MINDLIN, MACFARLANE, PAGANO, MENDOZA...

Pedalear en un circuito estático puede ser muy rentable

El 1er. directorio de Edenor que plantó hace 12 años el fondo Dolphin, cuya cabeza visible es Marcelo Mindlin, lo dice todo: su hermano Damián, Gustavo Mariani, Rogelio Pagano y Alejandro Macfarlane, concretando múltiples negocios con el sector eléctrico y, tal como en el voley, iniciando rotaciones a medida que progresa el juego. Sus nombres -junto al del titular del banco Macro, Jorge Brito, quien del gas pasó a las energías renovables; Alejandro Ivanissevich, y el ex Enron venezolano, Miguel Mendoza-, aparecen como compradores y vendedores en un pasamanos de empresas cuyas acciones van con precios crecientes: del congelamiento al tarifazo, ahora a la productividad. Consolidada la hegemonía en la generación y distribución de la luz, viene la diversificación hacia el petróleo y recursos renovables. El capital que movilizan las compraventas que se cruzan los integrantes del grupo se amasa con tarifazos, condonaciones de deuda, colocación de bonos, gradualismo en las inversiones, bicicletas en Nasdaq y Merval y ganancias que les dejan las transacciones, que se pagan con nuevos fondos que se van agregando al show.

Hay un clan de empresarios que se convirtió en el eje de millonarios negocios en torno del sector eléctrico en los últimos 13 años. Interesantes pasamanos de paquetes accionarios de las distribuidoras, condonaciones de deudas de los poderes de turno, manipulaciones tarifarias desde los gobiernos de Carlos Menem en adelante, gradualismo en los compromisos de inversión e incursión en los mercados de capitales de Nueva York y Madrid interactuando con la Bolsa de Buenos Aires.

La clave de ese circuito virtuoso de ganancias privadas pasa por:

* la caracterización estratégica de tres sectores que desde los ‘90 motorizan las lluvias de dólares auténticas, como el de la electricidad, gas y comunicaciones;

* la ley del mercado eléctrico que impide a un accionista tener una participación de más del 50% en una distribuidora y una transportista, lo cual ya limitó la expansión al fondo Dolphin, gerenciado por Marcelo Mindlin;

* operaciones cruzadas con las acciones en Nasdaq y Merval, primero con un interés basado en expectativas de aumento en la facturación por la aplicación de reajustes pendientes y posteriormente con balances en los que venían precios inflados como consecuencia del tarifazo.

Los protagonistas desde distintos roles en las crónicas son

* Marcos Marcelo Mindlin,

* Jorge Brito,

* Alejandro Macfarlane,

* Luis Pablo Rogelio Pagano,

* Miguel Mendoza,

* más la actuación parcial de Alejandro Ivanissevich.

Lo que sucedió es que el empresario chubutense Ivanissevich, urgido de recursos, le vendió las acciones que tenía en su poder del fondo británico Ashmore Energy International (AEI) que se había retirado del país transfiriéndole activos, al igual que había hecho con Pampa Energía, el mexicano David Martínez, a cargo de Fintech, y el banquero local Jorge Brito. El venezolano Mendoza había sido hasta ese momento gerente general de la ex Emgasud, ahora llamada Genneia y dedicada a la energía renovable.

La trama de estos cambios de manos de las acciones eléctricas que se inicia con la ola privatizadora del menemismo desemboca en el reciente viaje a España del presidente Mauricio Macri y un nutrido acompañamiento empresarial. Un viejo conocido suyo, Alejandro Macfarlane, fue invitado a integrar la comitiva pese a las tirantes relaciones que mantenía con la gobernación bonaerense por los conflictos con la distribuidora eléctrica de su propiedad, Edelap, o que lo era, porque a partir del 14/03 se confirmó que pasará a manos de Luis Pablo Rogelio Pagano, un ejecutivo con el que ambos compartieron la gestión de Edenor y la vinculación con el presidente del banco Macro, Jorge Brito.

La operación se habría concretado poco antes de la misión presidencial a la Madre Patria. El diario Hoy publica que Macfarlane ya habría accedido a financiamiento internacional para intensificar su presencia en el negocio de la distribución de gas e intentar quedarse con la refinería que tiene Petrobras en Bahía Blanca, La planta actualmente forma parte del patrimonio de Marcelo Mindlin, quien fuera socio del actual dueño de Edelap en Pampa Energía, el holding que controla Edenor (la mayor empresa de distribución de energía del país) y que tiene como accionista privado al multimillonario británico Joe Lewis, amigo del Presidente Macri.

Management móvil

El traspaso ocurre en un contexto de protesta generalizada contra la distribuidora de energía platense por la aparente falta de inversiones, que deviene de las ganancias extraordinarias derivadas del tarifazo aplicado en 2016, las cuales llevaron a que se incrementaran significativamente los valores de las acciones de las em­presas energéticas. Hay sospechas -señalan muchos críticos de Edelap- que la recaudación generada por el aumento de las boletas no se habría invertido en obras necesarias para garantizar la calidad del servicio, algo que se puso de manifiesto en el temporal del 05/02/2017, que provocó que miles de familias en el Gran La Plata se quedaran sin luz durante varios días.

Quienes sospechan que Macfarlane hizo toma de ganancias con Edelap y se retiró, se apoyan en que quien asume el control de la distribuidora bonaerense es Luis Pablo Rogelio Pagano, un ex compañero suyo de ruta, también director ejecutivo de Grupo Dolphin, de Mindlin, que había renunciado a su puesto de director de Finanzas y Control de Edenor y al que ocupaba en el comité ejecutivo, para asumir como presidente y gerente general de la salteña Edesa en la etapa previa, aun cuando continuaba en el directorio de Edenor.

Macfarlane merodea los activos no estratégicos de Petrobras Argentina, comprada por su partner Mindlin por medio del banco Citi, que la tiene en venta: la refinería en Bahía Blanca y la red de más de 300 puntos de venta de combustibles, que también quiere Trafigura/Puma.

No se sabe si hubo dólares o asientos contables en la mesa de negociación.

A fines de julio pasado, el principal jugador del sector eléctrico, dueño de Edenor, la mayor distribuidora del país, de centrales térmicas y represas hidroeléctricas, pagó una cifra cercana a los US$900 millones, que suma al holding de Pampa Energía yacimientos de petróleo y gas, participación en el segmento de transporte de gas con TGS y presencia en el negocio de refinación con una planta en Bahía Blanca y estaciones de servicio.

Pasarle a Macfarlane el negocio de downstream que comprende a la refinación y distribución de combustibles (se trata de la planta Ricardo Eliçabe que opera en Bahía Blanca y la red de 266 estaciones de servicio distribuidas por todo el territorio, según Surtidores.com.ar/) sería como diversificar al grupo hacia otra rama de la energía que el hasta ahora cabeza visible de Edelap conoce muy bien, como que lo aprendió desde que era CEO de YPF, controlada por Repsol, de donde fue despedido para que ingresara el hijo de Enrique Eskenazi. Desde YPF mantuvo una buena cercanía con el ministro de Planificación de los 3 períodos kirchneristas, Julio De Vido.

A su vez siempre gozó de la confianza de Jorge Brito, lo que llevó al directorio del banco Macro.

Por su parte, Pagano, el ex ejecutivo que ya estuviera al frente de la compañía salteña cuando integraba el staff de Edenor junto a Macfarlane, en sociedad con inversores locales no identificados entre los que estaría Gonzalo Teruel, pagó con US$ 200 millones a un ex Ashmore y Enron, el venezolano Miguel Mendoza, por la participación en el negocio salteño.

Últimamente de capa caída, Mendoza aparece junto al entonces dueño de Emgasud, Alejandro Ivanissevich, en la propuesta ganadora por Edelap de noviembre de 2011, cuando la estadounidense AES puso en venta la distribuidora de energía de La Plata y de otras 8 localidades de la provincia de Buenos Aires tras un prolongado conflicto con el kirchnerismo.

Hasta ahí, una yunta en dificultades se quedaba con Edelap, pero resulta que una semana después de la adjudicación, ambos socios se sentaron a negociar con Macfarlane y así fue como el 90% de la compañía platense terminó en poder de éste último y el 10% restante les quedó a ellos. Como contrapartida, le cedieron el 10% de Edes, la otra distribuidora bonaerense que controlaba AES y que también formó parte de la transacción.

La presidencia de la firma que cubre las áreas de concesión de La Plata, Berisso, Ensenada, Brandsen, Magdalena y Verónica fue confiada a un abogado cercano a Edenor, Javier Errecondo, que era uno de los socios del estudio de abogados Errecondo, Salaverri, Dellatorre, González & Burgio, con Marcelo Mindlin como uno de sus principales clientes.

En diciembre de 2011, Macfarlane se quedó con el manejo de Edelap por medio de la firma por él fundada, de la que era presidente y CEO, Disvol Investment S.A. A fines de 2014 fue por más y cerró un acuerdo con la italiana Camuzzi para hacerse de la mayoría accionaria de IEBA (Inversora Eléctrica de Buenos Aires), la empresa controlante de la distribuidora atlántica EDEA.

La transferencia se hizo tras un pago de US$ 5,5 millones y la cesión de un 5% de las acciones que Disvol tenía en Edelap, la distribuidora eléctrica de La Plata y los partidos vecinos.

A los pocos días del anuncio oficial de la operación, se confirmó que Disvol Investment SA –firma que tiene asentado su domicilio legal en Montevideo, Uruguay—le había pasado su posición en EDEA a una firma denominada Infraestructura Energética del Plata SA (IEPSA), controlada también por Macfarlane y con un domicilio declarado en Diagonal 80 número 1001,de La Plata. Había sido inscripta en la Dirección Provincial de Personas Jurídicas el 06/11/2014, casi al mismo tiempo en que se acordaba la cesión de las acciones de EDEA de Camuzzi a Disvol.

La anuencia de la administración sciolista (mucho se especuló en esos días sobre el especial interés de Daniel Scioli en toda la trama), le abrió una vía de negociación con la deuda pendiente de US$ 135 millones que hasta ahora no pudo cerrar por la falta de acuerdo de los acreedores.

El titular del Sindicato de Luz y Fuerza de Mar del Plata, José Rigane, denunció: “El actual dueño compró EDEA hace 2 años. Luego del aumento de las tarifas, subieron ampliamente las acciones y hoy termina vendiendo la empresa a un precio mucho mayor, sin haber hecho ninguna inversión. Esto es posible por la connivencia de un gobierno como el actual, que le condona deuda a Edelap por $1.780 millones y a EDEA, por $450 millones. Esto se transforma en una timba que no brinda un servicio, sino que es un negocio para algunos vivos. Es lamentable que el Gobierno los apañe”.

Don de ubicuidad

Si algo conoce a la perfección un ex rugbier medio scrum de los Pumitas y de la 1ra. de Belgrano Athletic con dotes de estratega, como Macfarlane, es cómo ubicarse en la zona de gestación del juego. Se casó con la hija de un influyente abogado que ocupó el cargo máximo de la SIDE en el gobierno de Carlos Menem, como Hugo Anzorreguy. Lo nombraron director por el Estado en 1998 en Papel Prensa y, aprovechando -según se especuló- el favor que el suegro le había hecho a José María Aznar para que ganara la Presidencia de España, obtuvo un puesto en el directorio de Repsol-YPF, desde el que ofició de vocero y ladero del presidente español Alfredo Cortina.

Además de haberse hecho amigo de De Vido y de Brito, mantenía fluidas relaciones con quien era secretario de Finanzas de Felisa Miceli, Alfredo MacLaughlin, quien tras la renuncia de la ministra por el famoso affaire del bolso en el baño del despacho, apareció en el directorio de Pampa Holding, el grupo que controla Edenor, cuyo titular desde 2005 era precisamente Macfarlane.

Cuando en 2012, Daniel Scioli habilitó la entrada al grupo en Edelap, que cubre las áreas de concesión de La Plata, Berisso, Ensenada, Brandsen, Magdalena y Verónica, su rol pasó de ejecutivo de Edenor a patrón en la distribuidora eléctrica platense, por la incompatibilidad legal para ejercer ambas funciones.

Sin este decreto provincial, el dueño de Edenor hubiera tenido vedado cualquier interés por Edelap, ya que tanto esta distribuidora como la de Mindlin y también Edesur se regían bajo una misma regulación, establecida por el gobierno nacional, que le impedía al empresario sumar otra distribuidora sin romper las reglas antimonopólicas.

El capítulo platense de la historia arranca cuando el grupo norteamericano AES decide vender sus distribuidoras energéticas Edelap y Edes a un grupo de capitales venezolanos asociados al empresario argentino Alejandro Ivanissevich, decisión que fue tomada luego de complejas negociaciones de las que también participó Edenor, propiedad de Pampa Holding, de Mindlin.

Ivanissevich, quien luego vendió esas acciones al mexicano David Martínez, a cargo del fondo Fintech, y al banquero local Jorge Brito, inició conversaciones con Alejandro McFarlane, CEO de Edenor, para venderle Edelap y quedarse solamente con EDES, en sociedad con el venezolano Miguel Alfredo Mendoza, ex ejecutivo de la quebrada Enron y ex miembro del fondo Ashmore. De hecho, había sido gerente general de Emgasud en representación de este private equity cuando compartían las acciones de la empresa de Ivanissevich.

Los nuevos dueños de Edelap deberían hacerse cargo de una delicada situación financiera, ya que arrastraba un rojo de $400 millones.

Acopló al hólding eléctrico bonaerense que empezó a constituir a la marplatense EDEA, pero ahora, luego de algunos chisporroteos en la relación con el equipo que puso María Eugenia Vidal a raíz de la presión gremial y de los usuarios , hizo trascender que le vendería a un compañero de travesías en los directorios del circuito de Pampa Energía, Luis Pablo Rogelio Pagano, actualmente al frente de la salteña Edesa adonde llegó tras integrar el management de Mindlin en Edenor.

Lamparitas encendidas

Desde que Marcos Marcelo Mindlin se retiró de IRSA, en la que fuera socio de Eduardo Elsztain, llevándose consigo al fondo Dolphin, se echó a rodar un gigantesco esquema de inversiones en el rubro eléctrico que en 13 años no sólo tomó posesión en paquetes accionarios de compañías que operan en el país, sino que se posicionó tanto en los mercados neoyorkinos de capitales, como el Nasdaq, cuanto en el Merval porteño.

Mindlin, recién salido de IRSA, anunció la compra de un 7,14% de Cite­lec, la sociedad controlante de Transener a The Argentine Inves­tment Company (Taico), concretando la operación a través de Dol­phin Fund Management, el fondo de inversión que fue su cara visible hasta la compra del frigorífico La Pampa, una empresa menor que cotizaba en Bolsa y que sirvió de base para montar Pam­pa Energía, su holding eléctrico.

En verdad, Mindlin discutió con Elsztain acerca de la conveniencia de diversificarse hacia el negocio de los servicios públicos, y su interés era Telecom Argentina. Pero no lo consiguió. 2 meses más tarde cerró la compra del 42,5% que la ingle­sa National Grid tenía en la controlante de la transportadora (lle­gó al 50% en la dueña de Transener).

El empresario habría des­embolsado unos US$18 millones en ambos movimientos, para ocupar en septiembre de 2004 la presidencia de la compañía que maneja el 95% de las líneas de alta tensión de la Argentina.

Transener tenía una deuda en default cercana a los US$570 mi­llones. El equipo de Mindlin cerró su negociación en mayo de 2005. La redujo hasta los US$285 millones.

Su salto a la fama, sin embargo, lo consiguió con la compra del 65% de Edenor a Electricité de France o EDF que selló el 29 de ju­nio de 2005, a cambio de US$100 millones de dólares y la aceptación de una deuda en default por US$537 millones. Mindlin puso en efectivo menos de una décima parte de lo que los fran­ceses querían por la compañía, que pocos años antes había tasa­do sus activos en US$1.200 millones.

En abril de 2001, la francesa EDF había desembolsado casi US$ 700 millones para conseguir la mayoría accionaria de Edenor. Le compró a Endesa su participación del 40,19% en US$ 436 millones; mientras que pagó US$ 191 millones por el 18,8% de las acciones que estaban en manos de Repsol YPF (heredadas de Astra).

EDF había elegido al grupo Dolphin como su socio local y depositó en su equipo de profesionales la confianza para que se hicieran cargo del management de Edenor y encarasen la reestructuración de su deuda y la renegociación de su contrato de concesión. A la postre terminó siendo su comprador luego de presiones de las que participó el poder político, ya en manos de Néstor Kirchner.

Recientemente, la transferencia del 25% de las acciones de Transener a Jorge Brito (quien tiene negocios propios, más allá de sus acciones en el Macro), quedó despejada en agosto, tras una reunión que mantuvieron el ministro de Energía, Juan José Aranguren, y la dupla K dueña de Electroingeniería que integran Gerardo Ferreyra y Osvaldo Acosta.

Inicialmente, la conducción de Enarsa que pilotea Hugo Balboa –un incondicional de Aranguren—le había negado a Electroingeniería la “conformidad” que tenía que darle según el acuerdo societario vigente para que pueda vender participación en Transener.

Luego de una reunión con los timoneles de Electroingeniería, Aranguren le ordenó a Enarsa que desista de la idea de comprar esas acciones y le libere el camino a Brito para ingresar a Transener.

Lo que está en juego es el 25% de Citilec (la sociedad controlante de la principal transportista eléctrica del país) que había sido adquirido en 2005 a Petrobras por Electroingeniería, la empresa cordobesa que durante la era K tuvo una estrecha relación con la Casa Rosada y un crecimiento exponencial de sus negocios y contratos con el Estado.

Para esa operación, buscó la compañía de la estatal Enarsa, que pasó a ser la propietaria de otra porción accionaria del 25%.

En tanto, el restante 50% de Citelec permaneció en manos del grupo Pampa Energía que comanda Marcelo Mindlin, el dueño de Edenor y reciente comprador de los activos energéticos que aún le quedaban en el país a la brasileña Petrobras.

Pampa, la carne en el asador

Propietario de 5 empresas de generación eléctrica en Argentina, el grupo Pampa Holding es el mayor conglomerado integrado de luz del país –con Edenor, la mitad de Transener y varias generadoras eléctricas–. Engrosó su grupo con el 90% de la distribuidora EDEN (que abastece de luz al norte y centro de la provincia de Buenos Aires) y el 77% de Emdersa, que controla las eléctricas provinciales de Salta, La Rioja y San Luis.

Pagó US$ 276 millones a Ashmore Energy International (AEI) por esas empresas y por la mitad de Transportadora de Gas del Sur (TGS), que estuvo atrapada en una compleja reingeniería financiera de la que el Gobierno de Cristina Kirchner no la dejaba salir.

AEI (con sede en Houston) había decidido vender el 80% de sus operaciones internacionales, por lo que cosechó US$ 4.800 millones. De todas formas, siguió con el 42% de Emgasud, la empresa encabezada por el patagónico Alejandro Ivanissevich.

En la compra de las distribuidoras, Mindlin desembolsó US$ 140 millones. Por EDEN, que tiene 327.000 clientes, Pampa Energía pagó US$ 50 millones, mientras que por Emdersa (508.000 clientes en tres provincias), abonó US$ 90 millones.

Haber logrado instalar en los mercados de capitales la especulación sobre las tarifas eléctricas está por cumplir 10 años, desde que Edenor tocó la campana en Wall Street para anunciar que empezaba a cotizar. Estaban juntos Mindlin y Macfarlane.

Los cuadros se mantenían congelados y la apuesta era cuándo se largaría el proceso de normalización y en cuánto se ajustarían.

El año pasado se largaron los aumentos, pero aún así el empresario aclaró que "el costo de producción de la energía antes del incremento que hizo el Gobierno este año era de$ 100 el megawatt, y lo elevaron a $ 320 dólares. Eso se hizo a nivel país". O sea, dejó destapada la ecuación.

Pero al igual que lo sucedido con las petroleras, una vez corregidos los precios, la presión de las empresas se traslada a los costos: "La producción de energía con lo que hoy cuesta el sistema que importa gasoil y gas licuado llevan el precio de producción más cerca a los $ 700 que de los $ 320. Estamos mucho mejor que antes, antes estábamos más lejos, pero si el Gobierno es capaz de producir gas o importarlo más barato, por ejemplo, esta cifra baja", añadió en diálogo con "Vuelo de Regreso", el espacio de La Nación en radio FM Milenium.

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