¿OTRA VEZ UNA BURBUJA PUNTOCOM?

Las redes sociales preparan su salida a la Bolsa pero...

El fenómeno de las redes sociales y su posible salto al mercado cotizado ha acaparado  buena parte de la atención informativa. A las especulaciones sobre la salida a bolsa de Facebook, que podría precipitarse después de que Goldman Sachs haya entrado en juego, y la posible colocación de Linkedin este año se le han unido las teorías sobre la segunda burbuja puntocom. Pero la autora, además, duda de Facebook.

 por MARÍA IGARTUA

 
MADRID (Cotizalia) Cada vez cobra más fuerza la hipótesis de que el regulador bursátil de USA podría forzar a la líder de las redes sociales a salir a bolsa ante la falta de transparencia de este tipo de compañías y el creciente número de transacciones, más después de que Goldman Sachs, junto a la rusa Digital Sky Technologies, haya invertido US$ 500 millones en Facebook (a la que valora en US$ 50.000 millones) para permitir a sus clientes vips invertir en la red. Detrás de la compañía fundada por Marc Zuckenberg irían las demás.
 
¿Oportunidad? El recuerdo del pinchazo de la burbuja tecnológica en 2000 es muy reciente y, casualmente, se dan factores parecidos a los de entonces: grandes expectativas de crecimiento, un mercado muy deteriorado con pocas oportunidades de fuertes rentabilidades y la llegada de la banca de  de inversión.
 
“La burbuja puntocom comenzó cuando entraron los grandes bancos de inversión en juego”, asegura a Cotizalia Enrique Dans, experto de IE Business. “Los clientes no tienen capacidad de análisis y se fían de las previsiones de sus bancos generalistas, pero éstos no se arriesgan, recomiendan a sus clientes y ellos se retiran con las comisiones”.
 
Además, aunque son empresas rentables que pueden salir perfectamente a bolsa, “les estamos pidiendo en términos de PER y multiplicadores cosas descabelladas”, afirma Dans. “Son sociedades que con el modelo de negocio actual no se pueden hacer crecer hasta el infinito, así que necesito nuevos motivos que me justifiquen un multiplicador de 60 veces sobre beneficios como se dice”.
 
Y es que, aunque son compañías que no van a quebrar mañana, la duda está en si son capaces de justificar las perspectivas de los bancos de inversión, según explica a Cotizalia el profesor.
 
No obstante, la experiencia es un grado. Los ciclos cada vez se están acortando más y cuándo antes entre burbuja y burbuja había un margen de treinta años, ahora sólo lo hay de diez, con lo que los inversores de ambas son los mismos. ¿Habrán aprendido la lección?
 
Por otro lado, a diferencia con lo ocurrido a primeros de siglo, hasta ahora las redes sociales “han estado gestionadas de forma muy convencional por la resaca de las puntocom”, explica Dans. “No creo que se vuelvan locas con la entrada de más capital, pero hay que ver si son capaces de cumplir con las exigencias del mercado”, concluye.
 
 
Nunca llueve a gusto de todos y, contra la euforia desbordante de buena parte del mercado por la posibilidad de la salida a bolsa de Facebook, los hay que defienden el error de invertir en la red social más importante del mundo.
 
Es el caso de Duff McDonald, colaborador de la revista Fortune que, a raíz de la entrada de Goldman Sachs en Facebook para permitir a sus clientes vips participar de la compañía de internet y las especulaciones sobre una posible OPV en 2012, ha expuesto sus cinco razones por las que no va a comprar Facebook.
 
En primer lugar, porque "quién que sabe mucho más que yo está vendiendo", asegura McDonald en su artículo. Se refiere a firmas de capital riesgo principalmente, como Accel Partners, Peter Thiel y Greylock Partners.  ¿Por qué lo están haciendo?, se pregunta el columnista. Lejos de las posibles excusas, lo que es cierto es que "esta gente tiene tanta hambre de dinero como cualquier otro inversor institucional y no lo dejarían marchar al menos que vieran algo que sugiera el fin de la era de magníficos crecimientos".
 
Por otro lado, McDonald, precisamente ex de Goldman Sachs, asegura que los argumentos del banco de inversión son bastante pobres. A Goldman más que la valoración de US$ 50.000 millones, lo que le importa es asegurarse la coordinación global de una salida a bolsa que puede resultar multimillonaria.
 
Es decir, no tiene tanto espíritu inversor cuanto banquero, al contrario que los rusos de DST, que sí que son inversores puros. Y es que Goldman podría ganar 100 millones con una operación así. De esta manera ya no habría comprado el 0,9% por US$ 450 millones (valor total US$ 50.000 millones) sino por US$ 350 millones (restando los US$ 100 millones de beneficio a esa suma), por lo que el valor total de la compañía sería US$ 38.900 millones (350/0,9).
 
Además, hay dos factores más que podrían minorar la valoración nominalmente asumida por GS: la entrada de nuevo patrimonio de clientes que no tenían y que pueden acudir al calor de la posibilidad de comprar acciones de Facebook (y que les generarán comisiones recurrentes) y la fidelidad de los ya existentes.
 
En tercer lugar, es una opinión generalizada que gran parte del éxito financiero de Facebook proviene de sus juegos Farmville y Cityville, en definitiva, del éxito de los productos de Zynga. No obstante, a juicio de McDonald, no existen cruce entre los usuarios de este tipo de videojuegos y los de otros más sofisticados como el Call of Duty. Si el futuro de Facebook depende del objetivo de mínimo denominador común entre la mayor parte de la gente posible, "¿es justificable una capitalización de US$ 50.000 millones para un dispensador de banners?"
 
El punto cuatro de su argumentario se refiere a los números de Facebook, "Importante respuesta, ¿Quién diablos los conoce? Un informe de Facebook publicó beneficios de US$ 2.000 millones en 2010. No sé ustedes, pero yo no estoy dispuesto a pagar 25 veces más por nada, y menos por una compañía de la que no sé nada".
 
Finalmente, para McDonald es importante pararse a pensar que haría un monstruo de las finanzas como Warrent Buffet. En este sentido, el Oráculo de Omaha asegura que lo primero que hay que plantearse es considerar el valor total de la compañía y si se estaría dispuesto a pagar esa cantidad por ella. Visto así, Goldman Sachs, con una capitalización de US$ 88.000 millones, ¿estaría dispuesto a comprar Facebook por los US$ 50.000 millones en los que la ha valorado? No parece.

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