CONGRESO

Reforma Previsional: Cambiemos tiene otra oportunidad, algunos tips

Después de que Elisa Carrió frenó el DNU que anoche (14/12) Mauricio Macri quería firmar para poner en vigencia la reforma previsional, ahora el Gobierno nacional prepara una sesión para el próximo lunes (18/12) mientras se embarca en nuevas negociaciones con gobernadores y diputados para asegurar los votos y evitar otro escándalo. Cambiemos tiene otra oportunidad de hacer las cosas diferentes, de evitar los malos hábitos parlamentarios que instauró el kirchnerismo y garantizar un debate a altura de lo que espera la sociedad de una de las principales instituciones de la democracia. A continuación, algunos tips.

Elisa Carrió frenó dos veces ayer (14/12) a sus socios de Cambiemos otra oportunidad de tratar la Reforma Previsional en el Congreso haciendo las cosas distintas y evitando otro bochorno.

Primero frenó una sesión escandalosa donde se había excedido el tiempo reglamentario de espera para conformar el quórum, evitando así seguir con una reunión del pleno que ya venía caldeada adentro y afuera, y que además podía ser impugnada por irregularidades en el inicio.

Más tarde, cuando circulaba con fuerza la versión de que Mauricio Macri emitiría un Decreto de Necesidad Urgencia (DNU) para poner en marcha la reforma, la diputada apeló a su cuenta personal de Twitter para advertir que no avalaría esa herramienta, cuyas consecuencias judiciales y políticas eran impredecibles.

Así, se abrió una nueva instancia de negociaciones con los gobernadores y diputados del peronismo no kirchnerista que son decisivos para que el oficialismo sancione cualquier norma en un parlamento donde no tienen mayoría.

Todo indica que la nueva sesión sería el lunes próximo (18/12). Allí, Cambiemos tendrá otra oportunidad de encarar el debate de otra manera y evitar el bochorno y la violencia de ayer.

Al respecto, algunos tips de lo que dejó la jornada del jueves con miras a la nueva sesión:

-           Moderar el operativo de seguridad, que fue excesivo ante los ánimos exaltados de los grupos de manifestantes que se sabía que podían producir desmanes. El despliegue de las fuerzas seguridad blindando el Congreso dio la peor imagen, recordó los sucesos de diciembre de 2001 y distanció al parlamento de la gente en lo simbólico, dando lugar además a un clima represivo que la oposición iba a usar a su favor, como ocurrió con algunos diputados de la izquierda y el kirchnerismo. Desde el día anterior hubo excesos con diputados que fueron agredidos.

-           Moderar el extremo celo que tuvieron las fuerzas de seguridad en el ingreso de los propios legisladores y sus asesores al Congreso. Muchos integrantes del personal de seguridad de la Cámara de Diputados desconocía a los nuevos diputados y les impedían ingresar al Palacio. Toda esa situación malpredispuso a la sesión.

-           Cambiemos debe aprender a asegurarse un número holgado para abrir las sesiones y lograr aprobar sus proyectos y no debería ser inferior a los 130 diputados o 140 en una cifra ideal. Y todos deben bajar dentro de la media hora de la hora fijada para la sesión. Es cierto que durante el kirchnerismo al mando de la Cámara baja no se respetaba la media hora, pero el oficialismo fue el que hizo campaña con la idea del cambio y la oposición ahora está dispuesta a no dejarle pasar ningún error.

-           Debe haber una correcta coordinación entre las cabezas de los interlboques, en este caso Cambiemos cuenta con Elisa Carrió, Mario Negri y Emilio Monzó.

-           Y también debe haber coordinación entre las negociaciones que se llevan adelante en el Congreso y las que se realizan en la Casa Rosada. No quedó claro quién aseguró el número. Se dijo que había sido Monzó quien dio el “ok” para sesionar pero al momento de juntar los diputados el quórum se conformó con lo justo, tarde y luego no pudieron recuperarlo. Evidentemente alguien falló en sus tratativas o no tenía lo que prometió, pareció que nadie hizo el clásico “poroteo” de legisladores a favor y en contra.

-           Excepto por Elisa Carrió, el resto de Cambiemos no tuvo la sensibilidad política de percibir clima caldeado que se vivía y del costo político que pagaría el oficialismo sacando la ley en las condiciones que se vivían en la calle y en el recinto. No se puede ir ‘por todo’ como hacía el kirchnerismo a cualquier costo. Esas actitudes espanta a los aliados, especialmente cuando no están muy convencidos de apoyar una ley impopular.

-           No se puede insistir con una sesión reñida con el reglamento e irregular que puede ser impugnada en la Justicia.

-           No se puede seguir abusando de las sesiones especiales, Emilio Monzó dijo hace una semana cuando fue reelegido como Presidente de la Cámara de Diputados que eso cambiaría, la promesa no pasó la primera prueba. La metodología, otra vez, fue una costumbre del kirchnerismo para saltar los 7 días reglamentarios que requiere todo dictamen para ser tratado en el recinto. Y otra vez queda el Congreso como escribanía de la Casa Rosada, o en este caso del Ministerio de Hacienda que quiere aplicar el nuevo cálculo jubilatorio en marzo y necesita reglamentar la reforma en enero.

-           También sobre la Presidencia de la Cámara, que hoy ocupa Monzó: el presidente del cuerpo no puede perder la compostura por más que le arrojen un micrófono. Fue lamentable que lanzara un golpe de puño desde el estrado. Es él justamente el que debe garantizar el normal desarrollo de las sesiones y llamar a la moderación.

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