BRASIL, URUGUAY, PARAGUAY, CHILE... Y AHORA VENEZUELA

Se despierta la furia de los vecinos argentinos

El conflicto con la minera Vale dejó al descubierto los fuertes roces de los brasileros con el gobierno de Cristina Fernández; los dichos del uruguayo José 'Pepe' Mujica marcaron el tope del hartazgo charrúa; Chile ya mostró su enojo por LAN (entre otras grandes diferencias ideológicas); Paraguay llegó al máximo tras recibir el rechazo argentino a su ayuda ofrecida a los damnificados por el temporal en La Plata, y para sumarse al combo, llegaron ahora las declaraciones del candidato presidencial de Venezuela, quien aseguró que la Argentina le debe US$ 13 mil millones... Y Hugo Chávez ya está muerto.

 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Las discusiones, quejas y distanciamientos, con los vecinos argentinos parecen haber tocado su máximo.  ¿Podrían hoy sentarse juntos a la mesa y forzar una sonrisa para la foto? Ni eso. ¿Qué diría el Papa argentino Francisco, quien destacó a Cristina Fernández, con quien mantuvo su primer encuentro hace menos de un mes, la labor de los mandatarios de América Latina que "trabajan unidos por la Patria Grande"?

Ya ni la diplomacia surte efecto en este grupo disfuncional o, en este llamado Mercosur ampliado, es decir, los países que conforman el bloque más Chile.

En efecto, aquellos tiempos "dorados", en los cuales se aspiraba a lograr una unión aduanera perfecta y hasta a compartir una moneda en común, quedaron muy lejos.

Y son muchos expertos los que responsabilizan a la Argentina por este estancamiento del proyecto del bloque común.

En este contexto, las inoportunas declaraciones del presidente uruguayo José 'Pepe' Mujica, a quien un micrófono abierto le jugó una muy mala pasada, son apenas la punta de un iceberg que muestra a una región desarticulada política y comercialmente, además de encontrarse sumida en una fuerte crisis de confianza.

"No recuerdo nunca un período en el haya habido tantas diferencias en el Mercosur como hoy en día", aseguró Marcelo Elizondo, ex director ejecutivo de la Fundación ExportAr al sitio 'iProfesional.com'.

En la misma línea, Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Internacional, aseguró que "la Argentina se fue encerrando en sí misma y la relación con los vecinos atraviesa un momento sumamente complicado, como pocas veces antes desde que entró en funcionamiento el bloque".

"Todos los países de la región, o terminan volcándose por Brasil o buscando alianzas en el Pacífico. Hay una sensación muy fuerte de que ya no tiene sentido sentarse a negociar con la Argentina, que en los últimos años viene aplicando medidas del tipo defensivas", completó el experto.

En la actualidad, la administración kirchnerista mantiene focos de conflicto con los gobiernos de Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile, sin contar los otros frentes abiertos que tiene con más de 40 naciones. 

En general, las contiendas tienen un eje en común: las restricciones comerciales y cambiarias implementadas con el objetivo de cuidar los dólares.

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Con Brasil, la Argentina atraviesa su período más álgido en años. Pues, si bien el "cerrojo" de Guillermo Moreno viene causando rispideces al menos desde 2009, el "caso Vale" terminó por agitar aun más las aguas de la diplomacia.

Sucede que, tras la cancelación por parte de la minera del faraónico proyecto para extraer potasio en Mendoza, debido a las complicaciones derivadas de la suba de costos y la imposibilidad de girar divisas, el Gobierno optó por apelar a la confrontación lisa y llana, llegando incluso a amenazar con expropiar activos de la compañía.

El problema es que la cabeza de la minera es elegida por el propio Ejecutivo brasileño, de modo que resulta imposible dividir las aguas y pretender encapsular el conflicto entre una empresa y un gobierno.

"Cuando el ministro De Vido afirmó que Vale estaba robando a los argentinos, de algún modo dejó entender que el Estado de Brasil le estaba robando a los argentinos, y la administración de Dilma Rousseff no se sintió nada confortable con eso", disparó el CEO de la consultora Center Group, Gustavo Segré

Por otra parte, desde la administración K, acostumbrados a que sean pocos los empresarios locales que cometen actos de "sincericido", se vivió como una verdadera estocada que una multinacional de la talla de Vale saque "los trapitos al sol" y cuestione públicamente la política económica y cambiaria argentina.

Para coronar esta pelea, y como "devolución de favores", el secretario Moreno agregó más tensión a la ya deteriorada relación bilateral al decidir excluir a Brasil de la flexibilización de importaciones de alimentos premium.

"En las góndolas se están viendo productos de distintos orígenes pero los supermercadistas aseguran que de Brasil hay poco y nada. Claramente continúan las restricciones para los alimentos de ese origen", aseguró categóricamente un representante del sector importador.

Así la situación, los expertos destacan que para Brasil, la Argentina se transformó en un gran problema.

Por ello fue que el canciller Antonio Patriota cuestionó las trabas a las importaciones y se quejó de que los envíos brasileños están registrando caídas muy acentuadas. Incluso, destacó el hecho de que los productos verdeamarelos están siendo desplazados de las góndolas argentinas por bienes de otros orígenes, lo que estaría dando lugar a un "desvío de comercio" que va "en contra de los intentos por fortalecer el Mercosur".

Vale recordar la reunión que se había pactado entre Cristina Fernández y Dilma Rousseff, que fue suspendida tras la muerte del venezolano Hugo Chávez, y que no tiene fecha. La señal no es buena.

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Para peor, la Argentina está en una situación desventajosa, ya que en junio vence el acuerdo que mantiene regulado el comercio bilateral de 0Km y de autopartes y que Brasil no quiere renegociar. Según los expertos, este es un punto clave que ya hizo prender la alarma al arco empresarial argentino: sin este pacto, la industria nacional corre un serio peligro ante el enorme tamaño de las terminales brasileñas que están planeando inversiones por más de US$20.000 millones para los próximos cinco años y que incluye la apertura de ocho nuevas fábricas automotrices. 

Sostiene claro Segré: "la Argentina necesita más de Brasil que Brasil de la Argentina".

Por su parte, la relación con Uruguay, terminó por explotar por un micrófono abierta que dejó escuchar varios conceptos inoportunos en boca del mandatario uruguayo José 'Pepe' Mujica: "Vieja", "tuerto", "terca" fueron algunos.

Fue un descuido pero no por ello dejó de ser una señal muy clara de un presidente saturado tras intentar negociar con la Argentina durante años y obtener pésimos resultados, aun a costa de haberse peleado con la oposición y con su propio partido por la estrategia de mostrarse conciliador. 

El vicepresidente de ese país, Danilo Astori, aseguró días atrás que las relaciones con la Argentina están "en el peor momento en mucho tiempo" y que las medidas tomadas por el Gobierno kirchnerista perjudican "notablemente a Uruguay".

Como una suerte de premonición, ya a fines de 2012 el ministro de Economía de ese país, Fernando Lorenzo, había advertido a un grupo de empresarios con total crudeza: "Señores, olvídense de la Argentina".

Aquí, la Argentina también lleva las de perder, pues Uruguay optó por el camino más sencillo: olvidarse de Argentina y volcarse a Brasil.

La relación con Chile tampoco atraviesa su mejor momento. En parte, por la gran distancia ideológica entre ambas administraciones, pero también por las crecientes tensiones comerciales.

"Entre los empresarios chilenos hay mucho enojo por exportaciones frenadas. El clima no es el mejor y tengo conocimiento de que este hastío alcanza a funcionarios del gobierno de Piñera, alertó un reconocido protagonista del sector importador, quien pidió estricto off the record.

A esto se sumó el reciente conflicto entre la aerolínea chilena LAN con Intercargo, la empresa estatal intervenida por el Gobierno, que le retiró el servicio de mangas en aeropuertos por diferencias contractuales.

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El conflicto, que llegó a la instancia judicial, para los expertos es otra mancha más para una relación de por sí fría. De hecho, en Chile leen esta pelea como un intento por perjudicar a LAN y facilitarle el terreno a Aerolíneas.

El punto central es que LAN cala hondo en el espíritu chileno. De alguna manera, se puede equiparar a lo que es Vale para Brasil, dejando en claro lo mucho que puede molestar esta crisis al país trasandino.  

Como telón de fondo cabe destacar que días atrás se conoció la decisión tomada por Chile de castigar al trigo argentino con una sobretasa arancelaria de casi 11%, ante lo que consideraron prácticas de dumping.

También productores chilenos denunciaron el ingreso de maíz nacional por supuestas prácticas comerciales desleales, agregando más ruido a la relación. 

Pero si hay una relacion tensa en la región es con Paraguay: en junio del año pasado el Gobierno decidió retirar a su embajador y cortar relaciones diplomáticas por la destitución de Fernando Lugo, que fue calificada por la administración kirchnerista como "golpe parlamentario".

El clima no mejoró cuando, tras las inundaciones que afectaron a La Plata, se rechazó ayuda humanitaria ofrecida por el actual presidente paraguayo, Federico Franco, quien lamentó públicamente la reacción oficial -cabe destacar que en la zona afectada había un gran número de ciudadanos de ese país-.

Paralelamente, otro dato no menor es que hace poco más de un mes, el mandatario había asegurado que "no se arrodillaría" ante los socios del Mercosur, bloque del que fuera expulsado y que, durante su ausencia, allanara el camino para el ingreso de Venezuela.

Para colmo de males, Paraguay viene siguiendo el ejemplo de Uruguay: acercarse más a Brasil.

Venezuela debería ser, en este marco, un mundo aparte. Pero la muerte de Hugo Chávez lo cambió todo.

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Aquel país está a punto de celebrar elecciones y allí el candidato opositor Henrique Capriles está a punto también de terminar con el sucesor del muerto, Nicolás Maduro.

Fue él quien hoy aseguró que la Argentina le debe US$13 mil millones a Venezuela, luego de quejarse por los recursos que "se regalaron a otros países" durante la gestión de Chávez y criticar particularmente los convenios firmados con el gobierno argentino.

"La deuda que hay con la Argentina se calcula que es de US$13mil millones. En el país hay demasiados problemas como para financiar proyectos políticos en otros países", declaró el candidato opositor en declaraciones a 'Televen'.

Entre su plataforma de gobierno, el postulante de Unidad Democrática puntualizó que se revisarán cuáles son los acuerdos que benefician a su país y cuáles no, con el objetivo de optimizar el manejo de los recursos financieros y destinar la mayor parte a un aumento de salarios.

Ante la consulta sobre si hará una “tabla rasa” sobre los tratados comerciales firmados por Chávez, el principal candidato de la oposición indicó: "Revisemos cada convenio en qué beneficia a los venezolanos. El gobierno siempre trata de buscar excusas. Por ejemplo en el caso de Cuba, dicen que el petróleo está vinculado con médicos, entrenadores y el tema social. Eso es falso. Y ahí se van 4 mil millones de dólares".

Y continuó: "Tenemos demasiados problemas para financiar proyectos políticos de otros países. Nosotros en el tema de la salud tenemos que lograr que la salud funcione, que el hospital funcione. Yo como gobernador desarrollé un ejemplo de salud gratuito en Miranda, con 24 horas de calidad".

Durante los gobiernos de Chávez, Venezuela firmó numerosos acuerdos comerciales con la Argentina. Incluso llegó a ofrecer un préstamo para compañías que habían declarado su quiebra por gestiones del entonces presidente Néstor Kirchner. 

No es la primera vez que Capriles cuestiona los acuerdos financieros que realizó Chávez con países de la región. Durante la campaña de octubre del año pasado ya había puesto de manifiesto algunas irregularidades en los tratados firmados con la Argentina. 

"Este país tiene muchísimos recursos (…) Por donde tú vas en Venezuela hay potencial, el país tiene cuantiosos recursos, pero hay que invertirlos bien y dejar de regalarlo a otros países para poner el acento en los problemas que tenemos los venezolanos”, indicó ahora Capriles en la recta final de la campaña.

El próximo domingo los venezolanos decidirán en las urnas quién será el sucesor de Chávez, fallecido el pasado 5 de marzo. Los principales candidatos son el actual presidente provisorio, Nicolás Maduro, y Capriles, quien terminó segundo en las últimas elecciones que ganó Chávez el año pasado.

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