DESPIDOS INJUSTIFICADOS

Algo muy loco pasa en España con los científicos

Un grupo de científicos estadounidenses ha conseguido por primera vez células madre embrionarias con el mismo ADN (clonadas) de un adulto. El trabajo es el primer éxito en humanos de la técnica que dio origen, por ejemplo, a la oveja Dolly, pero los autores insisten en que no se trata de obtener personas clonadas, sino en llegar a la fase de blastocisto del embrión (alrededor de los cinco o seis días de desarrollo) para extraer las células madre. En el equipo participó la genetista española Nuria Martí, despedida del Centro de Investigación Príncipe Felipe en noviembre de 2011. El bochorno se suma al rechazo que hizo la comisión para la repatriación a España de investigadores de alto nivel, de la solicitud de Diego Martínez Santos... flamante premiado por la Sociedad Europea de Física como mejor físico del continente...

 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Impacto científico global: Transferencia nuclear o sea que tomando un óvulo de una donante, se le extrajo el núcleo y se le insertó una célula adulta —también se ha ensayado con otras fetales, más adaptables— del posible receptor. Luego, el óvulo se activó, y empezó a dividirse en los primeros pasos del desarrollo embrionario. Al llegar a la fase de blastocisto (una especie de pelota de células), se destruyó y se obtuvieron las células madre porque al cambiar el material genético el óvulo dejó de tener 1 sola cadena de ADN para tener 2, lo normal en las células. Es la situación que se da en la naturaleza cuando hay una fecundación (el padre aporta una copia del material genético y la madre otra), salvo que estas células tendrían las 2 copias de un mismo individuo: son, por eso, una clonación.
 
En el equipo científico, la genetista valenciana Nuria Martí Guriérrez, integrante del equipo de la Oregon Health & Science University y el Centro de Investigación Nacional de Primates de Oregón (ONORC) que ha clonado por primera vez células madre embrionarias. Curiosidad: ella fue despedida en España, ella fue una de las afectadas por el ERE del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia en noviembre de 2011.
 
En una entrevista concedida a la cadena SER, esta científica de 33 años ha reconocido que le gustaría volver a España pero "tal y como están las cosas ahora no". "Todo depende de cómo esté la situación", ha señalado.
 
Martí ha contado que, cuando "empezaron los rumores" de que se iba a producir un Expediente de Regulación de Empleo en el CIPF y la situación estaba "muy mal" en la Comunidad Valenciana, comenzó a buscar trabajo en otros laborarios. Entre ellos, envío su solicitud al laboratorio americano de Oregón, al que define como "un paraíso para el embriólogo". "Un día me llamaron para decirme que estaba afectada por el ERE y al día siguiente me llamaron de aquí (Oregón) para decir que estaba aceptada".
 
La científica ha comentado que "da mucha rabia" haberse tenido que ir de Valencia, donde vive su familia. Así, ha apuntado que está "muy contenta" de haber entrado en el grupo de investigación americano, lo que supone "una experiencia nueva". No obstante, reconoce que una situación como la suya "da mucha rabia porque estás muy a gusto en tu ciudad, con tu familia, con tus amigos, y te ves obligada a cambiar de vida".
 
Sobre su futuro, ha señalado que en Oregón los contratos "se renuevan de año en año porque todo depende del proyecto", aunque "en principio" cuentan con ella para cinco años. "Luego ya veremos, todo depende de cómo esté la situación en España, nos gustaría volver, pero tal y como están las cosas ahora no", ha añadido.
 
El ERE presentado en 2011 en el CIPF supuso 114 despidos y una bajada media del 12% de los sueldos a los trabajadores que se quedaron.   
 
El otro bochorno
 
El caso se suma al que acaba de ocurrir con Diego Martínez Santos.
 
La comisión que evalúa a los candidatos a becas del programa Ramón y Cajal, que pretende propiciar la repatriación a España de investigadores de alto nivel, bajo los auspicios de la Secretaría de Estado de Investigación, denegó su solicitud a Diego Martínez Santos alegando su falta de “liderazgo internacional”. 
 
Al mismo tiempo, la Sociedad Europea de Física otorgó a ese científico gallego de 30 años el premio al mejor físico del continente, un galardón que se concede cada 2 años. 
 
Martínez Santos, originario de Foz (Lugo), permaneció 3 años en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), en Ginebra, donde realizó el trabajo que le ha valido el reconocimiento de la comunidad de físicos europeos. Ahora está contratado por el Instituto de Física de Partículas de Holanda, conocido como Nikhef, por 3 años.
 
Pero su intención era regresar a Santiago de Compostela, a ser posible, y si no a otro lugar de España o Italia, “a algún lugar donde haga menos frío que aquí”, explicó el científico al diario La Voz de Galicia. 
 
Increíble. El diario El País, de Madrid, lo entrevistó:
 
-¿Le sorprendió que no le dieran la beca del programa Ramón y Cajal?
 
-Un poco, pero hay que tener en cuenta que el número de becas Ramón y Cajal que se dan es muy bajo. La parte sorprendente fue no estar ni siquiera en lista de espera, así como algunas partes del informe.
 
-¿Qué opina de la expresión “falta de liderazgo internacional” con la que despachan su candidatura?
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-La frase textual es: “El solicitante ha alcanzado en su campo un nivel de relevancia internacional algo menor que el de investigadores de edades similares a la suya. No ha demostrado todavía claramente capacidad de liderazgo científico”. No tiene justificación, más aún cuando ponen explícitamente “edades similares a la suya”. Y en el currículum que envié, había información más que suficiente, incluidos roles de coordinación de grupos internacionales.
 
-¿Cree que la capacidad científica española podrá recuperarse en el futuro de los recortes a la investigación?
 
-No creo que recortar en investigación o en educación sea positivo. Entiendo que España tenga problemas con su presupuesto en estos momentos, pero no creo que I+D sea el mejor sitio para recortar. Dicho así, un poco simplificado en una economía global, un país puede tener tres cosas: o recursos naturales, que tampoco es que tengamos demasiados, o gente capacitada con un nivel educativo alto y una industria que pueda generar valor añadido o, si no, solo te queda tener mano de obra barata. Sobre el futuro, la capacidad científica seguro que se puede recuperar, pero la distancia respecto a otros países será más grande.
 
-Muchos científicos jóvenes y no tan jóvenes se están yendo porque sus perspectivas son mejores fuera. ¿Por qué quería usted volver a España?
 
-Bueno, primero hay que aclarar una cosa. Que un investigador joven pase unos cuantos años fuera de su lugar de origen es razonable y común en toda Europa. Lo que sí es cierto es que en el caso de España es mucho más difícil volverse. En cuanto a por qué volver, bueno, en algún momento uno se cansa de estar emigrado. Y, al menos en mi campo, desde España se puede trabajar con buenos medios. Hay que tener en cuenta que, como Estado miembro del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), las universidades españolas pueden hacer uso de sus instalaciones y recursos. Los datos del LHC o el software del analisis del CERN están tan disponibles tanto para alguien de Berlín, como para alguien de Santiago.
 
-Estuvo trabajando y a punto de obtener una plaza de cinco años en el CERN. ¿Cree que en el extranjero tratan mejor a sus investigadores?
 
-Evidentemente, hay países que dedican mucho más presupuesto a I+D en proporción al PIB.

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