MAYORÍA ALEMANA

El acuerdo Alstom/Siemens provoca críticas a Macron

La francesa Alstom y la alemana Siemens protagonizaron una fusión impensada de sus negocios ferroviarios, frente al avance de la compañía estatal china CRRC Corp Ltd. "Necesitamos unir fuerzas para competir", señaló el CEO de Siemens Joe Käser, junto a Henri Poupart-Lafarge, su contraparte de Alstom. La operación ha creado polémica en Francia, pues los partidos opositores al Ejecutivo del socioliberal Emmanuel Macron han acusado al Gobierno de desmantelar la industria francesa y de claudicar ante los intereses alemanes. Sin embargo, el Gobierno francés aseguró que los puestos de trabajo de Alstom se mantendrán y que el gobierno de la nueva empresa será equilibrado.

La operación desató euforia en las bolsas europeas, y fue elogiada tanto por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, como por la canciller alemana Angela Merkel.

La integración de Alstom y Siemens no ha sido recibido de igual modo en ambos países. Las valoraciones procedentes de Alemania fueron más positivas que las de Francia, donde la sensación de que el país pierde uno de sus símbolos industriales, el fabricante del icónico TGV, está muy extendida.

“Vamos a crear el segundo actor mundial del sector ferroviario y de la señalización, y recuperar un espíritu de conquista europeo que nos va a permitir rivalizar con los grandes gigantes del sector, en particular con el chino”, argumentó el ministro galo de Economía, Bruno Le Maire, quien aseguró que el proyecto prevé “dar garantías para el mantenimiento del empleo” y preservar “la totalidad de las plantas de Alstom” en el país.

Pero los sindicatos desconfían. Olivier Kohler, representante del moderado CFDT en Belfort, en el este de Francia, donde Alstom fabrica trenes TGV, dijo que era “lo peor que nos podría pasar, vendrá una reestructuración y, sin duda, la eliminación de cientos de puestos de trabajo”.

A partir de este acuerdo, que se concretará a fines de 2018, "Siemens transferirá su negocio de fabricación de trenes, vagones y equipamiento de señalización a Alstom, fabricante del famoso tren de alta velocidad TGV, a cambio del 50% de las acciones de la nueva compañía", según destacó la agencia Bloomberg. La nueva firma mantendrá su sede en París, y el actual CEO de Alstom será el CEO, mientras que un ejecutivo de Siemens presidirá el directorio.

Con esta unión nace un gigante del sistema ferroviario, con una plantilla combinada de 62.300 empleados y una facturación anual de 15.300 millones de Euros.

La compañía francesa Alstom y la alemana Siemens firmaron un acuerdo de fusión con el que crearán un gigante europeo en el sector ferroviario con un volumen de negocios de 15.300 millones de euros, informaron ambas empresas.

Siemens controlará el 50% de las acciones de la nueva empresa fusionada.

Las 2 compañías comunicaron también que el Estado francés no ejercerá la opción de compra de acciones en Alstom.

El Estado tiene actualmente un 20% de los títulos de Alstom gracias a los títulos prestados por el grupo Bouygues, que se hubiesen hecho efectivos si el Estado hubiese desembolsado hasta el 17 de octubre 1.000 millones de euros.

El futuro gigante ferroviario europeo será una realidad a finales de 2018, según el memorando de entendimiento.

La empresa resultante, que será el abricante mundial del sector N°2, después del grupo chino CRRC, tendrá mayoría alemana en su capital –su participación estará limitada al 50,5% en los 4 primeros años de fusión–, aunque, para compensarlo, su sede estará en la región de París, cotizará en la bolsa de esta ciudad y su presidente ejecutivo será Henri Poupart-Lafarge, actual N°1 de la firma francesa.

Jochen Eickholt, CEO de Siemens Mobility, asumirá una responsabilidad importante en la entidad fusionada.

El caso de CRRC muestra la realidad del sector. El grupo número uno mundial en material rodante fue creado en 2015 a partir de las compañías regionales CNR y CSR, de propiedad estatal, inicialmente para el mercado interior.

Pero hoy ya tiene el 8% de su negocio fuera de China, con contratos en lugares tan dispares como Kenia y Chicago.

Siemens/Alstom está pendiente de la aprobación de los reguladores y será consultada a los comités de empresa, por lo que se espera que esté concluida a finales de 2018.

Si Alstom decide romper el acuerdo con Siemens, deberá indemnizar a la firma alemana con 140 millones de euros.

El grupo resultante, que estará bajo la dirección del actual responsable de Alstom, Henri Poupart-Lafarge, cotizará en la Bolsa de París y tendrá su sede en la región parisina.

La operación ha creado polémica en Francia, pues los partidos opositores al Ejecutivo del socioliberal Emmanuel Macron han acusado al Gobierno de desmantelar la industria francesa y de claudicar ante los intereses alemanes. Sin embargo, el Gobierno francés aseguró que los puestos de trabajo de Alstom se mantendrán y que el gobierno de la nueva empresa será equilibrado.

Alstom está considerada una de las empresas industriales de bandera en Francia y se labró fama internacional por ser el fabricante del tren de alta velocidad (TGV) con el que el país galo fue pionero en este tipo de transporte.

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