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Restos de una estación espacial china caerán en zonas de la Argentina

Los posibles lugares en donde podrían caer los restos de una estación espacial chica son Bariloche, Neuquén, Bahía Blanca o Viedma. Así lo calculó la Agencia Espacial Europea en base a la trayectoria de la Tiangong-1, de 8,5 toneladas que reentrará en la atmósfera en unas semanas. Otros de los destinos a donde podrían caer las partes son en USA, Europa o Australia.

El suceso ocurrirá entre fines de marzo y principios de abril. Puede suceder sobre los territorios de algunos países como España, USA, Argentina o Nueva Zelanda. 
 
Un dato es claro y se trata de la falta de precisión en donde se producirá la caída de la estación espacial. Actualmente, una masa de 8,5 toneladas orbita la Tierra en una descontrolada caída permanente que finalizará en su desintegración "casi total" en la atmósfera.
 
Se trata de la estación espacial china Tiangong-1 (en chino, Palacio estelar-1), puesta en órbita el 30/11/11 como parte de un ambicioso proyecto científico que tiene como objetivo convertir a China en una superpotencia espacial. Pero desde 2016, la estación espacial fue abandonada y reemplazada por el Tiangong-2, lo que devino en su pérdida de control y su descenso inevitable hacia la Tierra.
 
Fue después en 2016 cuando la Administración Espacial Nacional China (CNSA), confirmó la pérdida de control de su estación espacial, y ante el hermetismo de los funcionarios chinos desde ese entonces, Europa debió responder ante las múltiples inquietudes que surgen en todo el mundo: cuándo y dónde caerá esa colosal estructura.
 
Así, la Oficina de Residuos del Espacio de la Agencia Espacial Europea (ESA) calculó esta semana que la Tiangong-1, un laboratorio orbital de la Administración China del Espacio (CNSA), reentrará en la atmósfera terrestre en forma descontrolada entre los días 29/03 y 9/04l de 2018.
 
La Tiangong-1 mide 10,4 metros de longitud y está compuesta por dos cilindros de un tamaño similar: en uno se encuentra un módulo de servicio y en el otro un módulo de experimentación.
 
 
Además, va equipada con dos paneles solares de tres metros de ancho y siete de largo.
 
La ESA aclaró que no es posible hacer predicciones precisas del lugar donde podrían caer algunas piezas que no lleguen a desintegrarse en la atmósfera, pero según los análisis realizados, la nave caerá en algún punto situado entre los 43ºN y 43ºS de latitud. Esto sitúa el lugar del impacto en una vasta región terrestre que incluye varios continentes.
 
Sin embargo, y debido a la geometría de la órbita del laboratorio espacial, la probabilidad de impacto será máxima justo en los extremos de dicha franja de terreno, en un área próxima a los 43º Norte y Sur: el paralelo Norte pasa por España, Italia, USA y China y el paralelo sur pasa por Argentina, Chile, Australia y Nueva Zelanda.
 
Este dato es clave, ya que podría afectar a ciudades como San Carlos de Bariloche, Neuquén, Bahía Blanca y Viedma, en la Argentina. Y metrópolis importantes del hemisferio Norte como Nueva York, Madrid o Roma, por ejemplo.
 
"Es muy poco probable que los restos de este reingreso golpeen a cualquier persona o dañen significativamente cualquier propiedad. El único caso conocido de desechos espaciales que golpea a una persona es la ama de casa Lottie Williams de Tulsa, Oklahoma, quien fue golpeada por un pequeño pedazo de escombros espaciales en 1996, pero no sufrió daños de ninguna manera significativa", explicaron desde The Aerospace Corporation, una empresa estadounidense que emplea a 3500 personas y brinda asistencia técnica, científica y aeroespacial al programa de Seguridad Espacial de USA (NSS, por sus siglas en inglés) sobre la probabilidad de caída de restos de la estación espacial.
 
Además, confiaron que "es poco probable que sea una reentrada controlada de la estación espacial. Aunque no se ha declarado oficialmente, se sospecha que el control de Tiangong-1 se perdió y no se recuperará antes de la reentrada".
 
"Dependiendo de la hora del día y la visibilidad de la nube, la reentrada puede aparecer como múltiples rayas brillantes que se mueven por el cielo en la misma dirección. Debido al tamaño relativamente grande del objeto, se espera que haya muchas piezas que vuelvan a entrar juntas, algunas de las cuales pueden sobrevivir al reingreso y aterrizar en la superficie de la Tierra", completaron y advirtieron que podría haber materiales altamente tóxicos y corrosivos, como la hidracina, por lo que "es importante no tocar ninguna pieza y llamar a las autoridades locales".
 
The Aerospace Corporation calculó que el último ajuste que China realizó a Tiangong-1 se produjo a principios de 2016 y en noviembre de ese año ya había descendido por debajo de los 300 kilómetros.
 
La ESA explicó que solo será posible conocer el lugar de reentrada aproximado con 7 horas de antelación y que varias regiones del planeta podrán presenciar el suceso como un espectacular fuego artificial. 
 
"Realmente no se pueden manejar estas cosas", remarcó McDowell. "Pr obablemente no sepamos más allá de seis o siete horas antes cuando va a caer y no saber cuándo va a caer se traduce en no saber dónde va a caer", agregó. Parte de la incertidumbre se debe a que un mínimo cambio en las condiciones atmosféricas podrían empujar su lugar aterrizaje de un continente a otro en cuestión de horas.
 
Afortunadamente, dado que la mayor parte de la Tierra está cubierta por agua o está inhabitada, las probabilidades de que el laboratorio golpeé a alguien son, según la ESA, "10.000.000 de veces menores a la probabilidad anual de ser alcanzado por un rayo".
 
Además, se considera que la nave espacial ya no alcanza la masa de 8,5 toneladas que tenía originalmente, a causa del consumo del combustible, por lo que "tendría una masa comparable a la de los satélites fuera de servicio que hacen reentradas no controladas un par de veces cada mes", según la ESA.
 
A pesar de todo, China notificó a la Oficina para Asuntos del Espacio de Naciones Unidas (UNOOSA) acerca de la reentrada, y solicitó, a través de un organismo coordinador formado por importantes agencias como la NASA, la ESA o Roscosmos, un seguimiento internacional del aparato.
 
Lo que está claro es que será algo digno de ver.
 

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