IRANGATE

Cuando Reagan fue culpable pero zafó

El 18/11/1987, Ronald Reagan, presidente de USA, fue encontrado culpable por el delito de corrupción llamado Irangate, que bien podría haber sido también un caso de traición a la patria porque había una prohibición de venderle armas a Irán. Pero Reagan ni fue destituído ni condenado "por falta de pruebas suficiente" (¿?). La Administración Reagan había organizado una operación de venta de armas a Irán para financiar a la “contra nicaragüense”, y derrocar al Frente Sandinista de Liberación Nacional. Objetivo secundario de la operación era amistarse con Irán para liberar a rehenes estadounidenses secuestrados en Líbano. El Congreso estadounidense había prohibido a organizaciones gubernamentales financiar las actividades de la “contra” nicaragüense. Pero funcionarios del gobierno de Reagan violentaron la ley desde el Consejo Nacional de Seguridad (NSC, por sus siglas en inglés). Además, estaba vigente el embargo comercial a Irán. El escándalo se descubrió en 1986 cuando periódicos libaneses revelaron la operación. La investigación determinó que Ronald Reagan y George Bush estaban al tanto de lo ocurrido y lo encubrieron. Pero nunca pudo se estableció su grado de responsabilidad para que pudieran seguir con sus careras políticas.

La Guerra Civíl Libanesa había comenzado en 1975 e invlucraba tanto a países como grupos y organizaciones independientes, así fueron desde Israel, USA y Siria, hasta la OLP, Hezbolá y el Jammoul.

El conflicto interno del Líbano había dividido la ciudad de Beirut en sectores controlados por diferentes milicias chiitas, Amal y Hezbolá. A mediados de 1985 un grupo fundamentalista secuestró un avión con 40 pasajeros abordo, 5 de ellos de nacionalidad estadounidense. Pero, a diferencia de lo sucedido 4 años tras en la Embajada de USA en Teherán, las negociaciones eran más complicadas porque el captor no era un Estado sino un grupo clandestino de inspiración integrista islámica shií.

El asunto fue una cortina para ejecutar una operación clandestina desde el Gobierno estadounidense, que quedó expuesta cuando a principios de noviembre de 1986, la prensa gráfica libanesa publicó noticias sobre la venta de armas estadounidenses a Irán para financiar a la contra nicaragüense que luchaba contra el gobierno sandinista de Daniel Ortega.

Ante la imposibilidad de ocultar el escándalo político, el presidente Ronald Reagan comunicó el cese de Oliver North, miembro de la dirección del Consejo Nacional de Seguridad, implicado en el suministro clandestino de armas tanto a Irán y a los 'contras', y la dimisión de su superior inmediato, el vicealmirante John Poindexter.

La idea de la venta de armas había sido diseñada por el anterior consejero de Seguridad, Robert Mcfarlane, aunque hay indicios de que fue sugerida por los servicios de inteligencia de Israel con el objetivo de aproximarse al régimen de los ayatollah. La venta de armas comenzó en julio de 1985.

Mcfarlane fue sustituido por Poindexter a finales de aquel año, pero el operativo siempre controlado por el teniente coronel Oliver North continuó hasta que ocurrieron las revelaciones en la prensa libanesa.

La crisis del Irangate demostró que la administración Reagan había violado las leyes promulgadas por el Congreso estadounidense en diciembre de 1983, que prohibían expresamente –'enmienda Boland'- la participación del Departamento de Defensa, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) o cualquier otra agencia del gobierno en la ayuda militar a la 'contra' nicaragüense.

La Casa Blanca eludió las limitaciones del Congreso a través del Consejo de Seguridad Nacional, organismo que no estaba incluido en la 'enmienda Boland'. La Administración Reagan, obsesionada por derribar el gobierno sandinista, consideró que vender armas a Irán le permitía acercarse a los moderados iraníes para lograr la liberación de rehenes en Líbano y obtener dinero para la 'contra'.

El gobierno sandinista aprovechó el escándalo Irangate para liberar al mercenario estadounidense Eugene Hansefus, capturado el 05/10/1985, cuando fue derribado el avión en el que transportaba armas y pertrechos a la 'contra'.

El gesto propagandístico de Managua golpeó duro a la administración estadounidense en plena crisis. Pero el informe final, entregado, en febrero de 1987, culpó de la operación a los funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional, criticó duramente al jefe del gabinete presidencial, Donald Regan, y al director de la CIA, William Casey, y censuró al Presidente por su irresponsabilidad y ligereza al no estudiar las consecuencias de la operación.

Ronald Reagan en una intervención televisiva aceptó que la venta de armas a Irán “fue un error”. USA creó hasta una explicación teórica de su rol, llamada 'política de Doble Contención': lograr que ambos países se debilitaran lo suficiente como para no constituirse en potencia hegemónica de la zona, y el fin justificaba los medios (¡...!).

Resultó harto polémico que, mientras Rudollah Jomeini acusaba a USA de ser el "Gran Satán", aceptó comprarle armas para la guerra contra Irak.

Para pasar en limpio, USA vendía armas a Irán para la guerra con Irak, pero a su vez vendía también a Irak para desgastar a la República Islámica y así alimentar aún más la compra de armas. Y el ministro de Defensa israelí, Ariel Sharon, se dirigía a Irak como "el enemigo de Israel", pero era negociador en la venta de armas estadounidenses a Saddam Hussein.

El desastre es mucho mayor aún porque el Irangate incluyó hasta al hermano de Osama Bin Laden, Salem Bin Laden, quién colaboraba con el coronel Oliver North, y falleció en extrañas circunstancias en 1990, 4 años después de que se destapase la trama.

En 1986, en una de las transacciones, la CIA hizo llegar a Osama Bin Laden, el hermano de Salem, 1.680 misiles Stinger para su utilización contra a las tropas soviéticas. Sin embargo un informe posterior del MI6 británico identificó estos misiles utilizados en atentados contra objetivos occidentales: USA financió atentados en su contra.

Negociar con Irán estaba terminantemente prohibido por el Congreso estadounidense. Lawrence E. Walsh, el fiscal especial para el caso, publicó su informe el 18/01/1994. Pero el informe de Walsh, al que había dedicado 7 años de su vida, ya no tuvo demasiada importancia. Trascurría el 2do. año de la presidencia de Bill Clinton.

Además, el Irangate, que en su día parecía un escándalo mayúsculo, comparable con el Watergate, devino en un episodio incomodo y embarazoso durante el 2do. mandato de Ronald Reagan, ante la incapacidad del Partido Demócrata de darle impulso político al descubrimiento. Y la prensa tampoco ayudó demasiado.

El dinero recaudado financiaba la 'guerra sucia' contra los sandinistas. Del lado de la 'contra' llegaron a participar, como entrenadores, comandos argentinos veteranos de la 'guerra sucia' local.

Se estima que desde 1982 a 1990 los 'contras' recibieron US$ 900 millones para derribar al sandinismo.

Pero el diario libanez "ahs Siraa" divulgó en 1986 las ventas de armas estadounidenses a Irán, y Reagan tuvo que admitirlo: "Como dicen en la Marina, ocurrió en mi guardia". El Presidente, con un estilo directo y sobrio, sin pedir perdón ni hacerse cargo de la situación, prometió cambios en la dirección de la política exterior, aseguró un acuerdo con la URSS de eliminación de euromisiles y designó a Howard Baker, como jefe del gabinete presidencial, y a William Webster, como director de la CIA. Prometió que ellos traían "nueva sangre, nueva energía, credibilidad y experiencia".

Y el teniente coronel Oliver North, oriundo de San Antonio, Texas, fue castigado. Ronald Reagan lo despidió en 1986 poco después de que el ex teniente coronel hubiera admitido que le había mentido al Congreso, a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), al general Richard Secord, a los iraníes, y que había falsificado cartas y destruido documentos oficiales necesarios para establecer la culpabilidad de Reagan y Bush.

Pese a todo, North nunca ingresó en prisión dado que su testimonio público le garantizaba la inmunidad. Es más, luego se dedicó a la política en Virginia.

Para pasar en limpio:

- Ronald Reagan, presidente de USA, fue encontrado culpable por el escándalo el 18/11/1987, sin pruebas suficientes para sentenciarlo.
- George Bush, vicepresidente de USA, sin pruebas suficientes para sentenciarlo.
- Oliver North, teniente coronel del Cuerpo de Infantería de Marina de USA, destituído de su cargo, condenado pero con acuerdo de inmunidad por testimonio.
- Robert McFarlane, director del Consejo Nacional de Seguridad, condenado a dos años de libertad condicional.
- John Poindexter, director del Consejo Nacional de Seguridad, condenado pero con acuerdo de inmunidad por testimonio.

La CIA

El 26/12/1986, el diario El País (Madrid, España), publicó lo siguiente, con la firma de su por entonces corresponsal en Washington DC, Francisco Basterra:

"El Irangate fue desde el principio una operación para intercambiar armas por rehenes norteamericanos, y no una sabia maniobra geoestratégica para mejorar las relaciones con el régimen islámico de Jomeini, según confirma un documento secreto del director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), William Casey, hecho público el miércoles por The New York Times. Si los norteamericanos descubren lo que estamos haciendo, afirmaba hace un año el director de la CIA, el presidente Ronald Reagan está preparado para explicar la conexión iraní como una apertura política hacia los moderados en Teherán.

Aunque ya se sospechaba que Reagan simplemente se limitó a pagar un rescate, acabando con su declarada política de no negociar con terroristas o Estados que les apoyan, y provocando el escándalo político más grave desde el Watergate, esta nueva revelación complica aún más su posición. Pero Casey, de 73 años, una de las piezas claves en el rompecabezas de esta crisis, quizás no pueda contar nunca lo que sabe.Fuentes de Casa Blanca, citadas por The Washington Post, dijeron el miércoles que el director de la CIA no ha recuperado completamente sus funciones cerebrales tras la extirpación de un tumor en la cabeza a la que fue sometido el jueves de la semana pasada. El informe definitivo de los patólogos confirmó que el tumor, como ya se había anunciado el mismo día de la operación, es sin lugar a dudas un informa de célula-B del tipo de célula grande" (maligno). El espía número uno de EEUU será sometido a tratamiento (radiación y posiblemente quimioterapia) "tan pronto como la recuperación posoperatoria lo permita", informó el Hospital Universitario de Georgetown, en Washington, donde se encuentra internado.

Los sucintos partes médicos del hospital no permiten, sin embargo, precisar qué funciones no ha recobrado Casey, que se está recuperando con más dificultades de lo normal, ni si tejidos sanos del cerebro han sido dañados por el tumor o durante la operación. El tipo de linfoma de Casey, que es muy raro que se forme en el cerebro, suele ser fatal a medio plazo. En más de un 80% de los casos se reproduce a partir, del primero o segundo año, a pesar del tratamiento. El cáncer estaba localizado en la parte interior izquierda del cerebro, cerca de las áreas que controlan el habla, el movimiento y las sensaciones de la parte derecha del cuerpo.

La Casa Blanca, que ni siquiera en la víspera de Navidad consigue separarse del escándalo, dijo el miércoles que no tiene pruebas de la existencia del memorándum de Casey, que The New York Times no ha podido establecer a quién iba dirigido. Pero funcionarios de la CIA implicados en la operación clandestina con Irán han confirmado ante el Congreso que siempre creyeron que se trataba de cambiar armas por rehenes. Documentos del Consejo de Seguridad Nacional mencionan que este fue el verdadero, objetivo del brusco cambio de política autorizado por Reagan en el verano de 1985 para suministrar material bélico a Teherán.

En su última alusión pública al escándalo, Reagan ha vuelto a repetir que no sabe más de lo que está diciendo: "Yo también estoy tratando de descubrir lo que pasó". (...)

El 99º Congreso concluyó el martes su investigación sobre el Irangate con la negativa a testificar de uno de los personajes cruciales de la historia, el general retirado Richard Secord, que se amparó en la quinta enmienda de la Constitución como ya lo hicieron antes el teniente coronel Oliver North y el ex consejero de Seguridad Nacional John Poindexter. (...)".

La droga

Hay un capítulo aún más macabro en la financiación de la 'contra'.

Publicado el 13/04/1989, el Informe del Comité Kerry (por el entonces senador John Kerry) llegó a la conclusión de que los miembros del Departamento de Estado "quienes habían prestado apoyo a los contras, estaban involucrados en el tráfico de drogas [...] y los propios elementos de los contras, recibieron con su consentimiento asistencia financiera y material de los traficantes de drogas".

En 1996, el periodista Gary Webb escribió una serie de artículos publicados en el San Jose Mercury News, como resultado de una investigación sobre los nicaragüenses ligados a los 'contras' y respaldados por la CIA que habían provocado una epidemia de cocaína crack en Los Angeles.

Webb denunció que el gobierno de Reagan había blindado judicialmente a los traficantes de drogas nicaragüenses, en especial después de que el Congreso aprobó la enmienda Boland, que prohibía la financiación directa de los 'contras'.

La CIA estaba al tanto de las transacciones de cocaína y los grandes cargamentos de drogas que enviaban los 'contras' para recaudar fondos.

Los artículos de Webb fueron atacados por muchos medios de comunicación que cuestionaron la validez de sus afirmaciones.

Pero Webb apoyó su historia con documentos obtenidos a través de la Freedom of Information Act, e incluyó una versión de 450 páginas de un informe de octubre de 1988 por Frederick Hitz, inspector general de la CIA.

Según Webb, la evidencia demuestra que los funcionarios de la Casa Blanca, incluyendo a Oliver North, conocían y apoyaron el uso de dinero del tráfico de drogas para financiar a los 'contras', y se 'olvidaron' de pasar toda la información a la Drug Enforcement Administration (DEA).

Webb recopiló los artículos en un libro titulado, "Dark Alliance: The CIA, the Contras, and the Crack Cocaine Explosion".

El 10/12/2004, Webb se suicidó de 2 disparos en la cabeza: ¡¡¿¿??!!

En 1996, el director de la CIA, John M. Deutc, fue a Los Ángeles a refutar las alegaciones de Webb, y fue confrontado por el exoficial del Departamento de Policía de Los Angeles, Michael Ruppert, quien declaró que él había sido testigo de lo que había ocurrido.

La CIA ha sido acusada de blanqueo de dinero de los fondos Irán-Contra de la droga a través del exBanco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI). El excomisionado de Aduanas de USA, William von Raab, dijo que cuando allanaron el banco en 1988, encontraron numerosas cuentas de la CIA. Luego el BCCI fue clausurado y liquidado.

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