EUROCRISIS

De China a Portugal, se agita el mercado de deuda soberana

Europa exhibe sus profundas diferencias entre países comunitarios, que la Eurozona no logró superar. Necesita refinanciar pasivos enormes y busca dinero en potencias emergentes. China es una opción pero ¿es una posibilidad verdadera?

 
 
Esto de los fines de semana de locos se está convirtiendo en una tradición en el ámbito comunitario. Esta vez le ha tocado el turno a Portugal sobre la que se han acumulado múltiples noticias a lo largo del fin de semana, hasta el punto de copar los titulares de la mayoría de los medios generalistas y especializados. 

Más allá de las declaraciones de sus políticos asegurando por activa o por pasiva el cumplimiento de su agenda de reducción de déficit a través de los oportunos planes de austeridad y reformas estructurales, o del compromiso del Banco Central Europeo y de alguna superpotencia como China de acudir al rescate de una renta fija que ya transita por encima del 7% en los mercados, todos los ojos están puestos en un solo parámetro: el diferencial de deuda con Alemania. 

Una superación de modo constante de los 450 puntos básicos, el viernes cerró a 432, originaría una mayor exigencia de garantías a por parte de las principales cámaras de compensación europeas, a saber LCH Clearnet y Eurex, que se traduciría, casi con total seguridad, en una crisis de liquidez a la que el país y sus entidades financieras sólo podrían hacer frente con la ayuda de fondos procedentes de la UE o del FMI.

De hecho fue una decisión de este tipo la que llevó finalmente a dar su brazo a torcer al ejecutivo irlandés el pasado mes de noviembre. Y es que estas dos instituciones, que concentran el 100% de la negociación europea de títulos de renta fija, actúan como contrapartida de todas las operaciones, eliminando tal riesgo para quienes operan a través de ellas y garantizando el buen fin de los distintos intercambios financieros. Se vende a la Cámara y se compra de la Cámara. 

Con objeto de protegerse de posibles quebrantos, LCH Clearnet (85% del total) y Eurex (15% restante), aparte de liquidar diariamente pérdidas o ganancias, exigen a los operadores unos depósitos en efectivo de mayor o menor cuantía en función del riesgo percibido en el activo sujeto a compraventa (por ejemplo, bonos portugueses). Cuando tal importe se incrementa (de 0% al 15% ó 30% del total como ocurriera en Irlanda y parece que va a ser el caso en nuestro vecino), sucede que: 

> el coste de financiación para los miembros crece (por indisponibilidad del dinero dejado como garantía), el atractivo de operar con tales valores disminuye y con él, por tanto, su demanda. Cuando esto ocurre en un momento de enormes necesidades financieras del emisor (Portugal), puede suponer la condena definitiva para sus bonos soberanos. Esto por lo que respecta al país;

> los que ya han usado tales títulos como aval, normalmente en operaciones de venta con recompra obligada a plazo o repo, se ven obligados bien a aportar más liquidez, hasta el porcentaje de la exposición neta fijado por la Cámara, bien a vender parte de los mismos con objeto de poder cumplir con los coeficientes. En un entorno como el actual, disminuir el riesgo parece la prioridad, lo que contribuiría a acelerar la presión vendedora sobre los valores afectados (bonos portugueses). Lo explica muy bien esta pieza del FT que nos recuerda cómo se trata de una operativa utilizada por la banca para obtener liquidez diaria a través de sus carteras de bonos, siendo mucho más flexible que el descuento en el BCE.

Es precisamente este hecho el que ha provocado que, a lo largo de sábado y domingo, se hayan multiplicado los rumores de una intervención forzada por Francia y Alemania con objeto de evitar males mayores que tienen un apellido muy concreto: España. Para algunos, se repetiría así el guión de episodios anteriores en los que la negativa política a aceptar la ayuda foránea por parte de las naciones afectadas fue vencida por el empecinamiento del mercado en mostrar sus dudas acerca de su viabilidad económica y/o financiera. Malditos especuladores. 

Sin embargo, la decisión del propio Banco Central de Suiza de excluir la deuda lusa como garantía elegible para recibir sus fondos, al incumplir los criterios de calificación y liquidez por él exigidos, cosa que por cierto ocurría ya desde hace más de un año, parecen dotar de un mayor grado de solvencia a la percepción de los inversores globales. Una decisión sustancial pues entidades como Credit Suisse o UBS pueden renunciar a compras de nuevas emisiones o verse forzadas a una rápida liquidación de sus posiciones actuales en renta fija portuguesa.
 
No es de extrañar, desde este punto de vista, que Portugal, que se enfrenta a una subasta de 1.000 millones de renta fija a 3 y 10 años tan tarde como el jueves de esta semana, esté tratando por todos los medios conseguir que el mercado no le ponga en evidencia. De hecho, su propio ministro de finanzas advirtió el pasado viernes de la posibilidad de que se produjera una colocación privada destinada a un único inversor. 

En boca de todos: China. Demasiado tarde. Llegados a este punto, quizá lo mejor fuera acelerar la entrada de los capitales extranjeros cuanto antes. ¿Y España? Sigue con su particular combate a cuatro asaltos contra el mundo al que hicimos referencia el día de Navidad. Al día de hoy no hay argumento formal para que se materialice una intervención financiera explícita. Otra cosa será lo que suceda cuando aprieten las necesidades de financiación allá por la primavera. Está por ver si nuestro vecino actúa o no como cortafuegos. Un aval explícito, que tranquilizara sobre la exposición española, ayudaría más que una inyección de fondos. Veremos. De momento, como suele ocurrir, lo inevitable llama a la puerta, lodos pasados que traen estos barros. Portugal D.E.P.
 
 
 
Acerca de China, cabe preguntarse qué ocurre con su asistencia cuando la Comisión Europea ha adoptado las tesis de Alemania, e incluido en el borrador de nueva regulación bancaria que los tenedores de bonos de las entidades tendrán que asumir parte de las pérdidas para reducir el importe de posibles rescates con dinero público, según informó Reuters citando a un responsable comunitario.
 
El borrador, que es el mismo que pretende dar más poderes a los supervisores para controlar a las entidades sistémicas, afirma que la amortización de las acciones y la deuda subordinada para asumir las pérdidas puede no ser suficiente en momentos de grave crisis y que las autoridades nacionales necesitan cargar esos quebrantos contra otros instrumentos.
 
Así, el Ejecutivo comunitario propone que, después de las acciones y la deuda subordinada, la deuda senior (los bonos corrientes) sean los siguientes en asumir pérdidas. De esta forma, los acreedores de las entidades financieras asumirían el riesgo real de una quiebra.
 
Ahora bien, estas amortizaciones de deuda se limitarían a la "cantidad mínima necesaria para asegurar el retorno de la entidad a la solvencia", según el borrador, que será sometido esta misma semana a consulta pública.
 
En todo caso, esta norma sólo se aplicará a la nueva deuda que se emita una vez que entre en vigor la norma o a la vieja que se renueve con posterioridad a esa fecha, no al saldo vivo actualmente en circulación. Estas nuevas emisiones deberán contener una cláusula que avise de esos poderes de las autoridades nacionales en caso de insolvencia.
 
Por otro lado, no todos los instrumentos de deuda de la banca asumirán pérdidas. Quedarán exceptuados los títulos con vencimientos inferiores a 9 meses, los depósitos de los clientes, la deuda garantizada -como las cédulas hipotecarias españolas- y las deudas con contrapartidas en los mercados de capitales y derivados.
 
 
La situación socioeconómica y política del planeta continúa siendo muy compleja. Normal. Cuando los mas poderosos (Estados Unidos, Gran Bretaña y el resto de Europa) lo son cada vez menos, y cuando los países pobres, los llamados emergentes, cada vez lo son más, el equilibrio no es nada fácil. 
 
Por un lado los poderosos continúan actuando como tal sin reconocer que cada vez pierden mayor autoridad, y por el otro, los nuevos países poderosos no saben aún jugar el papel de gran potencia que no han ejercido en siglos. El mundo cambia muy rápido, va a la velocidad de la luz. Los países ricos son cada vez más pobres y los países en vías de desarrollo cada vez son más ricos. 
 
Además el ahorro y la inversión ya no la hacen los “países ricos” sino que estos no paran de endeudarse con dinero de los países menos desarrollados, solo para mantener unos privilegios insostenibles.
 
En este panorama, las economías de los países desarrollados no crecen ni crecerán, debido a sus enormes deudas crecientes, y en cambio, los emergentes crecen a tasas de entre el 5% al 10% anual acumulativo. También en este entorno, los países emergentes están viendo como los alimentos básicos sufren fuertes presiones de alzas en sus precios. 
 
En Túnez y en Argelia hay manifestaciones con muertos por entre otros descontentos, la subida al doble de los precios de los alimentos básicos. 
 
En la India, el precio de la cebolla se ha duplicado recientemente, lo que está generando cierto nerviosismo. De hecho en la India históricamente el precio de la cebolla ha desencadenado protestas e incluso inicio de alguna revoluciones.
 
En todo este batiburrillo China juega un papel esencial. Aplica una diplomacia internacional muy sui generis. En África estos últimos años, -justo después de tensas y duras negociaciones entre un país africano y el FMI y el Banco Mundial para aprobar préstamos y ayudas directas a varios países africanos, a cambio de ajustes en ciertos casos duros, imprescindibles para mejorar su economía-, aparecieron de repente los diplomáticos chinos, prometiendo dinero sin condiciones de ningún tipo… únicamente claro a cambio de asegurarse el acceso prioritario a las materias primas de ese país. Obviamente la reacción de estos países fue dejar la mesa de negociaciones y firmar el rápido acuerdo con China.
 
Lo que está claro es que a China ha demostrado hasta hoy que le preocupa poco el futuro de otros países, aunque es muy fácil criticar esta estrategia diplomática, con nuestra mentalidad occidental. Quizás si nosotros fuésemos los responsables últimos de alimentar a casi 1.500 millones de personas, también pensaríamos solo en cómo conseguir este complicado reto y muy poco en los problemas del resto del mundo.
 
Con este panorama, a mediados del 2010, China por sorpresa anunció que había comprado deuda pública griega, justo cuando no paraba de desplomarse sus precios, con su rentabilidad por encima del 10% a 10 años, por la enorme desconfianza de sus números. Posteriormente hizo lo mismo con Portugal, y fue también justo cuando todos los focos de la crisis europea apuntaban al país luso. 
 
Por último, y cuando el mercado empezó a apuntar a España, hace unos meses se anunció que China había acudido a una subasta para comprar bonos españoles, y esta pasada semana incluso se escenificó un encuentro muy relevante entre el gobierno chino y español. Estas son para mí los puntos claves de esta visita:
 
> China está cambiando, y quizás ha empezado a tomar consciencia que ya es uno de los líderes del mundo, y debe esforzarse en tener mayores relaciones directas con el resto de la comunidad internacional. No olvidemos que la visita a España es solo el inicio de una gira a mas países europeos.
 
> Que España está en el punto de mira europeo y global. Seguramente el sistema financiero mundial necesita que el gobierno español pare de hacer tonterías y aplique políticas económicas racionales que no pongan en peligro la estabilidad europea y por tanto mundial. ¿No habrá sido Alemania o Francia o los Estados Unidos que hallan influido en que China visite España?. No olvidéis que en tres semanas España recibirá una importante visita similar a la china por parte del gobierno y empresarios alemanes. Aunque este razonamiento sería más positivo en el sentido que podría indicar que quizás prefiere a una Europa sin problemas económicos.
 
> En mi opinión la señal de confianza de China con Grecia, Portugal y España, no es más que un movimiento geoestratégico en una Europa desunida que le proporcionará quizás información, pero especialmente, le permitirá poder influir y/o conseguir activos estratégicos, en estos países si fueran expulsados de Europa o se viesen con problemas graves. ¿No sería similar a la política china en el continente africano? Apoyar a un país cuando es rechazado por terceros, es en cierta forma estar sembrando la discordia para aprovecharse de ello.
 
> Para razonar esta opinión podría añadir que los 80% del importe de los acuerdos firmados fue en realidad la compra de acciones de la filial brasileña de Repsol, la que tiene la propiedad de los nuevos y valiosos pozos de petróleo, y que se realizó unos meses atrás.
 
En resumen, creo que en lugar de ser una señal muy positiva como parece, esta visita china, es mas bien un indicio poco claro, aunque en parte preocupante. 
 
O de lo contrario, ¿por qué solo ha invertido en algunos de los países periféricos europeos?
 
O ¿por qué PIMCO, la mayor gestora de Fondos de Inversión del mundo, anunció en mayo de 2010 que dejaba de invertir en Deuda Publica española por desconfiar de las cuentas públicas?
 
Si quienes seguramente son unos de los mejores y sin duda mas poderosos inversores privados de renta fija (PIMCO) desconfían tanto de los países periféricos europeos, ¿por qué el gobierno chino justo ahora aumenta sus inversiones? PIMCO en diciembre 2010 declaró que la gestión de la crisis de Grecia, Irlanda y Portugal podrían provocar que se rompa la euro zona, ¿entonces?

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