EN DEFENSA DE QATAR

La FIFA contra Arabia Saudita y Emiratos Árabes

Si Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos tienen problemas con Qatar por la interpretación del Corán o por la relación con Irán o por inquinas islámicas, a la Federación Internacional del Fútbol Asociado le importa nada. Y tiene razón la gente de Zurich (Suiza). Entonces, ha decidido comenzar a sancionar a los que relacionan política/religión con la práctica del fútbol profesional.

 

Qatar vive bloqueado en la región. El veto a Qatar de parte de Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Egipto y Bahréin (después seguido por Libia, Maldivas y Yemen y otros títeres del wahabismo (o salafismo) resulta inconcebible para la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).

Las imputaciones de que Qatar tiene vinculaciones diplomáticas cercanas con Irán no es del interés de FIFA, organismo al que le molesta muchísimo que Arabia Saudí y Emiratos Árabes expresen en el deporte su malestar con Qatar, organizador del Mundial de 2022.

Tanto la FIFA como la AFC (Federación Asiática) acusan a ambos países de fortalecer el veto a Qatar y de tensar cada vez más la cuerda. En el caso de Arabia Saudí, podría peligrar su participación en el Mundial de Rusia.

La Copa del Golfo celebrada en diciembre fue terrible: los medios estatales saudíes apoyaron a Bahréin de manera pública, incitándoles a ganar a los "terroristas" qataríes.

La beligerancia se extendió a otras competiciones: el Al-Gharafa qatarí, antes de un partido de Champions asiática, se vio estacionado durante 8 horas en un aeropuerto en Omán (no pudo hacer el vuelo directo por el veto político). Los de Abu Dhabi invocaban una niebla que impedía el aterrizaje de aviones, una mentira increíble porque el resto de los aviones subía o bajaba sin problemas.

Y los equipos de Arabia Saudí y Emiratos Árabes se negaron a ir a partidos en Qatar, hasta que la AFC les obligó a obedecer las normas. Resultaría muy importante que la FIFA baje las ínfulas sauditas y de EAU.

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