SAN MARTIN

"El valor de la tropa a mi mando la hace acreedora de respeto"

El combate de San Lorenzo fue un enfrentamiento en el marco de la defensa del Litoral de las Provincias Unidas, por donde todavía navegaban los buques españoles. La defensa del territorio comenzó en San Nicolás el 02/03/1811, y finalizó en 1814 en el Arroyo de la China, en el marco de una guerra que se amplió y fue por la independencia argentina. En el medio ocurrió el combate de San Lorenzo, el 03/02/1813.

 

"Exmo Señor. Tengo el honor de decir a V. E. que en el día 3 de febrero los granaderos de mi mando en su primer ensayo han agregado un nuevo triunfo á las armas de la patria. Los enemigos en número de 250 hombres desembarcaron a las 5 y media de la mañana en el puerto de S. Lorenzo, y se dirigieron sin oposición al colegio S. Carlos conforme al plan que tenían meditado en dos divisiones de a 60 hombres cada una, los ataques por derecha e izquierda, hicieron no obstante una esforzada resistencia sostenida por los fuegos de los buques, pero no capaz de contener el intrépido arrojo con que los granaderos cargaron sobre ellos sable en mano: al punto se replegaron en fuga a las bajadas dejando en el campo de batalla 40 muertos, 14 prisioneros de ellos, 12 heridos sin incluir los que se desplomaron, y llevaron consigo, que por los regueros de sangre, que se ven en las barrancas considero mayor número. Dos cañones, 40 fusiles, 4 bayonetas, y una bandera que pongo en manos de V. E. y la arrancó con la vida al abanderado el valiente oficial D. Hipolito Bouchard. De nuestra parte se han perdido 26 hombres, 6 muertos, y los demás heridos, de este número son: el capitán D. Justo Bermúdez, y el teniente Manuel Díaz Vélez, que avanzándose con energía hasta el borde de la barranca cayó este recomendable oficial en manos del enemigo.

El valor e intrepidez que han manifestado la oficialidad y tropa de mi mando los hace acreedores a los respetos de la patria, y atenciones de V. E.; cuento entre estos al esforzado y benemérito párroco Dr. Julián Navarro, que se presentó con valor animando con su voz, y suministrando los auxilios espirituales en el campo de batalla: igualmente lo han contraído los oficiales voluntarios D. Vicente Mármol, y D. Julián Corvera, que á la par de los míos permanecieron con denuedo en todos los peligros. Seguramente el valor e intrepidez de mis granaderos hubieran terminado en este día de un solo golpe las invasiones de los enemigos en las costas del Paraná, si la proximidad de las bajadas no hubiera protegido su fuga, pero me arrojo a pronosticar sin temor que este escarmiento será un principio para que los enemigos no vuelvan a inquietar a estos pacíficos moradores. Dios guarde a V. E. muchos años. San Lorenzo febrero 3 de 1813."
Coronel José de San Martín,
parte de guerra tras el combate de San Lorenzo


"No puedo prescindir de recomendar particularmente a la familia del granadero Juan Bautista Cabral natural de Corrientes, que atravesado el cuerpo por dos heridas no se le oyeron otros ayes que los de viva la patria, muero contento por haber batido a los enemigos".
Coronel José Francisco de San Martín a la Asamblea del Año 1813

 

San Lorenzo es recordada porque

> fue una gran victoria miliatar,
> fue el bautismo de fuego de los Granaderos a Caballo,
> fue el único combate en territorio de las Provincias Unidas que realizaron tanto el Regimiento de Granaderos a Caballo como su creador, José de San Martín, y
> ocurrió el acto heroico del granadero Juan Bautista Cabral.

Los españoles habían declarado a la ciudad de Montevídeo como capital provisional del Virreinato del Río de la Plata. Por ese motivo, las Provincias Unidas habían enviado a José Rondeau a sitiar la capital de la Banda Oriental. Pero los españoles tenían una flota y podían transportarse por el mar, y los ríos de la Plata y Paraná para abastecerse.

Se había vuelto algo bastante rutinario que una escuadrilla española saliese de Montevideo en dirección al Paraná, luego sus hombres se detenían en algún lugar, robaban ganado y regresaban con el alimento necesario.

Sin embargo aquél 03/02/1813 fue alistado la salida de una expedición de 11 buques desde Montevideo: 250 hombres al mando de Antonio Zabala, el capitán de las milicas urbanas, que navegaban a un ritmo lento por las aguas del río.

El aún coronel de caballería José de San Martín, al frente de 125 hombres del Regimiento de Granaderos a Caballo, recientemente por él en marzo de 1812, inició el seguimiento por tierra.

Combate de San Lorenzo - Documental (1ra parte)

Combate de San Lorenzo - Documental (2da parte)

Las fuerzas de San Martín se adelantaron. El 02/02/1813 se detuvieron cerca de la posta del Espinillo, a 21 km. al norte de Rosario, donde más tarde se levantó la ciudad de Capitán Bermúdez.

Los Granaderos cambiaron los caballos, gracias al comandante militar de Rosario, Celedonio Escalada.

Al día siguiente, llegaron hasta el Convento de San Carlos, ingresando por el lado oeste del monasterio.

Luego de negociar la situación con el superior de los monjes franciscanos del convento, fray Pedro García, San Martín ocultó a sus granaderos.

Los españoles desembarcaron y avanzaron hacia el convento porque se suponía que funcionaba como depósito regional. Pero el desembarco no se produjo frente al convento, tal como había previsto San Martín, sino en dirección al centro de la actual ciudad.

Por eso, cuando los Granaderos atacaron, sable en mano, en un movimiento de pinzas saliendo de la parte trasera del convento, una al mando de San Martín y la otra a cargo del capitán oriental Justo Germán Bermúdez, secundado por el teniente porteño Manuel Díaz Vélez, la columna de San Martín llegó antes que Bermúdez, que tuvo que hacer un recorrido mayor.

Por un momento, los españoles lograron defenderse. Una bala hirió al caballo de San Martín, que rodó y apretó una de las piernas del coronel.

Entonces apareció el soldado puntano Juan Bautista Baigorria, quien mató al soldado español listo para ejecutar a San Martín. Mientras, el soldado correntino Juan Bautista Cabral ayudó a San Martín a liberarse del peso del caballo.

Baigorria no murió en la batalla de San Lorenzo, y sirvió en el ejército de los Andes hasta 1818.

Sí murió 'el negro' Cabral -era zambo, hijo de una unión entre el indio guaraní José Jacinto y la esclava angoleña Carmen Robledo, ambos al servicio del estanciero Luis Cabral-, nacido en Saladas, Corrientes. Él fue retirado herido del campo de batalla y falleció, con 23 años, en el refectorio del convento de San Lorenzo, utilizado como hospital de campaña tras el enfrentamiento.

Combate de San Lorenzo

La llegada del grupo comandado por Bermúdez impidió que los realistas se reorganizaran en cuadro, obligó a los españoles a huir apresuradamente.

El combate duró, en total, unos 15 minutos.

Pese a lo escaso de las tropas comprometidas, y a la escasa duración de la batalla, ésta tuvo consecuencias: los españoles no volvieron a remontar el río Paraná, y Montevideo comenzó a tener problemas de abastecimiento.

El combate provocó 66 muertos.

En otro invento de Bartolomé Mitre, historiados, el grado de sargento le fue concedido 'post mortem' en mérito a su arrojo en la batalla. Sin embargo, el ascenso 'post mortem' recién fue establecido durante la 1ra. Guerra Mundial.

Los soldados de San Martín sufrieron 14 bajas:

> Juanario Luna, José Gregorio Franco​ y Basilio Bustos, los 3 oriundos de la aldea de Renca6 (provincia de San Luis).
> Juan Bautista Cabral y Feliciano Silva, de Corrientes.
> Ramón Saavedra y Blas Vargas, de Santiago del Estero.
> Ramón Amador y Domingo Soriano, de La Rioja.
> José Márquez y José Manuel Díaz, de Córdoba.
> Juan Mateo Gelvez, de Escobar (provincia de Buenos Aires).
> Domingo Porteau, de Labarthe-Rivière, en Francia.
> Julián Alzogaray, de Chile.

Deben agregarse el capitán Justo Germán Bermúdez, nacido en Montevideo, que falleció 11 días después, y el teniente Manuel Díaz Vélez, nacido en Buenos Aires, quien murió el 20/05/1813, ambos por las heridas recibidas en combate.

El Convento de San Carlos Borromeo conserva una urna con los restos mortales de los combatientes muertos.

Una canción recuerda aquel evento, llamada "Marcha de San Lorenzo":

Marcha de San Lorenzo

"Febo asoma; ya sus rayos
iluminan el histórico convento;
tras los muros, sordos ruidos
oír se dejan de corceles y de acero.
Son las huestes que prepara
San Martín para luchar en San Lorenzo;
el clarín estridente sonó
y la voz del gran jefe
a la carga ordenó.

Avanza el enemigo
a paso redoblado,
al viento desplegado
su rojo pabellón.
Y nuestros granaderos,
aliados de la gloria,
inscriben en la historia
su página mejor.

Cabral, soldado heroico,
cubriéndose de gloria,
cual precio a la victoria,
su vida rinde, haciéndose inmortal.
Y allí salvó su arrojo,
la libertad naciente
de medio continente.
¡Honor, honor al gran Cabral!".

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