UN DEBATE QUE SE ACELERA

Macri se siente seguro e instala en Cambiemos la reforma laboral antes del 22-O

Con las encuestas a mano, para la Administración Macri el comicio del 22/10 se encuentra casi resuelto. Por lo tanto ya se debate la agenda más allá del comicio, la que pondrá a prueba tanto la unidad de Cambiemos como la posibilidad de atraer a parte del peronismo. Sigue resultando cuestionable la intervención de Mauricio Macri en la Justicia: él es cercano al juez Luis Armella y decidió facturar 'al Pata' Medina un escrache a Marcos Peña, se comenta. También es cuestionable que Jorge Triaca haya designado a su mujer, María Cecilia Loccisano, al frente de una caja de $7.000 millones. Pero Medina es indefendible y Triaca está logrando alianzas sindicales: por ahora, todo juega a favor.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, confirmó ue el Gobierno impulsará "reformas" laborales y señaló que las mismas se realizarán "sin etiquetas ideológicas".

Durante una visita a la localidad bonaerense de Chacabuco, donde participó de un timbreo y asistió a la Fiesta Nacional del Maíz, el funcionario advirtió que el Gobierno debe "seguir reformado para ir encausando una economía que tiene muchos problemas".

Peña, en declaraciones a Radio Colonia, sostuvo que "la economía el año que viene va a ser de expansión, crecimiento y más generación de trabajo y obra pública, y menos inflación, lo que no quita que haya que seguir reformando para ir encausando una economía que tiene todavía muchísimos problemas".

En el mismo sentido, consideró que " el desafío laboral requiere reformas, pero no planteando etiquetas ideológicas que nos alejan de la realidad, sino mesas concretas de trabajo para generar más y mejores condiciones de trabajo para los argentinos".

Días atrás, el presidente del bloque de diputados del PRO, Nicolás Massot, aseguró que el Gobierno pretende avanzar en una eventual reforma laboral "en la medida que haya acuerdos tripartitos" y pidió a los gremios adaptarse a "circunstancias globales".

Massot sostuvo que la reforma aún no se discute en el Congreso porque el debate en ese ámbito tiene que ser precedido por una discusión sectorial .

"Ya se está impulsando, hemos avanzado en varios sectores. Se va a continuar en ese marco, en el que todos entiendan que el Gobierno pone inversión pública, las empresas van a invertir y que los sindicatos tienen que ´aggiornarse´ a las circunstancias globales y al carísimo costo laboral y productivo para volver a ser competitivos", contó.

Massa

El tema también fue abordado por Sergio Massa en la localidad de Tornquist, donde se acercó a una cooperativa obrera, al cuartel de bomberos y a un club social, donde dialogó con vecinos a quienes les transmitió sus ideas y propuestas, además de mantener un encuentro con medios de prensa local, a quienes les manifestó: "Nuestro desafío es construir un futuro de esperanza, en el que el trabajo, el pago de las jubilaciones, las tarifas sean razonables y la inversión sean cosas que podamos resolver hoy, y no que sigamos discutiendo todo el tiempo el pasado y el miedo, porque eso no nos lleva a ningún lado".

Y agregó: "La Argentina no puede seguir condenando al que no tiene trabajo al plan social, lo tenemos que capacitar, le tenemos que devolver la esperanza de que puede volver al mercado de trabajo. A la pobreza se le gana solamente con trabajo y educación".

En ese sentido, enfatizó: “Creo que el Gobierno tiene dos proyectos que son dos dolores de cabeza. Uno es la reforma jubilatoria, y el otro es la reforma laboral. No vamos a permitir que en la Argentina haya una reforma laboral hablando del trabajo como costo, porque el trabajo no es un costo, el trabajo es dignidad. El costo son los impuestos, y si el Estado quiere ayudar a generar empleo lo que tiene que hacer es bajar los impuestos, no castigar al trabajador”.

Por último, y al ser consultado por el modo en que impacta el rumbo económico del Gobierno en el bolsillo de los argentinos, aseguró: “La clase media es la que más está sufriendo decisiones equivocadas. La decisión de que tengamos tarifas que suben por el ascensor mientras los sueldos suben por escalera es un gran error. Y el primer desafío que tenemos en el Congreso a partir de diciembre es poner un límite al aumento de tarifas. La luz, el gas y el agua no pueden subir más que los salarios y las jubilaciones".

Algunos comentarios

Julio Blanck en el diario Clarín:

"(...) Cuando el ministro Jorge Triaca se reunió en setiembre con la CGT el clima se había distendido. Ya no se hablaba de plan de lucha ni de paro. La amenaza que permanecía sobre los gremialistas era la pelea interna. El sector más opositor a Macri apuntaba a disputar el control de la central sindical. El belicoso camionero Pablo Moyano y el bancario radical-K Sergio Palazzo asomaban como cabezas visibles.

El Gobierno empezó a operar entonces para ayudar a achicar el espacio de disidencias internas en la CGT. Triaca retomó el contacto con Juan Carlos Schmid, el más duro de los integrantes del triunvirato que conduce la central sindical, proveniente del moyanismo.

La puesta en escena del nuevo clima cegetista quizás tenga lugar en el Comité Central Confederal del martes próximo. Allí podrían regresar muchos de los más de treinta sindicatos que integran el MASA, que no adhirió a la unificación del año pasado. Estarían los taxistas, la Unión Ferroviaria, los telefónicos y los petroleros privados, entre otros. De los grandes gremios de ese sector sólo se ausentaría el SMATA.

La conducción cegetista, donde también se perfila fuerte Héctor Daer, cruza los dedos para que -como signo de apoyo político- participen de la reunión plenaria figuras de mucho peso como Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y el jefe metalúrgico Antonio Caló.

Se espera un respaldo a lo actuado por la conducción, atenuando las aristas más conflictivas en la relación con el Gobierno. Pero esto no le va a quitar volumen a la polémica interna, ni a los discursos ásperos sobre la situación económica y social. Es Confederal es un lugar ideal para desfogarse.

Capítulo aparte es qué actitud tomarán al final los camioneros. Si el rumbo de colisión que propone Pablo Moyano, hoy cercano al gremialismo kirchnerista; o la actitud menos beligerante de Hugo, jefe del clan, quien igual mantiene zonas de conflicto con Macri por el negocio postal. Habría existido ya un entusiasta intercambio de ideas entre padre e hijo. Pero el asunto aún no parece resuelto.

La semana sindical terminó con otras novedades. María Cecilia Loccisano, subsecretaria de Coordinación Administrativa del Ministerio de Salud, fue protagonista en la reunión con jefes de la CGT donde se habló de los fondos para prestaciones médicas especiales de los sindicatos. Es una bonita caja de 7.000 millones de pesos al año, de cuyo manejo Macri había desplazado a Luis Scervino después de la marcha de agosto.

Scervino es hombre de José Luis Lingeri, jefe del gremio de Obras Sanitarias y negociador en temas económicos con todos los gobiernos. En su lugar entró Sandro Taricco, colaborador de Triaca. Eso fue reforzado ahora por el protagonismo de Loccisano, que es la esposa de Triaca.

A Macri le gusta ese lenguaje de gestos. Los que tienen poder lo entienden."


Mariano Spezzapria en el diario platense El Día:

"(...) El Presidente pasó de haber tenido un papel modesto en el camino hacia las primarias de agosto -sobre todo en la Provincia y específicamente en el Conurbano- a ponerse sin medias tintas al frente de la campaña de Cambiemos, en una feroz acción de contragolpe que encuentra mal parada a la oposición.

El propio Macri describió su desempeño –y el de su administración- como el del encargado de cuidar una cancha de fútbol. “Nuestra tarea es despejarla, pintar las líneas y poner los arcos. Ustedes son los que tienen que meter los goles”, sostuvo el mandatario ante empresarios luego de que la Justicia federal avanzara con la detención del controvertido sindicalista “Pata” Medina.

Con una concepción liberal en lo discursivo, Macri se presentó como un facilitador para que las relaciones económicas fluyan naturalmente, sin distorsiones, pero en el plano político resultó evidente que la intervención del Presidente fue decisiva para avanzar contra el ex jefe de la Uocra platense. En la Casa Rosada buscaron capitalizar la “lucha contra las mafias”.

“Fue él (por Macri) el que se metió de lleno con eso”, dijo un funcionario con despacho hacia la plaza donde ya no se divisa la estatua de Juana Azurduy. En otros ámbitos oficialistas comentaron, en la misma línea, que el Presidente mantiene una buena relación con el juez federal Luis Armella -quien apresó a Medina- desde los tiempos en que era jefe del Gobierno porteño.

Antes de ser llevado con esposas a la cárcel de Ezeiza, Medina había cometido una tropelía que lo terminó condenando, cuando el jefe de Gabinete, Marcos Peña, tuvo una frustrante visita a La Plata a raíz de una protesta de los seguidores del pope sindical. El mal momento que pasó el ministro coordinador llegó a oídos del Presidente. “¡Pero qué se creen estos tipos!”, enfatizó.

En las evaluaciones posteriores a la detención de Medina, en el Gobierno reinaba el optimismo. Tanto, que se analizó como algo normal que el Presidente se manifestara “abierto” a la posibilidad de ser reelegido en 2019. En Cambiemos saben que hasta ese año habrá paz interna, porque sus figuras -Macri, María Eugenia Vidal, Rodríguez Larreta y otros intendentes- tienen reelección.

Las disputas incipientes que se registran en Cambiemos son propias de los grupos políticos que dejan de sentir la amenaza externa. Así pasó durante años con el PJ, que protagonizó durísimas internas entre Menem y Duhalde; o entre los Kirchner y Scioli. En ambos casos, el peronismo creía que no ponía en riesgo su permanencia en el poder. Lo mismo empieza a sentir ahora el PRO. (...)".


Ricardo Kirschbaum en el diario Clarín:

" Macri tuvo su “Patazo” como Carlos Salinas de Gortari, aquel presidente mexicano de los ‘90, tuvo su “Quinazo”. En otras palabras, el Presidente fue beneficiado por la onda expansiva de la detención del “Pata” Medina, un violento sindicalista de la UOCRA que fue apresado por orden de la Justicia. Esta detención desencadenó la intervención inmediata de la filial gremial que dirigía. La decisión la adoptó Gerardo Martínez, secretario general del gremio de la construcción, que tiene un buen diálogo con el Gobierno como lo tuvo con el kirchnerismo. Al Presidente la interesa que la obra pública progrese sin conflictos, como los que armaba en su beneficio Medina. A Martínez, le soluciona un conflicto interno de larga duración. (...)

¿acaso nadie sabía de las prácticas mafiosas del “Pata” Medina? ¿Lo sabía Daniel Scioli o lo toleraba en función de la “gobernabilidad”? ¿Los empresarios estaban resignados a esa presión ilegal o también la aprovechaban en su favor?

No es que el “Pata” haya tenido el poder de “La Quina”, que importaba armas para su ejército personal, pero durante mucho tiempo construyó - como “ElCaballo”- su propia organización mafiosa a la vista de todos.

El apresamiento de Medina no fue criticado por nadie, ni siquiera por el kirchnerismo. Hugo Yasky solo dijo que el “Pata” era una “excepción a la regla” y Gerardo Martínez publicó, en nombre de su gremio, una solicitada diciendo “dentro de la ley todo; fuera de la ley nada”. Es decir, que se arregle solo. De hecho, su intento de resistencia se disolvió sin violencia en La Plata.

Ahora se empieza a saber cómo y por qué el “Pata” paró centenares de construcciones. Su mecanismo perverso era hacer que todo dependiera del sindicato: solo había trabajo si el gremio se los daba. Así fue generando su propio “ejército” personal y de votos. Y cuanto más extorsión, más sobreprecios y coimas. Pensaba, como se decía en México en épocas de “La Quina”, que un político pobre era un pobre político El gobierno se aparta del caso y dice que es solo cosa de los jueces. Es así y no es tan así. (...)".

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