donaciones tanto entre los responsables de su pago por YPF como en los políticos adjudicatarios argentinos. “En Argentina estas donaciones no son ilegales. Lo piden los partidos y se hacen a través de fundaciones. Y fueron consignados en las cuentas de la empresa”, explican dos ex responsables de YPF.
 
Y un representante de uno de dicho políticos argentinos lo resume sin ambages: “YPF-Repsol nos dio un millón de dólares de ayuda para nuestra campaña. Igual que a las demás candidaturas. Esas ayudas son legales en Argentina”.
 
La legislación argentina prohíbe aportaciones de entidades públicas extranjeras. ¿Lo era una YPF en la que el socio mayoritario (el 99% del capital al final del proceso pertenecía a Repsol)? “En España no se podría aceptar que tal donación fuera legal, ya que se prohíbe toda entrega que provenga de una sociedad extranjera”, proclama un miembro del Tribunal de Cuentas. En Argentina los candidatos que apoyaron la privatización (Kirchner, Ménem, Duhalde o Cavallo) no hicieron ascos a las donaciones de YPF. Tampoco las rechazó De la Rúa, que se ausentó del Parlamento en 1992 con todo su grupo, el radical, para no votar la ley privatizadora.
 
Pero hubo un sexto político argentino que cobró de YPF-Repsol: Roberto Dromi, ex ministro de Obras Públicas de Menem, que sentó las bases para la privatización de la petrolera, que luego remataría el ministro de Economía Domingo Cavallo no sin disensiones entre sí. Este último quería una subasta pública y una opa. El primero prefería un sistema de adjudicación directa. Cavallo sostuvo que su vía impediría que acudieran conseguidores en busca de comisiones. De hecho, según fuentes relacionadas con la dirección de Repsol bajo mandato de Alfonso Cortina, no pocos dirigentes políticos argentinos se ofrecieron entonces a la firma española para buscarle vías para llegar al control de la petrolera argentina.
 
Uno de ellos fue el ex ministro Dromi. Sobre su acercamiento hay versiones opuestas. Ex dirigentes de YPF y políticos argentinos aseguran que reclamó entre 20 y 30 millones de dólares para hacer de lobby y lograr que el Parlamento argentino apoyase la entrada de Repsol. Pero fuentes próximas a Dromi desdramatizan tal hecho. “Qué disparate de cifra. Sólo ofreció su asesoramiento jurídico porque no creía en la viabilidad de una opa ya que no habría suficiente concurrencia. Dromi proponía una licitación internacional pública. Repsol le pagó 200.000 dólares en 1999 por su dictamen”. Cobró por indicarle a Repsol cómo comprar YPF, y ahora, meses antes de la reciente expropiación, defendió su reestatalización, si bien niega asesorar al Gobierno argentino.
 
Fuentes de la actual dirección de Repsol aseguran no tener conocimiento de posibles pagos o donaciones a políticos argentinos producidos durante el mandato de Alfonso Cortina.

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