DESDE 2008, NADA

El modelo económico de Brasil en jaque

Urgente24 ya lo había señalado al mencionar el concurso preventivo de la petrolera de Eike Batista. Ahora lo confirma la consultora Ecolatina: las expectativas sobre la economía brasileña han cambiado en los últimos años. En 2010 se creía que el país iba a despegar, 4 años más tarde el crecimiento es acotado. El sector industrial es el gran perjudicado de este esquema: la apreciación del tipo de cambio estancó la producción fabril. Sin el dinamismo del principal sector productivo (la industria explica 20% del PBI) y con un deterioro de la Cuenta Corriente y el Resultado fiscal, las perspectivas de crecimiento son bajas y la dependencia al influjo de capitales financieros es cada vez más elevada.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Ecolatina). Las expectativas sobre la economía brasileña han cambiado en los últimos años. En 2010 se creía que el país vecino iba a despegar (su PBI creció 7,5% tras el freno de 2009) pero cuatro años más tarde el crecimiento es acotado, lejos de lo que los inversores esperaban. Durante esos años, hubo políticas dirigidas a estimular la actividad, moderar la inflación y depreciar el real, pero estos cambios de objetivos –a veces contrapuestos- no lograron impulsar la economía ni revertir el deterioro de la industria, su principal sector productivo.
 
Tras la asunción de Rousseff, el principal objetivo era moderar la inflación, razón por la cual se elevó la tasa de referencia Selic hasta alcanzar los 12,5 p.p. Producto de la masiva entrada de capitales que fomentó el fenomenal diferencial de tasas, el real alcanzó niveles mínimos en julio de 2011 (R$/US$ 1,56).
 
Domada la inflación, el gobierno de Rousseff decidió a fines de 2011 bajar tasas a mínimos históricos (7,25 p.p) para revertir la apreciación cambiaria. Así, el real logro depreciarse un 28% para ubicarse en los R$/US$ 2 en la segunda mitad de 2012.
 
Pero en marzo de 2013, la inflación se ubicó en 6,6% anual superando nuevamente el techo de la meta fijada por el Ejecutivo (6,5% anual). Esto motivó un nuevo ciclo alcista de la tasa de referencia para encauzar el alza de precios nuevamente al interior de las bandas. De hecho, en abril y luego de seis meses de permanecer invariante, la Selic comenzó a subir.
 
El anunció del potencial retiro de estímulos monetarios en USA en mayo revirtió la entrada de capitales a Brasil impulsando una fuerte depreciación del Real, que alcanzó R$/US$ 2,45 a mediados de agosto. La mejora de la competitividad –clave para  la industria local parecía llegar para quedarse. Sin embargo, las autoridades moderaron la depreciación a R$/US$ 2,2.
 
Un lustro perdido para la industria
 
Lo que parecía ser una oportunidad para mejorar la competitividad de la industria brasileña, impulsar la actividad y dar fin al Súper Real quedó trunca: las autoridades decidieron frenar la depreciación. A fines de agosto el Banco Central de Brasil (BCB) anunció un mega plan para contener la desvalorización de su moneda y el BCB continuó elevando la Selic (en octubre alcanzó los 9,5 p.p.) pese a que la inflación se encontraba nuevamente dentro de las bandas (5,9% anual en septiembre). 
 
De todas maneras, las presiones inflacionarias persisten elevadas: las tarifas de servicios públicos y los precios de algunos alimentos regulados ayudaron a ubicar la inflación por debajo de la meta, puesto que el resto de los precios sube a un mayor ritmo. Mientras que los precios regulados apenas crecieron 1,1% en los últimos doce meses, los precios no administrados treparon 7,3% anual (con leve tendencia decreciente en el último trimestre).
 
Sin embargo, la decisión es distinta a la observada dos años atrás en una situación parecida. En septiembre de 2011 los precios no administrados crecían al 8% anual y, pese a que no se observaba una tendencia bajista, el BCB decidió priorizar la competitividad del tipo de cambio y bajar la Selic.
 
Vale destacar igualmente que subir la tasa de referencia implica atraer los dólares financieros necesarios para hacer frente al elevado déficit de cuenta corriente que el país exhibe: a septiembre la cuenta corriente brasileña acumula un rojo de US$ 60.500 millones (-3,6% del PBI), cuando en los primeros 9 meses de 2011 alcanzaba US$ 36.700 millones (-2% del PBI).
 
Lo que sí está claro es que esta combinación de un real fuerte y tasas altas beneficia a ciertos sectores y perjudica a otros. Uno de los grandes favorecidos es el sector financiero, que ante tasas de interés más elevadas obtiene mejores rendimientos motivando el influjo de capitales que sostiene la apreciando del real. 
 
De hecho, con al aumento de la Selic, entre abril y agosto las inversiones en cartera alcanzaron los US$ 14.600 millones. En cambio, en igual período del año anterior sólo entraron US$ 3.500 millones mientras la tasa descendía de los 9,75 p.p. a los 7,5 y p.p.
 
Si bien hay ganadores en este esquema, para una parte importante de los sectores productivos estas son malas noticias. Como ya mencionamos, el sector industrial (21% del PBI) es el gran perjudicado: la apreciación del tipo de cambio estancó la producción fabril.
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De hecho, entre 2012 y 2008 el nivel de actividad fabril de Brasil se contrajo 0,3% mientras que en dicho período la producción industrial de los países de la región  creció 7%  (ver Cuadro). Además, la producción industrial de los primeros nueve meses del corriente año se ubica 0,6% por debajo del nivel del mismo período de 2008. 
 
Esto refleja que pese a los esfuerzos por promover y estimular al sector, fue un lustro perdido para Brasil en materia industrial.
 
Por último, el importante influjo de capitales financieros que recibe Brasil no garantiza que éstos se destinen a financiar proyectos productivos o a mejorar la infraestructura. La inversión no supera 20% del PBI y los problemas de infraestructura son elevados. 
 
Sólo el 1,5% del PBI de Brasil se destina a inversión en infraestructura –pública y privada- cuando el promedio mundial es de 3,8%. Además, el último reporte de competitividad global del World Economic Forum ubicó a la calidad de la infraestructura brasileña en el puesto 114 entre 148 países. 
 
Estas cifras preocupan, aunque el mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos 2016 promueven un salto de la infraestructura acorde al evento y gran volumen de turistas que convocan.
 
Conclusiones
 
A pesar de las mejoras sociales alcanzadas, el esquema de un real muy apreciado con tasas de interés elevadas beneficia a algunos sectores y perjudica a otros. La industria fue uno de los grandes perdedores del “Súper Real”: la producción fabril no supera los niveles de 2008.
 
Sin el dinamismo del principal sector productivo (la industria explica un quinto del PBI) y franco deterioro de la Cuenta Corriente y el resultado fiscal, las perspectivas de crecimiento son bajas y la dependencia al influjo de capitales financieros es cada vez más elevada. 
 
El problema es que a mediano plazo las condiciones de liquidez internacional no serán tan favorables y como reflejó la prestigiosa revista “The Economist” hace unas semanas, la confianza de los inversores en el gigante del Sur ya no es la misma.

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