INVESTIGACIÓN

En Chile, Unilever acusada de varias irregularidades

El martes 09/04, por consejo médico, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner postergó el acto de inauguración de una nueva línea de producción de la empresa Unilever ($115 millones en Tortuguitas). "Vista la condición de disfonía presentada en el día de la fecha por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se le indica la no realización de actos públicos, impidiendo de esta manera el empeoramiento del cuadro y permitiendo la recuperación", expresó el parte firmado por los doctores Luis Buonomo y Daniel Fernández, de la Unidad Médica presidencial. Ese día Unilever seguía siendo centro de una polémica en Chile, un país muy serio en la gestión de su economía, donde la empresa holandesa fue acusada de abuso de posición dominante.

 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La Fiscalía Nacional Económica (FNE) de Chile presentó un requerimiento ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) contra la multinacional Unilever, por abuso de posición dominante, solicitando una multa de 20.000 UTA (medida tributaria para multas, escala de pagos, etc. usada en Chile) equivalentes a US$ 20.4 millones.
 
“A comienzos de 2010 la FNE instruyó la investigación en la industria de los detergentes destinada a comprobar la existencias de eventuales abusos en la industria”, señaló el organismo fiscalizador en su escrito.
 
 Además, la FNE solicitó al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) que se ordene a Unilever que en el canal tradicional se deje sin efecto los descuentos e incentivos por exclusividad, sea que éstos se entreguen directamente o a través de un tercero. 
 
También pidió que en el canal tradicional y supermercadista se ponga término a premios y descuentos condicionales retroactivos y cualquier otro incentivo tendiente a limitar la comercialización de detergentes de otras marcas; la prohibición de disponer que cualquier otro incentivo o descuento que implemente u otorgue debe estar en términos generales, públicos y no discriminatorios respecto de todos sus distribuidores. 
 
También la FNE pidió que se comunique a sus clientes el término de los incentivos exclusorios.
 
De acuerdo a fuentes de la industria, terceros se podrían hacer parte en este caso: compañías productoras de detergentes más pequeñas, por ejemplo.
 
Aparentemente, Unilever “abusando de su posición dominante, ha ejecutado una serie de prácticas exclusorias en el mercado de los detergentes para el lavado de la ropa, en el que participa con sus marcas OMO, Drive, Skip y Rinso, a través de la aplicación reiterada y sistemática de incentivos por exclusividad, descuentos condicionales retroactivos y otras restricciones asociadas al uso de espacios para la comercialización, tanto en el canal tradicional como en el supermercadistas, todos los cuales han tenido por objeto y efecto menoscabar la libre competencia”.
 
La investigación comprobó “la existencia de una política sostenida de Unilever, quien valiéndose de su posición de dominio y la titularidad de marcas de gran relevancia, ha aplicado un esquema de incentivos y descuentos específicos para sus distintos clientes, con el objeto de restringir y/o entorpecer la distribución y/o comercialización de los detergentes de otros proveedores”.
 
La FNE identificó 4 conductas exclusorias en el canal mayorista que consisten en distintos tipos de incentivos a los distribuidores:
 
> el descuento por exclusividad o por compra exclusiva, es decir la obtención de una rebaja aplicada sobre el valor total de la compra de detergentes efectuadas por el distribuidor, condicionado a la venta exclusiva de productos de Unilever o a la distribución y venta limitada de productos de otras marcas. Este tipo de descuento se ha efectuado en Rabie, Cencoal, La Caserita, Dipac y Comer;
 
> los “proyectos de distribución controlada”, que consisten en que Unilever “ha asignado a ciertos distribuidores una determinada zona geográfica, asumiendo a su cargo el costo de equipos de venta exclusiva para la comercialización de su mix de productos, incluidos los detergentes. Así, se le garantiza a los distribuidores un margen de utilidad y “se les posibilita ofrecer precios más bajos que otros mayoristas”;
 
> el establecimiento de pago de descuentos condicionales retroactivos “principalmente respecto de distribuidores mayoristas que no reciben descuentos por exclusividad, de modo de contrarrestar las ventas de detergentes en las marcas de la requerida”, dice en requerimiento; y
 
> los formatos cash and carry (autoservicio, similar a supermercados), ahí “Unilever ha ofrecido y ejecutado incentivos complementarios” por conceptos de participación de espacio en góndolas.
 
Así el mercado de los detergentes quedó bajo la lupa de la Fiscalía Nacional Económica (FNE). El organismo presentó un requerimiento ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), ya que, al parecer, abundaban las quejas sobre el comportamiento comercial irregular de Unilever.
 
"Unilever ha ejecutado una serie de prácticas exclusorias en el mercado de los detergentes para el lavado de ropa, a través de la aplicación reiterada y sistemática de incentivos por exclusividad, descuentos condicionales retroactivos y otras restricciones", afirmó el escrito.
 
La FNE afirmó que los actos atentatorios a la libre competencia comenzaron en 2010 y se prolongan hasta hoy en día, a favor de sus marcas OMO, Drive, Skip y Rinso, orientados a restringir la comercialización o distribución de los detergentes de sus competidores. La empresa tiene hoy entre el 70% y 75% del mercado, dice el organismo. Le sigue, de lejos P&G (Procter & Gamble), con 20% a 25%.
 

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