CRÓNICAS DEL INCENDIO BONAERENSE

Darío se queja de Alejandro: Interna & sinceridad

Además del frágil consenso político que obtuvo su reelección en el 2011, la peor de todas las del Conurbano, al alcalde de Lanús, Darío Díaz Pérez, lo acosa la ruptura de la alianza que mantuvo desde el 2007 con José Luis Pallares, uno de los senadores provinciales más próximos a Juan Gabriel Mariotto y, por esa vía indirecta, a CFK. Caído en desgracia con la muerte de Néstor, su relación con la Casa Rosada está mediatizada por Carlos Zaninni. La necesidad de mostrarse cerca de la Presidente explica un rapto de sinceridad que podría tener el efecto contrario.

 

N. de la R.: ¿Por qué el gobernador Daniel Scioli envió a Alberto Pérez a intentar negociar la ahora frustrada Ley de Emergencia Económica provincial cuando su jefe de Gabinete ya había fracaso, abrumadoramente, en el revalúo rural, que luego hubo que ejecutar por decreto? Misterios del mandatario provincial. O limitaciones. En tanto, en el incendio bonaerense, aparecen otras historias, la mayoría mezcladas con mezquindades y genuflexiones propias de la política en general, y el peronismo de estos tiempos, en particular. Precisamente por eso, resultan muy divertidas. Por ejemplo:
 
 
por DANIEL BILOTTA
 
LOMAS DE ZAMORA (Especial para Urgente24). Lo primero que se vuelve imprescindible aclarar es que Darío Díaz Pérez no mintió. No había intendente de la Tercera Sección Electoral que no supiese de boca de la propia Cristina Fernández de Kirchner que Daniel Scioli no iba a recibir los casi $ 3.000 millones comprometidos a cambio de de dar curso al revalúo del impuesto inmobiliario rural.
        
La Presidente se los había anticipado en las reuniones grupales que mantuvo con ellos durante el mes de mayo con la excusa formal de agradecer su participación en el acto del 27 de abril en Vélez Sárfield para conmemorar la primera victoria electoral del oficialismo en el 2003 y que fue resuelta sobre la marcha en la semana previa al mitin, en un gesto que algunos dirigentes K bonaerenses describieron como el momento en que CFK se asomó al abismo para luego volver sobre sus pasos.
        
Esa serie de encuentros, inaugurados el día 3, significó para muchos algo más que el acortamiento de distancias que les había impuesto desde el 15/03/2010, cuando irrumpió en una reunión que mantenían con Florencio Randazzo en el salón de los Escudos para ratificarlos que se habilitaría listas colectoras en las internas abiertas prevista para el otro año.
        
Fue aquel Darío Díaz Pérez, de trato directo con Néstor Kirchner y directo perjudicado por su desaparición física, quien sufrió, además, una congelación de su contacto, hasta entonces habitual, con la Casa Rosada. El intendente de Lanús había forjado un fuerte lazo con el ex presidente a partir del conflicto con la Mesa de Enlace a raíz de la resolución Nº 125 del Ministerio de Economía.
        
“Néstor me llamó a media tarde y me dijo dejá todo  y venite con los compañeros a la Plaza (de Mayo) que la quieren copar los gorilas. Andá y ocupala que a las 22:00 yo te voy a ir a ver”: así recordó alguna vez el propio Díaz Pérez su conversación telefónica con Kirchner, a raíz de la movilización de productores rurales frente a la Casa de Gobierno del 25/03/2008. Aunque el recuerdo más potente de aquella jornada sigue siendo el trompazo que Luis D¨Elía, piquetero ultra K, le aplicó a uno de ellos.
        
El jefe comunal de Lanús solía destacar que, desde entonces, él era tributario de una orden directa del ex Presidente: ingresar a la Casa Rosada por la explanada de la avenida Rivadavia sin la necesidad de anuncio previo. Esa situación (ventaja o beneficio) cambió drásticamente desde el fallecimiento del fundador del Frente para la Victoria. Aquella relación personal terminó por jugarle en contra, pese al esfuerzo realizado para reacomodarse a la nueva situación.
        
Otros, para su envida, tuvieron más éxito. “A Alejandro le va bien con la diplomacia de tomar el té”, destiló con fastidio en alguna ocasión para aludir a Alejandro Granados, el intendente de Ezeiza, quien mantuvo fluido ese vínculo gracias a la relación personal entre su esposa, la diputada nacional Dulce Granados, y la Presidente.
 
Aunque es también legisladora en la Provincia, Karina Nazábal, la suya no tiene inserción en ese círculo.
        
A ella le atribuyen desde el entorno de José Luis Pallares haber detonado los acuerdos con el intendente y que pasarían por el respeto de dos mandatos en el Municipio para facilitar después que llegue a ese sillón el ex presidente del Concejo Deliberante y ahora senador provincial. Como en el orden nacional, la dificultad reside en la transición política hacia el 2015 que comienza a definirse con las legislativas de dos años antes.
        
La gota que desbordó el vaso es anecdótica pero ilustrativa. El entorno de Pallares sindicó a Nazábal como la responsable de dar crédito y difusión a la versión de las supuestas explicaciones que Díaz Pérez debió dar ante autoridades del Senado bonaerense por su ausencia en la sesión en que se dio media sanción al revalúo inmobiliario a mediados de mayo.
        
Pallares admitió haberse ausentado por un viaje al exterior pero aseguró haber cumplido con los requisitos de rigor. Entre ellos, la asunción de su suplente, Andrés Panero, y de haber conseguido la venia de Juan Gabriel Mariotto, máximo responsable de esa cámara donde la holgada mayoría del oficialismo hubiese bastado, de todos modos, para aprobarla aún con su ausencia.
             
Junto a Patricio García y Santiago Carreras, Pallares integra el primer anillo de confianza del vicegobernador que, como no caben dudas a esta altura, es un delegado de la Presidente en el cargo más importante de la Legislatura bonaerense. Esa vecindad por vía indirecta con CFK, mantiene inquieto a Díaz Pérez. En especial porque desde este incidente son más frecuentes los contactos de Pallares con Julián Álvarez.
        
También de Lanús, el secretario de Justicia de la Nación le habría ofrecido garantías a Pallares para encarar disputarle el distrito al intendente. “Ojo que éste después va y llora con Zaninni” habría sido el reparo del senador, al tanto del contacto que Díaz Pérez mantiene con el gobierno nacional a través del secretario Legal y Técnico.  “No importa, yo hablo con Cristina”, fue la respuesta del joven funcionario enrolado en La Cámpora.
        
De acuerdo a versiones del mismo PJ de Lanús, el rapto de sinceridad de Díaz Pérez habría sido urgido por su necesidad de mostrarse cerca de la Presidente, Aunque tal vez sin la previsión del costo que podría acarrearle una jugada que desnudó antes de tiempo la estrategia de acelerar los tiempos en la guerra de demolición que prevé el gobierno nacional contra Daniel Scioli.

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