AGUA CRUDA

La nueva moda que afecta a la salud

Las contradicciones son constantes en Silicon Valley. Por un lado aseguran qué están totalmente dispuestos a eliminar cualquier tipo de enfermedades hasta hacer al ser humano inmortal. Pero por el otro, hacen cosas que lo único que logran es atentar de manera explícita contra el bienestar y la salud humana. La última tendencia es el consumo del agua sin tratar, sin depurar, es decir, beberla totalmente pura, como ellos la llaman “raw wáter”, literalmente "agua cruda", comercializada también como Live Water por cifras que generan controversia. Más de US$60 por 10 litros. El responsable y propulsor de la idea es Doug Evans, el mayor promotor de agua cruda que aseguró en una entrevista a The New York Times que hace tiempo que no bebe agua que no sea sin tratar.

Silicon Valley es considerada como una de las zonas de innovación continua. Sin embargo, en las últimas semanas es noticia porque los altos cargos de algunas de las empresas y start ups tienen entre ceja y ceja acabar con el agua depurada y tomar “agua cruda” (raw water), es decir, aquella que no recibe ningún tipo de tratamiento.
 
La raw water, agua cruda o agua viva, hace referencia al agua de manantial sin esterilizar que no ha sido tratada, filtrada o procesada de ninguna manera.
 
Esta nueva moda es considerada muy peligrosa debido a que si no se filtra bien, el agua puede contener bacterias, virus y hasta células cancerígenas. Además, ha sido muy criticada por el hecho de que 2.100.000 de personas en todo el mundo no tienen acceso a agua potable, según la OMS. ¿Pero quién es el responsable de esta moda?
 

Se trata de Doug Evans. Es el mayor promotor de agua cruda y aseguró en una entrevista a The New York Times que hace tiempo que no bebe agua que no sea sin tratar, gracias a empresas como Tourmaline Spring en Maine y Live Water en Oregon, que se encargan de embotellarla. Aunque asegura que prefiere recoger él mismo el agua que toma.

Evans es el fundador de Juicero, un exprimidor con WI-FI que se consigue a un precio de más de US$400 dólares y que en su momento fue bastante polémico. La marca cerró sus puertas en septiembre pasado tras no lograr convencer al público con su producto. Ante esto el emprendedor hizo un cambio en su vida y se dedica a fomentar la pureza de los recursos de la naturaleza.
 
 
Por esta razón, defiende a otras compañías como Zero Mass Water en Arizona, que se encargan de instalar cisternas en los hogares de la gente para poder consumir directamente el agua que se va recogiendo de la lluvia. Un proyecto que cuesta más de US$ 4.500 y que aún deja algunas cuestiones sin resolver como qué hacer cuando haya sequía o cómo se limpia el agua.
 
Otras, como Live Spring Water, cobran casi US$4 por cada litro de agua sin tratar procedente de manantiales. Además de estas empresas, que cada vez van teniendo más adeptos, ya hay quienes pasan de comprar botellas a buscar su propia agua. Son los nuevos “caza manantiales” (spring hunting).
 
 
 
Al final de su página web aclaran que no está aprobado por la FDA, el equivalente a la agencia del medicamento y la regulación sanitaria de productos en USA.
 
Rainbow Grocery es uno de los puntos físicos de San Francisco donde se puede comprar. Viene embotellada en frascos de vidrio.
 
La pseudociencia tiene un gran papel en toda esta trama comercial. "Impactante pero cierto. Otras aguas naturales embotelladas y filtradas llegan con rayos UV, con ozono y rastro de más cosas. Al igual que sucede con el zumo y la leche pasteurizada. Por desgracia, esta esterilización destruye los beneficios de los minerales y probióticos", sostienen en su web.
 
Y continúan: "Por cada célula en nuestro cuerpo, los humanos tenemos 10 veces más microbios. Hay más terminaciones nerviosas en nuestras tripas que en nuestro cerebro. Y la pelea es constante entre las bacterias buenas y malas. De los microbios de nuestro intestino depende nuestro peso, ansiedad, estado de ánimo. Tomar nuestra agua es clave para conseguir el equilibrio", sostienen en una mezcla de conceptos poco sólida.
 
Rematan sus argumentos con otro término en boga, los probióticos: "Puede que haya muchos beneficios todavía sin descubrir en el presente. Los probióticos son imperativos para una óptima salud física y mental. Sin ellos no podemos asimilar los nutrientes de la comida".
 
Se trata de personas que salen de excursión en busca de agua natural para después llevarla a sus hogares. La tendencia está tan en alza que se ya se creó Find a Spring, un sitio web que facilita a los usuarios la localización de nuevos manantiales.
 
Incluso el propio Evans llevó botellas de agua al manantial para rellenarlas y luego tratar de venderlas a particulares. Aunque últimamente se le viene complicando obtener su agua. El punto más cercano en la zona de San Francisco fue recientemente bloqueado por un deslizamiento de tierra, por lo que ahora para hacerlo debe atravesar una propiedad privada durante la noche, con todos los problemas que conlleva.
 
“Tenés que ser ágil y estar disponible para experimentar”, afirmó al respecto. “ Literalmente, tenés que llevar botellas de agua en la oscuridad”, reconoció a The New York Times.
 
Además, la OMS destaca que el saneamiento deficiente y el agua contaminada está asociado a enfermedades como el cólera, la disentería, la hepatitis A o la fiebre tifoidea. Así que el agua contaminada contiene microorganismos y sustancias que pueden ser peligrosas para nuestra salud, por lo que la nueva moda de beber 'agua cruda', que se suma a otras tendencias pseudocientíficas como el movimiento antivacunas, supone un grave riesgo para sus seguidores.

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