MAURICIO VS. MACRI

Las 3 grietas del '18

Mauricio Macri impuso a la UCR y a Elisa Carrió que no habrá cambios en la estrategia de reducir el déficit fiscal vía eliminar los subsidios del Estado a las tarifas de servicios públicos. Por ahora, no hay rebeldías. Y como gesto de autoridad, Macri recibió al titular de los radicales, el mendocino Alfredo Cornejo, acompañado del ministro Juan José Aranguren, a quien el otro había castigado. En tanto, el Gobierno aceptó una refinanciación de las boletas de gas. Sin embargo, las empresas distribuidoras de ese servicio frustraron esa posibilidad en 2017, antes de la audiencia pública cuando se decidió el aumento. Para la Casa Rosada, el conato de motín dentro de Cambiemos está resuelto. Sin embargo, hay otras formas de analizar lo que está ocurriendo:

Existen 3 grandes grietas en la sociedad argentina presente, que influyen en forma decisiva en la coyuntura del colectivo sociopolítico:

1. La grieta ya conocida kirchnerismo vs. antikirchnerismo, que ganó todas las elecciones desde 2013, y de la que MM (Mauricio Macri) logró apropiarse, probablemente con cierta displicencia de CFK (Cristina Fernández de Kirchner). El empoderamiento de la grieta preexistente le permitió a MM los triunfos 2015 y 2017.

2. La grieta Peronismo vs. CFK, definida con la creación de Unidad Ciudadana en 2017 y estimulada por la intervención del Partido Justicialista nacional, que expresa la impotencia del peronismo convencional para resolver sus contradicciones cuando abandona el poder. La permanencia de esta grieta le garantiza a MM el triunfo en los comicios 2019. Es deber de Cambiemos mantener firme esta grieta.

3. La incipiente grieta Mauricio vs. Macri, que surge de la diferencia entre lo que el Presidente prometió en 2015 y 2017 vs. lo que ha cumplido en 2018. Es decir que refleja las limitaciones en la gestión del Presidente, de cara a su reclamo de reelección 2019. Por esa grieta intentan filtrarse sus aliados (UCR y Coalición Cívica-ARI) para ampliar el espacio que el PRO les ha condicionado con angurria, y acaba de volver a negarles en el episodio del reclamo por las tarifas de servicios públicos.

La evolución de la brecha Mauricio vs. Macri resulta inversamente proporcional a las expectativas favorables sobre el futuro de los ciudadanos / consumidores / contribuyentes / usuarios de servicios públicos. La consecuencia directa de la brecha es que le quita credibilidad a la respuesta gubernamental "Lo peor ya pasó", que es la consigna alternativa a "Esta vez sí el 2do. semestre será mejor".

Ante un mismo problema, Mauricio reacciona de una manera y Macri reacciona de otra.

Mauricio es el que cree que el reclamo tarifario "es una demanda de la clase media, que igual no ha reducido el consumo de energía y, además, no tiene a otro a quien votar", mientras Macri es el que aprueba el placebo de prometer el pago del consumo de gas en cuotas cuando él sabe que ya fracasó en 2017 y que provocará más o frustración o enojo entre quienes no serán beneficiarios pero deberían serlo-

Mauricio es quien aprueba una recuperación gradual de tarifas para reducir el subsidio estatal sin tener información completa sobre el escenario global venidero, y Macri es el que entra en pánico porque descubre que se acaba la financiación externa barata para la Argentina y hay que acelerar lo más que se pueda la recuperación de las tarifas para eliminar el subsidio y achicar el déficit fiscal.

Mauricio es el que recibe el dato de las encuestas sobre la preocupación popular por las tarifas y manda a agitar el aborto como tema, y Macri es el que conociendo eso decide mantener el cronograma de tarifas a rajatabla.

El problema para Cambiemos es que la brecha entre Mauricio y Macri se está devorando las expectativas futuras de los ciudadanos / consumidores / contribuyentes / usuarios de servicios públicos acerca del comportamiento de la economía.

Esas expectativas favorables sostuvieron la popularidad del Presidente durante 2016 y 2017, y le permitieron ganar los comicios pese a que, según los datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de la Ciudad de Buenos Aires, había incrementado las tarifas de la electricidad (562%), el agua (338%) y el gas (223%), muy por encima de lo que subieron (en términos nominales) los sueldos de los asalariados registrados del sector privado (72%).

Chequeado.como explica, sin embargo, que si se analiza el IPC de Córdoba, los incrementos son menores (el gas aumentó un 204%, la electricidad un 159% y agua un 89%), aunque también la suba en todos los casos supera al aumento en los sueldos.

Si hay un cambio en la política económica debería informarse a la opinión pública en vez de intentar ejecutarlo a sus espaldas, porque la verificación del giro tiene consecuencias, exista o no una alternativa electoral.

La decisión de utilizar el tipo de cambio y el salario como muro de contención de la inflación marca una diferencia entre lo que prometió y lo que cumple el Presidente que, cuando era candidato, sostuvo que en su Administración la inflación no sería un problema.

Ahora bien, la merma de expectativas optimistas individuales sobre el futuro obligará tanto a Mauricio como a Macri a imaginar cómo recuperarlas cuando inicie formalmente su campaña por la reelección. Ya no podrá ser en base a promesas sino a concreciones porque su credibilidad ha descendido.

Es evidente, entonces, que el triunfo 2019 intentará construirse sobre la exacerbación de las grietas 1 y 2, pero perder de vista la evolución de la grieta 3 es harto peligroso para el Presidente, en especial cuando el fundamento de una nueva candidatura es ejecutar todos los cambios que no realizó durante el 1er. mandato, una cantidad extraordinaria de reformas que se encuentran pendientes desde hace 50 años, según Jaime Durán Barba. Esto requiere un triunfo en 1ra. vuelta, sin balotaje, y un poder mayor al que tiene hoy día.

Sólo la concreción de logros puede reducir la grieta 3 que, tal como lo advierte mi amigo periodista y politólogo Claudio Chiaruttini, de seguir creciendo puede mutar el clivaje K vs. anti K por otro que sea M anti M, que es la verdadera esperanza que unifica al muy diverso universo del panperonismo.

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