COMPLICADO ESCENARIO PARA EL DÓLAR

La economía de USA no arranca, la FED emite y culpa al déficit

El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) ha decidido este miércoles mantener en US$ 85.000 millones el volumen mensual de su programa de compra de activos con el fin de apoyar una recuperación "más fuerte" de la economía y garantizar que la tasa de inflación se mantiene en línea con el mandato de la institución. El banco central estadounidense indicó que continuará comprando bonos del Tesoro y deuda hipotecaria, así como utilizando el resto de sus herramientas de política monetaria, hasta que la perspectiva para el mercado laboral haya mejorado "sustancialmente" y recordó que vigilará muy de cerca los datos de la economía y el desarrollo de la situación financiera en los próximos meses.

 

"El Comité está preparado para incrementar o reducir el ritmo de sus compras y mantener así una adecuada acomodación de su política en función de los cambios en las perspectivas del mercado laboral y de la inflación", señaló la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal, presidida por Ben Bernanke.
 
Así, la entidad destacó que los dato más recientes sugieren que la actividad económica se ha expandido desde marzo a un ritmo "moderado" y que las condiciones del mercado laboral han mostrado signos de mejora en los últimos meses, aunque la tasa de paro continúa siendo elevada.
 
Asimismo, la FED subrayó los avances registrados e el consumo de los hogares y las inversiones de las empresas, al mismo tiempo que el sector inmobiliario continuó fortaleciéndose, aunque advirtió de que la política fiscal está lastrando el crecimiento de la economía. En el caso de los precios, los miembros del FOMC apreciaron que la inflación ha llegado a caer algo por debajo del objetivo a largo plazo y señalaron que las expectativas de inflación a más largo plazo se mantuvieron estables.
 
Déficit fiscal
 
Entonces, nada. No hay forma. La recuperación económica de USA se resiste. En especial, su mercado laboral, cuya reactivación no termina de afianzarse. 
 
Pero la Reserva Federal (Fed), el banco central de USA, no desfallece, y acaba de anunciar que seguirá poniendo toda la carne monetaria que haga falta en el asador para intentar acelerar el crecimiento y la creación de empleo. Para ello, mantendrá el ritmo de la impresión de dólares dentro su tercera ronda de estímulos cuantitativos (QE3)... e incluso no cierra la puerta a incrementarlo si resulta preciso. 
 
Eso sí, su presidente, Ben Bernanke, ha introducido un elemento nuevo en el debate. "La política fiscal está frenando el crecimiento económico", asegura en el comunicado. En marzo, la Fed ya había matizado que "la política fiscal había llegado a ser algo más restrictiva", pero hoy habla abiertamente de que está perjudicando a la recuperación. 
 
Bernanke lleva meses advirtiendo de que, si bien será necesario reequilibrar las cuentas públicas de USA en el futuro, hacerlo ahora, cuando la economía lucha por dejar atrás la Gran Recesión, puede entorpecer la recuperación. 
 
Hoy, en el comunicado oficial, confirma que esas sospechas son realidad. Una zancadilla más en un entorno en el que, a juicio de la entidad, el crecimiento sigue siendo "moderado" y en el que el mercado laboral, aunque "ha dado muestras de mejoría en los últimos meses", continúa arrastrando "una elevada tasa de desempleo". 
 
Todo es posible con el 'QE3' 
 
Y ante esta realidad, la Fed no vira su estrategia. Por tanto, el QE3 sigue como está desde que la entidad lo reforzó en diciembre -el QE3, como tal, fue lanzado en septiembre-. Es decir, la entidad continuará dedicando US$ 85.000 millones cada mes y sin fecha límite a la compra de títulos en el mercado: US$ 40.000 millones dedicados a la adquisición de deuda hipotecaria y otros US$ 45.000 millones, a la compra de deuda pública a largo plazo. Además, seguirá adquiriendo más títulos con el dinero procedente del vencimiento de la deuda que ya tiene en cartera. 
 
Eso sí, en este terreno la Fed ha introducido otro de esos matices que, en la jerga de los bancos centrales, puede tener mucho peso. Hasta ahora, había venido diciendo que iba a vigilar "el tamaño, el paso y la composición de sus compras" en función de lo que necesitara la economía. Hoy ha sido más explícita y ha precisado que "está preparada  para incrementar o reducir el ritmo de sus compras". Vamos, que se ha abierto todos los ángulos posibles para ampliar su margen de maniobra en el futuro. 
 
En cuanto a los tipos de interés, permanecen entre el 0 y el 0,25% en el que se encuentran desde diciembre de 2008. Y ahí seguirán durante bastante tiempo, puesto que la entidad ha renovado su compromiso de no tocarlos mientras el paro continúe por encima del 6,5%. Actualmente, el desempleo asciende al 7,6%, la cifra más baja desde 2008, pero por encima de la media de los últimos 50 años, que se limita al 6,1%. 
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Como en las citas de enero y marzo, uno de los miembros de la Fed, Esther George, ha votado en contra de las decisiones adoptadas. A su juicio, la estrategia históricamente expansiva de la Fed puede "incrementar los riesgos de futuros desequilibrios económicos y financieros" y "aumentar las expectativas de inflación a largo plazo". 
 
La próxima reunión del banco central estadounidense tendrá lugar los días 18 y 19 de junio. Entonces, junto al comunicado oficial, la Fed actualizará sus previsiones sobre el crecimiento económico, el paro, la inflación y los tipos de interés y su presidente ofrecerá una rueda de prensa para exponer con mayor detalle la visión de la institución. 
 
"El Comité espera que, con la apropiada acomodación de políticas, el crecimiento económico procederá a un ritmo moderado y la tasa de desempleo continuará bajando de forma gradual hacia niveles que el Comité considera consistentes con su mandato dual", expresó la FED, que advirtió de la persistencia de riesgos a la baja para las perspectivas de la economía, mientras espera que la inflación a medio plazo se sitúe por debajo de su objetivo del 2%.
 
De este modo, la institución reiteró su compromiso de mantener una posición en política monetaria altamente acomodaticia durante un considerable tiempo después de que determine el final de sus programas de compra de activos con el fin de consolidar la recuperación económica en un contexto de progresos hacia ell máximo empleo y la estabilidad de precios.
 
La votación de los miembros del FOMC se saldó con once votos a favor, incluyendo los del presidente de la entidad, Ben Bernanke, y los de la máxima favorita para sucederle en el puesto, la vicepresidenta de la FED, Janet L. Yellen, y la única oposición de Esther L. George, presidenta de la Reserva Federal de Kansas City, quien consideró que un continuado nivel de elevada relajación monetaria aumenta los riesgos de desequilibros futuros, así como de provocar un incremento de las expectativas de inflación a largo plazo.

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