El radicalismo volvió a plantar sus diferencias con el macrismo dentro de la alianza Cambiemos, esta vez por el affaire del subsecretario general de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, a quien acusan de haber ocultado dinero en una cuenta en una banco de Andorra.
MÁS UNA UTOPÍA
Con Sanz en retirada, improbable que la UCR ponga al vice en 2019
Se deslizó en las últimas horas que el socio del PRO en Cambiemos quiere ocupar un lugar en la fórmula con la que Mauricio Macri buscaría su reelección. Pero el principal interlocutor que el partido tenía en el poder se alejó de ese lugar.
Tal como informó Urgente24, Mario Negri, presidente del interbloque Cambiemos en Diputados y figura sobresaliente del radicalismo, pidió que el funcionario dé un paso al costado y se ponga disposición de la justicia. De esa forma, Negri rompió la defensa cerrada que desde la Casa Rosada mostraron del Nº2 de Fernando de Andreis.
Más allá de la crítica, la UCR pareció aprovechar la oportunidad de ocupar cierto protagonismo dentro de la coalisión de Gobierno, lugar que le ha sido negado por el PRO apenas Mauricio Macri se sentó en el sillón de Rivadavia.
Desde hace 2 años los radicales piden ser parte de las decisiones, atravesar los pocos ministerios que manejan actualmente y ocupar, en síntesis, un espacio en el poder.
Tanto es así que algunos boinas blancas se atreven a deslizar que quieren a un radical como compañero de fórmula en una eventual carrera a la reelección del Presidente.
Según informa este lunes el diario El Cronista Comercial , algo de eso se discutirá en una reunión que autoridades del Comité Nacional de la UCR tendrán en el porteño hotel Savoy. Allí estará el presidente del partido, el gobernador mendocino Alfredo Cornejo.
Sin embargo, parece improbable que el radicalismo consiga mucho más de lo que ostenta hoy en la alianza que compone además la Coalición Cívica de Elisa Carrió. No sólo no hay interés por parte de Macri en ceder protagonismo a sus socios radicales, sino que además éstos perdieron a su principal interlocutor con el Presidente: Ernesto Sanz.
Según informa este mismo lunes el diario La Nación, el exsenador mendocino se alejó de lo que dentro de todo era una mesa chica ampliada, en la que tenía mano a manos con el mismo Macri.
En la Casa Rosada, según la misma publicación, dicen que Sanz está "totalmente retirado" de la política y dedicado por completo a "la actividad privada".
En el entorno de Sanz, siempre según La Nación, lo confirmaron. "Desde 2017 dejó de ir a las reuniones porque está dedicado a su estudio de abogado en Mendoza. Quería reconstruir su proyecto de vida", explicó un allegado.
Sin embargo, hubo otro factor que explicaría su alejamiento. Sanz considera haber sufrido una "campaña" en su contra de adversarios internos de la UCR.
Juan Manuel Casella, Federico Storani, Enrique Nosiglia o Ricardo Alfonsín, entre otros, lo criticaban internamente y en público: lo consideraban más representante del macrismo en la UCR que defensor del radicalismo ante la Casa Rosada.
"Muchos lo descalificaban por estar cerca de Macri y entonces les dijo: ?Háganse cargo ustedes de la UCR y de la interlocución con el Gobierno'", dicen quienes han conversado con el exsenador, mimado por muchos sectores empresarios.
De todas formas, Sanz no estaría alejado completamente de la política, aunque esto se reduciría sólo a la esfera partidaria.
De acuerdo a La Nación, Sanz también sueña con poner a un radical en la próxima fórmula que compita por la Presidencia en nombre de Cambiemos.
"Esa fórmula no se pudo hacer en 2015. Algunos hablaban de Macri-Sanz, en la provincia se pudo integrar entre María Eugenia Vidal y Daniel Salvador. Quizás en 2019 se pueda integrar con un radical", habría dicho el extitular del partido en reuniones de correligionarios.