¿CUÁL SERÁ EL FUTURO DE TÚNEZ?

La corrupción se cargó a Ben Ali, quien huyó a Arabia Saudita

Túnez ha amanecido sumida en una fuerte incertidumbre tras la inesperada salida anoche (14/01) del país de su ya ex presidente Zine El Abidine Ben Ali, rumbo a Arabia Saudí. El país trata de volver a la normalidad tras semanas de caos y ya ha reabierto el espacio aéreo.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La capital tunecina se encuentra bajo el estado de excepción en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, después de una noche en la que se registraron numerosos saqueos y pillajes. 

 
Decenas de policías y militares armados han tomado las calles, donde aún aparecen decenas de contenedores quemados. Ellos vigilan la zona con metralletas y armas que lanzan gases lacrimógenos para evitar nuevos disturbios, y hay numerosos policías vestidos de civiles cargados con palos y barras de hierro.
 
Urgente24 ya había reportado que eran horas de disturbios en Túnez. Hacia las 15:00 del viernes 14/01 hora tunecina, la agencia oficial TAP anunció la destitución del Gobierno en pleno y la celebración de elecciones legislativas para dentro de 6 meses. Era el último e inútil intento de Ben Ali de aplacar las protestas en su contra. Además de anunciar que no optaría a un sexto mandato en 2014, el tunecino prometió mayor libertad, rebajas en el precio de alimentos y productos básicos.
 
Tampoco fue suficiente.
 
Decenas de miles de personas se reunieron frente a la sede del sindicato UGTT. Después llegaron a la avenida principal de la ciudad, la Habib Burguiba, donde está la sede del Ministerio del Interior, y sobrepasaron el cordón policial. Los manifestantes acusaban al Presidente de "asesino" -en francés para que el mundo entero lo entendiera- y pedían libertad y que los Trabelsi, la familia de la primera dama, acusada de corrupción, fuera juzgada.
 
Tras varias horas de concentración, la policía recurrió a los gases lacrimógenos y cargó contra los manifestantes, aunque los enfrentamientos entre grupos de jóvenes y agentes continuaron durante horas. En respuesta, el Gobierno declaró el estado de emergencia en todo el país, ampliando el toque de queda impuesto días atrás.
 
Pero el derrumbe era inevitable.
 
Ben Alí ha salido del país junto a su mujer, Leila Trebelsi, y varios de los poderosos miembros del clan de su familia política, a quienes la oposición acusa de haber vaciado las arcas del Estado.
 
Pocos de los tunecinos que le aplaudieron el 7 de noviembre de 1986, cuando derrocó al primer presidente del país, Habib Burguiba, imaginaban que su régimen acabaría de esa manera.
 
Zine el Abidine Ben Ali abandonó el país ante la imposibilidad de frenar las protestas y aterrizó unas horas después en Jedda, en Arabia Saudí, tal como ha confirmado la casa real saudí en un comunicado oficial. 
 
La aeronave que le transportaba despegó a las 18:15 del aeropuerto internacional de Túnez-Cartago escoltado por la Fuerza Aérea tunecina y sin rumbo anunciado. Luego, la cadena Al Arabiya anunció que el avión presidencial había aterrizado en la península arábiga. Los jeques se apresuraron en anunciar que daban la bienvenida al mandatario y a su familia, que se instalarían allí "por un periodo de tiempo indeterminado".
 
Según los corresponsales, la avenida de Francia, normalmente muy bulliciosa, se encuentra prácticamente desierta, con sus comercios cerrados y los escaparates vacíos para evitar pillajes.
 
"Queremos expresar nuestro apoyo y reconocimiento al pueblo tunecino y a sus aspiraciones democráticas, que deben lograrse de forma pacífica", han afirmado la Alta Representante de la Unión Europea, Catherine Ashton, y el comisario europeo encargado de relaciones con países vecinos, Stefan Füle, en un comunicado. 
 
También han pedido que todas las partes implicadas muestren calma para que no haya más violencia ni víctimas, ya que "el diálogo es clave". 
 
Mientras, el presidente del Parlamento, Fued Mebaza, ha sido proclamado presidente interino de Túnez por el Consejo Constitucional, despejando así la posibilidad de regreso al poder del mandatario huido Zine el Abidine Ben Ali.
 
Según un comunicado publicado por la TAP, el Consejo Constitucional ha declarado "ausencia de poder" y ha nombrado a Mebaza presidente interino en sustitución del hasta ahora primer ministro, Mohamed Ghanuchi, que el viernes había asumido la máxima jefatura del país en virtud del artículo 56 de la Constitución.
 
Además, el presidente Nocolas Sarkozy ha desaconsejado "vivamente" todos los desplazamientos que no sean "urgentes" debido a la "situación inestable" que atraviesa el país africano. Como consejos a todos aquellos que se encuentran ya en Túnez, París recomienda que dispongan en todo momento de documentos identificativos, que sigan las consignas de las fuerzas de seguridad y que eviten las aglomeraciones "bajo cualquier circunstancia".
 
Un avión tunecino aterrizó en la ciudad italiana de Cagliari, en la isla de Cerdeña, y eso generó cierta confusión. Sin embargo, no era el avión del presidente de Túnez.
 
La Policía italiana constató que a bordo del avión viajaban 2 pilotos, 1 de ellos de nacionalidad francesa, y 1 azafata, quienes pidieron aterrizar en el aeródromo sardo por encontrarse sin combustible.
 
Con este desmentido, se puso fin a casi 2 horas de misterio, después de que el diario italiano 'La Repubblica' anunciara que un avión Falcon había aterrizado en el aeropuerto de Cagliari, asegurando que a bordo viajaba Ben Ali.
 
Es posible que el avión aterrizado en Cerdeña fuera una estratagema para despistar sobre el verdadero paradero del mandatario, después de que en un principio se asegurara que tenía intención de dirigirse a Francia.
 
Elena Valenciano, secretaria de Política Internacional española, ha señalado que tanto en Túnez como en Argelia "hay una bomba demográfica que no aguanta más, y los gobiernos tienen que ser conscientes de que los jóvenes necesitan un futuro". 
 
Otro país europeo que se ha pronunciado es Alemania, donde la canciller, Angela Merkel, ha instado a las autoridades de Túnez a actúar de forma pacífica tras calificar la situación de "muy seria" y ha añadido que el objetivo común ahora es "evitar víctimas humanas".
 
Desde la ONU, su secretario general, Ban Ki-moon, insta a todas las partes a "hacer los máximos esfuerzos para establecer un diálogo y resolver los problemas de manera pacífica y legal, para evitar más pérdidas de vidas humanas y violencia". Ban Ki-moon ha pedido a los tunecinos que encuentren una solución "democrática" a las protestas populares.
 
En USA, el presidente Obama ha aplaudido el "coraje y dignidad" demostrado por el pueblo tunecino y ha pedido contención en el país africano, así como la celebración de elecciones "justas" tras la salida de Ben Ali. 
 
"Condeno el uso de la violencia contra los ciudadanos que pacíficamente manifiestan su opinión en Túnez, y aplaudo el coraje y dignidad del pueblo tunecino", señaló Obama en un comunicado distribuido por la Casa Blanca.
 
"Pido a todas las partes que mantengan la calma y eviten la violencia, y llamo al Gobierno tunecino a respetar los Derechos Humanos y celebrar elecciones libres y justas en un futuro cercano", explicó Obama, para quien estos comicios deben reflejar el "verdadero deseo" de los ciudadanos. 
 
Desde Tunes, J. M. Muñoz, el corresponsal del madrileño El País, escribió:
 
"(...) Según Le Monde, un avión en el que iba la hija de Ben Ali aterrizó a las 19:30 en el aeródromo de Le Bourget y una segunda aeronave que viajaba vacía fue "invitada a no aterrizar", mientras que una tercera que se dirigía también a la capital francesa fue desviada al no encontrar autorización para aterrizar. El Ministerio de Exteriores de Francia asegura que no había ninguna petición de acogida del presidente tunecino y que, en caso de recibirlo, consultaría antes con las autoridades interinas de Túnez. Según medios franceses, Sarkozy rechazó la llegada de Ben Ali.

Los acontecimientos han motivado la reacción de la comunidad internacional y numerosos países han recomendado a sus ciudadanos no viajar a Túnez. El embajador español en el país, Antonio Cosano, declaró al canal 24 horas de TVE que de momento ningún país europeo ha planteado evacuar a sus nacionales de Túnez. El Ministerio de Exteriores ha pedido a quienes ya estén allí que permanezcan de momento en sus casas u hoteles.

A pesar de que el Tribunal Constitucional ha decretado esta mañana que Ben Ali ha sido apartado definitivamente del poder y que deben convocarse elecciones en un plazo de 60 días, se abre ahora un panorama político plagado de incógnitas y de riesgos. 

Túnez es un país sin oposición organizada, laminada durante años de dura represión. Mustapha Benjaafar, líder del opositor Foro Democrático por el Trabajo y las Libertades, aseguraba a este diario el pasado martes: "Es posible que Ben Ali sea derrocado, pero el pueblo está fuera de juego y también los actores políticos". 

La labor que queda por delante es ingente. Ahmed Brahim, jefe de Ettajdid, otro partido de la oposición, proponía una "conferencia nacional para la reforma política". Najib Chebbi, primer dirigente del Partido Democrático Popular -el tercer partido que se enfrentaba desde la legalidad a Ben Ali-, declaró ayer una vez conocida la caída del presidente: "Estamos en un momento crucial. Un cambio de régimen está en marcha que debe conducir a profundas reformas para que el pueblo pueda elegir".

Al margen de las vicisitudes políticas, los interrogantes abruman. ¿Qué papel ha jugado el Ejército y cómo actuará en el futuro inmediato? Está claro que las Fuerzas Armadas han rechazado participar en la represión, pero se ignora si han sufrido peligro de división durante la revuelta. ¿Qué sucederá con la clase dirigente afecta al régimen? ¿Se convocará el comité para investigar la corrupción que demanda la oposición? Una cadena de televisión privada informó anoche de que algunos parientes de Ben Ali habían sido detenidos. ¿Continuarán las protestas? No escasean quienes no se fían. (...)".

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