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"Los medios a veces refuerzan mitos porque la realidad es decepcionante"

Desde Urgente24, entrevistamos a Olivier Wieviorka, codirector del libro "Los mitos de la segunda guerra mundial", que reúne trabajos que echan por la borda prejuicios profundamente arraigados de ese momento de la historia. "Por ejemplo, ¿cuánta gente está convencida de que Pearl Harbor significó una aplastante victoria del Imperio del Japón sobre los Estados Unidos, o de que Hitler no hizo más que adelantarse a un ataque de Stalin? ¿Que los soldados norteamericanos no sabían combatir o las fuerzas alemanas de la Waffen-SS estaban formadas por combatientes de elite?", pregunta la contratapa del libro, mencionando sólo algunos de los temas. En la nota, intentamos delucidar por qué es importante hoy -en la era de la 'posverdad'- un trabajo que desarme los mitos que resisten desde hace décadas; qué es un mito, cómo y por qué es forjado, y qué pasa cuando el mito sostenido desde el poder queda al descubierto.

Urgente24: En el contexto del libro "Los mitos de la segunda guerra mundial", ¿cómo definirías lo que es un mito?
Olivier Wieviorka: Primero, quisimos explorar el prejuicio. Hay muchos prejuicios sobre la 2º Guerra Mundial, y estos se convirtieron en mitos porque fueron forjados así. La propaganda fue tan poderosa, que hasta medio siglo después, la creemos. Tomemos el ejemplo de Hiroshima. Existe el mito de que Japón capituló (se rindió) por la bomba atómica de Hiroshima, pero eso surge de la propaganda. Cuando ves la cronología de los hechos, notás que la bomba no ha sido la razón principal de la capitulación (rendición) de Japón. De hecho, la razón principal fue la ofensiva soviética. Cuando Rusia lanza una invasión en Manchuria, pensaron que podían repelerla y no lo consiguieron. Rusia llegó hasta Corea y eso está muy cerca de Japón. El principal miedo de los japoneses era ser invadidos por los rusos. El mito de Hiroshima fue muy interesante, porque por el lado de Japón, permitió al emperador Hiroito mostrarse como muy humano, ya que supuestamente quería preservar a su pueblo de otras bombas atómicas. Y del lado estadounidense, el relato de que la razón de la capitulación de Japón fue la bomba atómica, sirvió para olvidarse de Rusia. Por lo que hubo una especie de alianza de objetivos entre la memoria japonesa y la estadounidense. Ambos estaban interesados en olvidar la amenaza rusa.

 ¿Cuáles son, de los mitos que forjó el nazismo, los que todavía están más arraigados?
Hay muchos de sus mitos que todavía están vívidos o que lo estaban hasta hace pocos años. Por ejemplo, estuvo la distinción entre el Ejército alemán (supuestamente) "bueno" y las SS "malas". Esto es, la idea de que el Ejército alemán peleó de manera caballeresca, con generosidad, honestidad, coraje y respeto por las leyes de la guerra, mientras las SS hacían el trabajo sucio, asesinando a los judíos.
Este mito había fue creado tras la guerra, por generales alemanes, para salvar sus vidas. Ha sido aceptado porque muchos oficiales alemanes (N de la R: de la era nazi), pasaron a servir luego en el nuevo Ejército alemán durante la Guerra Fría. Por eso, era imposible decir: 'Ustedes son unos asesinos, criminales'. Era más fácil para el pueblo alemán decir: 'No somos responsables de los crímenes. Lo hicieron todo las SS'. Este mito ha durado hasta los '80, cuando se presentó una exhibición en una ciudad de Alemania occidental sobre los crímenes de guerra del Ejército alemán. Fue muy brutal para muchos alemanes.

En la última campaña electoral en Francia, el pasado se coló por la ventana cuando la candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen, dijo que Francia no era responsable por el Velódromo de Invierno (la redada organizada del 16 al 17 de julio de 1942 contra los judíos de Francia, que fueron retenidos en el Velódromo de Invierno en París, para ser posteriormente enviados a campos de exterminio en Europa del Este). Figuras de todo el mundo la refutaron. Le Pen dijo también que no había que educar a los niños franceses sólo para ver "los aspectos históricos más oscuros" y cuestionar al Estado francés. ¿Por qué pensás lo que pasó durante la 2º Guerra Mundial se mantiene tan vigente?
El pasado es muy vívido en Francia. Todos los partidos políticos son viejos y no se puede olvidar la historia. Eso, hasta cierto punto, es similar a lo que pasa en Argentina. Creo que la historia es muy importante también en Argentina. Por otro lado, es muy difícil construir en Francia una memoria consensuada. Hay, al igual que en la Argentina, guerras civiles en la memoria. Es muy difícil encontrar un consenso. Cada familia sufrió durante la 2º Guerra Mundial, por lo que hay una memoria familiar sobre la guerra. Por ejemplo, si tu abuelo ha sido parte de la resistencia, ha sido un héroe, es muy difícil llegar a la reconciliación con un colaborador. Especialmente si vivís en un pequeño pueblo, donde todos saben qué pasó. El Estado francés intentó construir una memoria pero era mentirosa. Duró hasta los '70. Decían que todos los franceses habían conformado la resistencia, que ninguno había colaborado, que el régimen de Vichy era sólo un Estado títere. La reacción durante los '70, '80 y '90, fue terrible. Los franceses descubrieron otra realidad.

¿Y cómo imaginás el futuro, con respecto a este tema?
No lo sé. Porque todavía las pasiones son vívidas. Todavía es un asunto caliente. Se relaciona con problemas muy contemporáneos. Si hablamos de la política antisemita de Vichy, es también porque hoy hay antisemitismo en Francia. Hay un lazo entre el pasado y el presente.

Desde hace algún tiempo se viene hablando de que hemos entrado en la era de la posverdad, donde que un hecho sea verdad o no, pasó a tener una importancia secundaria. ¿Por qué considerás que es importante revisar, en este contexto, los mitos del pasado?
Es muy importante revisar los mitos porque, primero, debemos conocer la verdad. Creo que sos un buen ciudadano cuando sabés la verdad.
Es muy peligroso que el poder mienta, porque cuando la gente lo descubre, la reacción es terrible. Por ejemplo, durante la 1º Guerra Mundial, se decía a la gente: 'No se preocupen, la guerra es hermosa, es muy bueno morir como un héroe'. Pero cuando estalló la 2º Guerra Mundial, la gente ya no lo creía, por lo que la motivación para ir a pelear era muy baja. La propaganda francesa decía, durante la 1º Guerra Mundial, que las balas alemanas no mataban. Cuando los soldados franceses estaban en el frente, descubrieron que las balas alemanas mataban. Así que después de esto, muchos franceses se volvieron escépticos con respecto a la guerra. Pero Alemania era un peligro real en 1940. La mentira es muy peligrosa para la gente.
Otro mito es que la resistencia popular es muy poderosa cuando en realidad, muy pocas veces es poderosa. Tiene muchas dificultades para ganarle a un Ejército regular. Luego de la guerra, muchos países dijeron que la resistencia popular había sido muy poderosa. (Charles) De Gaulle (N de la R: presidente de la República Francesa de 1958 a 1969), por ejemplo, dijo que Francia había sido liberada gracias a la resistencia popular. Pero estuvieron el Ejército americano y el británico, también. De está manera, se mete esta idea en la mente de la gente, pero luego se descubre que no es verdad. Y hasta cierto punto, esa es la situación en Siria. No hoy pero hasta hace unos pocos meses, cuando se decía: 'Rebélense, no va a haber problema, David siempre la gana a Goliat.'. Pero no es verdad. La resistencia popular muy raramente tiene éxito en ganarle a un Ejército regular. En la guerra de Vietnam, por ejemplo, los vietnamitas no conformaban una resistencia: eran un Ejército popular. Y quien le ganó al Ejército francés, fue el Ejército vietnamita, no una guerrilla. Por esa razón, es muy peligroso dejar que prosperen los mitos.

¿Cómo contribuyen los medios de comunicación a la forjación de mitos?
Los medios deben ir rápido y aunque sean buenos periodistas, no tienen tiempo necesariamente de chequear. Otro elemento es que los medios a veces quieren complacer a su público. Y muy a menudo, la realidad es decepcionante. Entonces contribuyen a los mitos cuando, por ejemplo, explican que Erwin Rommel era el mejor general porque hasta cierto punto, hay una especie de romanticismo en torno a él. Era un general muy joven y buenmozo, obligado a cometer suicidio porque estaba en contra de (Adolf) Hitler. La realidad es mucho más decepcionante, pero no queda bien decir que no era un buen general. Los medios a veces construyen o se acomodan en los mitos porque están obligados a ir rápido y a veces, porque quieren complacer a su público.

Según un capítulo del libro, "Hitler se dedicó a guiar a su país a la 'lucha por la supervivencia', que decía librar para llevar a Alemania nazi a la dominación mundial". ¿No era esta paranoia su propio mito personal? Y, ¿cuántas veces estos mitos paranoicos son el desencadenante de las guerras?
Había ciertamente un rasgo paranoide en la mente de Hitler. Pero la pregunta principal es por qué tantos alemanes han seguido a Hitler, porque locos hay muchos pero no siempre llegan a ser dictadores. Quiero decir que Hitler también expresaba lo que muchos alemanes creían. Por ejemplo, muchos alemanes no creían que Alemania había sido vencida en 1918, porque el territorio alemán no había sufrido por la guerra. Cuando el Ejército alemán volvió, llegaron con música y uniforme: no parecía un Ejército derrotado. Es por eso que los Aliados, en 1943, planearon un rendimiento incondicional. Querían ir a Berlín, bobmardear la ciudad, mostrarle a los alemanes que habían perdido. Hitler era paranoico cuando decía: 'Hemos sido apuñalados por al espalda en 1918, fue un complot', pero muchos alemanes lo creían. Otro elemento interesante es que Hitler decía: 'Tenemos muchos enemigos, estamos rodeados'. Este elemento era ciertamente un rasgo paranoide de Hitler, pero muchos alemanes lo sentían. Consideraban que estaban en peligro por Rusia al este y Francia y Gran Bretaña al oeste. Tenían el complejo de estar rodeados de enemigos. Por lo que el misterio no es quién era o qué pensaba Hitler, el verdadero misterio es por qué ha podido convencer a tanta gente.

* Olivier Wieviorka es graduado del Instituto de Estudios Políticos de París (Sciences Po) y obtuvo su doctorado por la Universidad de París I Panthéon-Sorbonne con la tesis "Destinos de un movimiento de resistencia. La defensa de Francia". Está en Buenos Aires brindando un seminario de posgrado sobre Francia durante la ocupación alemana. Además, además de para presentar el libro "Los mitos de la segunda guerra mundial", de Editorial El Ateneo, que dirigió junto a Jean Lopez.

** Gracias a la colaboración de la traductora Ana María Brignone.

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