SANTOS DISCÉPOLO EN 2018

"Cuando estén secas las pilas / de todos los timbres que vos apretás... "

Se necesitan los dedos de ambas manos, a modo de ábac,o para contar uno por uno los indicadores de los déficits, heredados, corregidos y aumentados, que arrastra la economía del gobierno de Mauricio Macri. Todos desembocan en un camino que conduce al alfombrado, la excepción que confirma la regla: el endeudamiento. Y justo la Casa Rosada tuvo que sacar al único ministro que puede mostrar signo + en la gestión, aunque no en el rubro más deseable, Luis “Toto” Caputo, de las garras de la oposición que se aprestaba a destrozarlo en el Congreso por su pasado con fondos buitres y cuentas offshore que le desnudaron las denuncias públicas internacionales de Panamá y Paradise Papers, que omitió en su DDJJ al asumir en Finanzas. Lo peor del caso es que con la soja diezmada por el cambio climático, sin el milagro de Vaca Muerta, y sin la inversión extranjera directa esperada, el timbreo de Caputo en el mundo prestamista (a diferencia del que reanudaron las figuras del Pro en la calle) sostiene a fuerza de deuda el modelo económico más allá inclusive del límite del mandato presidencial, ya que se necesitarán, de un modo u otro, créditos US$ 30 mil millones anuales para solventar la colección de déficits que administran gradualmente el jefe de Estado y su equipo.

"(...) Cuando estén secas las pilas
De todos los timbres
Que vos apretás
Buscando un pecho fraterno
Para morir abraza'o
Cuando te dejen tirao
Después de cinchar
Lo mismo que a mí
Cuando manyés que a tu lado
Se prueban la ropa
Que vas a dejar
Te acordarás de este otario
Que un día, cansado
Se puso a ladrar".
Enrique Santos Discépolo,
"Yira Yira" (1929).

Uno de los poquísimos índice que le dan superávit al gobierno de Mauricio Macri es el de endeudamiento y de su construcción práctica se le reconoce al ministro de Finanzas, Luis Caputo, alias Toto, el principal mérito.

Bajo su conducción, la deuda pública “relevante” casi se duplicó entre 2015 y 2017, pasando de US$ 85.000 millones al momento del cambio de gestión a poco más de US$ 150.000 millones al cierre del año pasado, según estima la consultora Ecolatina, heredada por el diputado del FR, Marco Lavagna, de su padre Roberto.

Contrasta ese resultado positivo con la colección de déficits que viene cosechando en los más de 2 años de gestión la administración macrista, aunque los responsables juramenten que los están e irán bajando, a saber:

-El externo, que alcanzó el -5% del PBI en 2017.

-El fiscal primario -3,2% del PBI que asciende a más del doble al incluir el financiamiento.

-El previsional, -3% del PBI, como brecha entre prestaciones y contribuciones del sistema.

-El de balanza comercial, -1,7% del PBI, al cerrar US$8.500 millones en rojo el año pasado.

-El de cuenta corriente cambiaria, -4,5% PBI el año pasado por salida neta de divisas.

-El de turismo, -2,1% del PBI, según datos de la Encuesta de Turismo Internacional (ETI) del Ministerio de Turismo junto con el INDEC

-El de la balanza automotriz, -0,8% del PBI

-El de IED (inversiones extranjeras directas), -1,5% del PBI.

-El de inversión en infraestructura, -1,68% del PBI anual, según el Centro Mundial de Infraestructura (GIH) del G20.

-El energético, que en 11 meses de 2017 acumulaba un saldo negativo de US$ 3124 millones.

Luego vendrían otros cualitativos, aunque también mensurables, como el educativo; el de inseguridad según el IVI (Victimización), que procesa la Universidad Torcuato Di Tella; Plan Belgrano; comunicaciones, salud pública, y siguen las firmas, aplazos seriales que no obstan para que la población siga afrontando una agobiante presión impositiva, por más que haya cedido apenas un poco el año pasado, y una retahíla de tarifazos de  los servicios públicos y combustibles de nunca acabar.

Sin embargo, hasta el exitoso endeudamiento capitaneado por Caputo ha tenido también sus bemoles: durante 2017 el pago de intereses por parte del Tesoro aumentó más del 70%, y casi llegó a los $ 225.000 millones. En el 2018 alcanzará, al menos, al 2,2 % del PBI frente al 1,5 % de antes de asumir Macri en 2015.

Y por más que haya anunciado recientemente que no habrá más operaciones en el mercado internacional de capitales este año, los mangazos inclusive recrudecerán puertas adentro y tendrán que mantenerse como soporte del modelo económico gradualista que pretende desarrollar el gobierno, ya que es demasiado larga la lista de déficits irresueltos a solventar, como se venía haciendo en el mercado internacional y en moneda extranjera.

Volatilizado aquel e inestable ésta, el alejamiento circunstancial del ministro de los sitios que aguardan explicaciones sobre algunas superposiciones de su pasado offshore con la labor de funcionario público, como haría hoy (21/03) en la suspendida sesión de la Comisión Bicameral Permanente de Seguimiento y Control de la Gestión de Contratación y de Pago de la Deuda Exterior del Congreso Nacional, tuvo bastante que ver en el viraje de estrategia respecto de las fuentes de endeudamiento a las que acudir. En esa dirección fue la reciente emisión de Letras del Tesoro (Letes) por $ 1.200 millones.

En tal sentido, la despedida de las Lebacs (deuda del Banco Central) de largo plazo a partir de abril le deja espacio para ocupar con las Letes (deuda de la Tesorería), mutación que implica un avance de la dolarización sobre la pesificación, el cual reivindica épocas menemistas que inspiraron la convertibilidad.

La liquidez y el juego de la pelotita

La autoridad monetaria, que con las primeras ventas de dólares desde que blanqueó su intervención en febrero y llegó a chupar casi de $20 mil millones de liquidez, ayer mandó 87.000 a la calle por no haber recibido ofertas (con la tasa del 24,95% mantenida en plazos largos) para cubrir los vencimientos de Lebacs. Estos vaivenes repercuten en la tasa bancaria y se convierten en cambiante plafond para las remarcaciones de precios.

El problema que se presenta para afrontar una deuda que se perpetúa en el tiempo, y encima se va dolarizando, es que el país no genera saldo comercial y encima el déficit externo alcanzó el 5% del PBI en 2017.

Hay que retroceder hasta 1987 para encontrar una marca que lo supere y la duda que se plantea es la perspectiva de que Argentina siga durante los próximos años con déficit externos en el área del 5% del PBI.

Tampoco la IED cubre ni remotamente el agujero externo, ya que apenas llega al 1,5% del PBI. La apuesta de que la participación pública privada (PPP) en la obra pública aporte inversión foránea que la financie sin sobrecargar las cuentas fiscales hasta que cada proyecto se termine, abarca no más de medio punto anual.

Encendió algunas alarmas en la City porteña el amague de retiro de las fuentes internacionales de financiamiento que ensayó Caputo, cuando aún le faltaría conseguir US$ 15.000 millones para cubrir las necesidades del año, y que amenazara en Nueva York con que serían reemplazadas por el mercado interno.  

Pero por otro lado, se amasan variantes con los contactos locales de la banca internacional, como por ejemplo, el amigo de la casa Gabriel Martino, a través de quien Caputo intenta reabrir esa ruta financiera. El HSBC que preside ofrece poner US$ 1.000 millones para retomar los Repo, una línea de de crédito de corto plazo que en 2 años totaliza  unos U$S 2.000 millones y es otorgada contra la garantía de bonos públicos.  Varios colegas quedaron a la espera para ver cómo sale esta experiencia.  

La operación es similar a la que se organizó en 2016, cuyos fondos ingresaron el año pasado, por el aporte de los bancos Nomura, Bilbao Vizcaya, Francés, HSBC y Citibank. En total, fueron U$S 6.000 millones.

Pero, a partir del tanteo de Martino, además del Repo, Caputo explora otras vías tradicionales de endeudamiento con la participación de la banca internacional, pero sin garantía de bonos. Habrá en breve reuniones con los líderes de varios bancos internacionales para evaluar esta alternativa.

Se sumó el JP Morgan, alejado de las colocaciones que realizó el gobierno desde la salida de su ex ejecutivo estrella, Alfonso Prat Gay, pero ahora que está otro de sus pollos, Vladimir Werning, en el staff estelar de Macri y que la calificadora se halla a un paso de otorgar la categoría de emergente en la próxima evaluación de mitad de año, la entidad analiza seriamente volver a participar de esta operación, con una ingeniería que solía utilizarse en los mercados emergentes hasta los años ´90, cuando los bancos fueron reemplazados por los bonistas como acreedores de los países.

Muchos otros atenuantes domésticos al endeudamiento no quedan por ahora. El cambio climático se ensañó con la soja y amenaza al resto de los cultivos y Vaca Muerta es, hasta el momento, otro de los grandes fiascos, ya que el desbalance energético subió 7,3% en un año y representa en realidad más del 41% del rojo comercial, según un informe de Tendencias del Sector Energético del Instituto Argentino de la Energía (IAE), que simultáneamente rescató la baja del 35,5% que acumulan los subsidios energéticos.

Siguen siendo las importaciones y el déficit de la cuenta corriente cambiaria, que cayó a la mitad del nivel de enero y resultó "un 67% inferior al promedio mensual de 2017", las esclusas de una inflación que cobró nuevo impulso, atizada por el interminable sinceramiento tarifario que descerraja sin solución de continuidad el Ministerio de Energía, más los regulados precios de transporte, prepagas y educación, y la desordenada devaluación que promueve el gobierno para descontar atrasos, que engorda más el IPC.

La expectativa del público no la baja del 20% anual, como surge de la encuesta habitual que realiza la UTDT, y en la comparativa agregada la inflación se afirma como la 6ta más grande del mundo y la 2da de la región, de acuerdo con un informe de la Universidad de Avellaneda (Undav).

Los 5 países que anteceden a la Argentina en ese cuadro de deshonor: Venezuela, Sudán, Congo, Libia y Angola, tienen como denominador común la gran inestabilidad macroeconómica y/o institucional, que se continúa con los que nos siguen en la tabla: Egipto, Surinam y Yemen. Ninguno de ellos compañero de travesías en el G20.

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