DOBLE DISCURSO

Error de Michetti que desprestigia a Macri

Mauricio Macri es el líder de un frente electoral llamado Cambiemos, y precisamente expresó la voluntad de cambio de millones de ciudadanos. El doble discurso es la peor desventaja que puede padecer el Presidente porque erosiona su credibilidad, un valor decisivo para quienes confían en él para concretar ese cambio anhelado. Pero despedir a los ñoquis menos conocidos para bendecir a los ñoquis más caros resulta una situación muy difícil de explicar. Mucho peor de entender.

El despido de los militantes K incorporados al Estado, en especial los designados en forma tardía, fue/es uno de los reclamos de quienes simpatizan con el presidente Mauricio Macri.

La vicepresidente de la Nación, Gabriela Michetti, en su rol de titular del Senado, irrumpió como líder en esa acción que, de alguna manera, recupera un vínculo entre el Estado y los anhelos de los contribuyentes que pagaron el exceso, el malgasto, el dispendio K, y ya no desean la continuidad de semejante abuso.

Sin embargo, el discurso de Macri y la acción de Michetti aparece en contradicción con la realidad: en el Senado despidieron a los ñoquis de poca monta pero parece que contrataron a gente que le cuesta muy caro al Estado y sus servicios no resultan ni indispensables ni importantes sino que más bien son resultado de negociaciones políticas para obtener el apoyo PJ a los proyectos de leyes que enviará el Ejecutivo al Congreso.

Aquí aparece una cuestión no menor: ¿cuál es el límite del PRO para obtener los votos en el Congreso? ¿El fin justifica los medios?

Helio Rebot, secretario administrativo del Senado, aprobó la contratación en la planta temporaria de Julián Andrés Domínguez, quien fue presidente de la Cámara baja entre diciembre de 2011 y diciembre de 2015, precandidato a gobernador del Frente para la Victoria en la Provincia de Buenos Aires derrotado por Aníbal Fernández.

El pedido de la contratación de Domínguez lo presentó a Rebot, designado por Michetti como nexo con los senadores justicialistas, el legislador por Santa Fe, Omar Perotti, quien cree que será el próximo gobernador de la provincia del Litoral a causa de su popularidad que, sin embargo, corre peligro de ser tan efímera como la de Miguel del Sel.

¿Cómo explica Perotti la contratación de Domínguez con categoría 1, la más elevada, que con el título de abogado y la antigüedad en el Legislativo, muy probablemente puede estar ubicado en una escala salarial superior a los $40.000?

Domínguez había anticipado que se dedicaría a la actividad privada como abogado, luego de tantos años seguidos en la política profesional, pero una cosa es lo que se dice y otra la que se hace. Domínguez buscó la contratación de Perotti, quien la negoció con Rebot con conocimiento de Michetti, quien evidentemente intentó hacer algún reconocimiento a Domínguez o asegurarse un canal de diálogo con el Partido Justicialista

 

 

Pero hay una pregunta obligada: ¿toda la política debe ser rentada? ¿Nadie sabe hacer política sin dinero en la Argentina?

Una pregunta lleva a otra: ¿Cómo queda el discurso de despedir al personal reciente cuando se está contratando nuevamente sin criterio? Porque al Senado propiamente dicho no le suma mucho el part-time de Domínguez.

¿Cómo explica Perotti, hombre de la vieja política evidentemente, su deseo de insuflarle nuevos aires a Santa Fe?

¿Qué pasa con Michetti y su promesa de cambio en el Senado?

¿Por qué Domínguez precisa un ingreso cuando es un hombre de buen pasar, en especial luego de tantos años en la función pública?

En fin, habría muchas otras cuestiones por preguntarse. Pero lo concreto es que esto lesiona la credibilidad de Mauricio Macri, a quien se le cree la voluntad de cambiar algo de todo lo absurdo de la Argentina reciente.

 

 

El ex presidente de la Cámara de Diputados, Domínguez, le dijo días atrás a Rodrigo Lussich (AM 950 Belgrano): “El Estado debe tener como eje central el generar condiciones de empleo y competitividad.”

Es evidente cuáles son las condiciones de empleo a las que él se refiere pero ¿cuál es la competitividad del Estado en la que está empeñado Domínguez?

Todo a medias

El lector Rogelio López Guillemain, en un texto que firmó "La Rebelión de los Mansos" y tituló "Medidas a medias, malas medidas", describió muy bien la situación:

> "Gran parte de la población de nuestra Argentina, luego de las elecciones del año pasado, recibió con esperanzas el cambio en la conducción del Ejecutivo."

> "El principal factor que aunó a los votantes de Macri (los votantes propios y los prestados) fue el hartazgo y el rechazo a una forma de conducción, arrogante, confrontativa y arbitraria de la anterior Presidente."

> "(...) el nuevo primer mandatario, supo diferenciarse (aunque con algunos yerros) y mostrar una conducta conciliadora, humilde y de diálogo. (...) Este comportamiento cordial del Presidente, ha despertado la simpatía de gran parte de la población (...). Pero esto no es suficiente. En un país como el nuestro, personalista y tan poco republicano, no alcanza con ser un presidente bueno, es necesario ser un buen Presidente. Para ello, aún hay varias cosas que corregir y muchas de ellas implican medidas muy poco simpáticas o políticamente incorrectas (...)".

> "Lo más importante: Debemos recuperar la cultura del mérito, esa que perdimos al justificar la necesidad.  Debemos terminar con este Cambalache en el que vivimos.  Todos los puntos anteriores y muchos otros se sintetizan en esto, recuperar la cultura del mérito. Por ahora, nuestro Presidente no ha tomado medidas de fondo con respecto a estos temas vitales. (...)".

En ese contexto, Ezequiel Sabor, secretario de Trabajo de la Nación, le dijo horas atrás al periodista Pablo Duggan (AM 950 Belgrano): “Hay un estado sobredimensionado, con irregularidades en las contrataciones. No podemos tener un estado enorme que nos traiga déficit. No queremos empleos ficticios en el gobierno, sino empleos genuinos. Es un acomodamiento de la situación, para que haya la cantidad justa de trabajadores. No importa la ideología de las personas, sino su utilidad. Queremos formar un equipo con los mejores, no estamos discriminando. Es muy feo decirle que no trabaja más a una persona, pero hay que hacerlo de frente.”

Entonces, ¿cómo se explica lo de Julián Domínguez? ¿Ezequiel Sabor integra la pléyade de personas que hablan con hipocresía de temas fundamentales? En cualquier caso, Sabor incurre en el ridículo. Pero hay funcionarios a los que les va peor...

Domínguez, reivindicando a Daniel Scioli, intentó cargar contra el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, a quien acusó de responsable de la derrota del proyecto político K, entre otras acusaciones que intentan defender a los que se fueron.

Sin embargo, a la vez, el PRO, de Macri, premia a Domínguez.

Mucho más interesante, desde el lado de Massa, el intendente de San Fernando, Luis Andreotti: “El FpV llevó al PJ a la derrota. Domínguez debería hacer autocrítica. Domínguez es un perdedor de perdedores. Él acompañó una fórmula que los vecinos no eligieron y respaldó a un gobierno con importantes déficits en todos los ámbitos. Los últimos años les han hecho mucho daño a los municipios por no respetar el federalismo y gastar más en propaganda que en salud, educación, seguridad o infraestructura”.

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