¿A QUÉ NO LO SABÍAS?

Químicos que dificultan el descenso de peso

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Harvard reveló que químicos usados en envoltorios de alimentos, sartenes con coberturas antiadherentes, alfombras y hasta prendas de ropa (como camperas impermeables) pueden disparar el peso corporal al interferir en el metabolismo, especialmente de las mujeres.

Estos químicos -conocidos como sustancias de perfluoroalquilo (PFAS)- han sido anteriormente vinculados con el cáncer, alteraciones hormonales, disfunción inmune y colesterol elevado.
 
"Ahora, por primera vez, nuestros descubrimientos señalan un nuevo camino en el cual los PFAS pueden estar interfiriendo con la regulación del peso corporal en los humanos y contribuyendo, por lo tanto, a la epidemia de obesidad", dijo el autor principal del estudio Qi Sun, profesor del departamento de Nutrición en la Universidad de Harvard.
 
Los investigadores hallaron que los PFAS -también conocidos como "obesogenes" por su interferencia con la regulación del peso corporal- están vinculados con un ritmo metabólico más lento en momentos de reposo. Personas con altos niveles de PFAS en su sangre también presentaron metabolismos más lentos tras procesos de pérdida de peso.
 
Es decir, nos permite extraer la energía de los alimentos que tomamos para poder hacer las funciones vitales: nutrición, relación y reproducción. Gracias a él digerimos los alimentos, obtenemos oxígeno, ovulamos, mantenemos la temperatura, desechamos las toxinas de nuestro cuerpo, etc. Es decir, el metabolismo es el encargado de supervisar que nuestro cuerpo trabaja correctamente.
 
El metabolismo se refiere a los procesos químicos en el cuerpo que convierten la energía de los alimentos, comúnmente conocida como "quemar calorías". Las personas con un metabolismo más lento queman menos calorías durante las actividades diarias normales y podrían necesitar comer menos para evitar el sobrepeso.
 
Un metabolismo rápido consume energía más rápidamente y en mayor cantidad durante la jornada, eso significa que la combustión de grasas también será mayor y le será más difícil subir de peso, no le sobra energía que "ahorrar" porque la gasta toda.
 
Tener un metabolismo lento es para muchos una cuestión de preocupación, hay algunas formas de conseguir acelerarlo pero básicamente es a través de ejercicio aeróbico y anaeróbico. La idea es producir músculo para que consuma más energía y a su vez nos de fuerzas para seguir haciendo ejercicio.Por otro lado se debe seguir una alimentación equilibrada sin reducir el consumo calórico, pero repartiéndolo en 5 o 6 comidas diarias.
 
El estudio revisó datos de 621 personas con sobrepeso y obesidad que participaron en un ensayo clínico realizado a mediados de la década del 2000 en el que se examinó los efectos de cuatro dietas para perder peso, pero saludables para el corazón, por un período de dos años.
 
A los participantes también se les midieron sus niveles de PFAS en la sangre. En promedio, los voluntarios perdieron 6,4 kilos en los primeros 6 meses, pero retomaron 2,7 kg en el siguiente año y medio. 
 
"Aquellos que ganaron más peso después también tenían las mayores concentraciones de PFAS en la sangre, un vínculo que era más fuerte entre las mujeres", revela el informe divulgado en la publicación PLOS Medicine.
 
"En promedio, mujeres que tenían los niveles más altos de PFAS en sangre (en el tercio superior) recuperaron entre 1,7 y 2,2 kg más de peso que las mujeres en el tercio inferior", expone el estudio.
 
Los investigadores también descubrieron que aquellos con los niveles más altos de concentración de PFAS en sangre tenían "más bajos niveles de ritmo metabólico en estado de reposo".
 
Los PFAS existen desde hace unos 60 años y han contaminado fuentes de agua potable cerca de algunos sectores industriales, bases militares y plantas de tratamiento de aguas residuales. Los químicos se pueden acumular en el agua potable, quedarse por largo tiempo en el cuerpo y son difíciles de evitar.
 
"Generalmente pensamos en los PFAS en términos de problemas de salud como el cáncer, pero parece que también juegan un papel en la obesidad, un problema de salud considerable que afecta a millones de personas", explicó el coautor del estudio Philippe Grandjean, profesor de salud ambiental en Harvard.
 
"Los descubrimientos sugieren que evitar o reducir la exposición a los PFAS puede ayudar a las personas a mantener un peso corporal estable luego de que hayan logrado perder peso, algo que afecta especialmente a las mujeres", dijo.
 

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